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«Con permiso del olvido (Antología Poética 1996 – 2020)», de Julio César Galán

Por Jorge de Arco.

Reúne en Con permiso del olvido: Antología Poética 1996 – 2020 (Pre-Textos. Valencia, 2021) una amplia muestra de los seis libros publicados hasta la fecha por Julio César Galán (1978). Se añaden, como coda, cinco inéditos de un poemario en construcción, Un adiós abierto.

En 2004, veía la luz El ocaso de la aurora, con el que el autor cacereño inauguraba su trayectoria lirica. Ya desde sus inicios, podía adivinarse la audacia expresiva de sus imágenes, la vinculación cordial establecida con el lector, ajena, por ende, a cualquier renuncia a la profundidad invocada por la palabra.

Mediante la recuperación del sentido de lo real y lo transfigurado, la obra de Julio César Galán ha ido creciendo desde entonces, madurando hacia la identidad de un acto creativo que no es finito y desde el cual, al cabo, todo poema puede potenciarse desde una perspectiva múltiple y heterogénea. Con tales mimbres, la literalidad -la misma que formulase Jakobson- quedaría reducida frente a la expansión de un discurso dialogante, desvinculado de cualquier especulación.

En su segundo poemario, Tres veces luz (2007), ya podía apreciarse una tipología temporal que recompone una estructura dialéctica actualizada, vívida en su acontecer:

Sólo me he dado opción a mudarme en un hoy,
En un hoy que renace confirma y desprecia.
Poco importa la muerte ahora.
Poco importa que el mar
haya expulsado a quien movía su repetición. 

Ese anhelo de permanencia, de renuncia hacia el pretérito y hacia el mañana traen a colación las palabras de Octavio Paz: «Todos los tiempos, del tiempo mítico largo como un milenio a la centella del instante, tocados por la poesía, se vuelven presente». Y desde esa habitabilidad vigente que cita el autor mexicano, se articula una parte del decir de Julio César Galán, quien maneja con lucidez el misterio de lo específico, la mediación de un entendimiento descodificado que permite diversificar su mensaje y, a su vez, constatarlo de forma unívoca.

Ya sentenció Terencio que «nada humano es ajeno a su humanista captación y repercusión», y al par de estas páginas, puede hallarse tal esencia a través de una andadura trascendente que se hace dádiva, vuelo, deseo, y que deja «con su rastro / el humilde prodigio de lo pequeño». Y de lo más grande, la contumacia de un verso que lleva, de nuevo, hasta lo más reciente:


La marea nos lleva al ahora
y quiero que permanezcamos
en silencio extendidos por el sol
como si hubiéramos
rozado alguna vez la edad
del paraíso

Tras Márgenes (2012) -galardonado con el premio «Villa de Cox»-, se editaría Inclinación al envés (2014). Es éste un libro que abre un nuevo ciclo en el quehacer del poeta extremeño, en donde «el verso busca los márgenes, el pie de página, el ojo se aventura por cada línea con notable incertidumbre, sin poder predecir la deriva del poema», tal y como apuntan en su prólogo Antonio Ortega y Marco Antonio Núñez.

Los círculos cambiantes de las deshoras suponen, entonces, una marginalización efectiva del tic-tac que vehicula y ordenala finitud. Como animal sin nomenclatura, como planta sin designación, la duración vive y revive en una paradoja que va despojando al sujeto de cualquier invisible enunciado. Asumir las dudas y verse impelido a indagar sobre ellas, pareciera ser el objetivo que individualiza lo absoluto y lo imaginario:

 

¿Nos apagaremos como luciérnagas
                 o trenes en la madrugada?
¿Nos convertiremos
                 en lo que hemos criticado?
¿Nos cruzará el agua soleada
                del rayo que rompió la noche?
¿Habrá otros nombres pero serán
                el mismo nombre?

Con El primer día (2016) y Testigos de la utopía (2017), Julio César Galán incide en armonizar el instinto y la razón y reconciliar los sentidos y voluntades de su ser. Sabedor, como Marcuse, de que el lenguaje poético habla de aquello que es de este mundo, que es visible, tangible, audible en el hombre y la naturaleza, y de aquello que no es visto, no es tocado, no es escuchado, su verso se legitima y se determina en un proceso concreto, dador de una verdad que se fragmenta porque la exigencia de la realidad sobrepasa el ámbito de cualquier fundamento emotivo.

En suma, una compilación incardinada a un verso que remite a una cosmovisión liberadora, fáctica, que bucea por regiones ónticas, plenas de premoniciones y sortilegios, desde las cuales poder seguir «enramando / el universo en la palabra».

2 thoughts on “«Con permiso del olvido (Antología Poética 1996 – 2020)», de Julio César Galán

  • Extraordinario, feliz tarde

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  • ¿Nos apagaremos como luciérnagas
    o trenes en la madrugada?
    ¿Nos convertiremos
    en lo que hemos criticado?
    I really like your poems. Gentle and deep.

    Respuesta

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