«El cielo te está esperando»: Mensajes desde el más allá
Por Gerardo Gonzalo.
Netflix acaba de estrenar la serie surcoreana de 10 episodios El cielo te está esperando (Move to heaven), que trata sobre un grupo de personas encargadas de realizar limpiezas traumáticas, es decir, gente que recoge las pertenencias de los que han fallecido y las ponen a disposición de sus familiares.
La primera reflexión que me viene tras verla, es que normalmente en las ficciones en general, son su robustez y calidad las que te permiten valorar la categoría y el impacto que a uno pueden causarle. Pero quizás este no es el caso, porque aún reconociendo que la serie me ha llegado y hasta emocionado en algunos momentos, no tengo clara la tecla que ha conseguido tocarme desde el punto de vista cinematográfico, ya que hay momentos no muy bien llevados y a veces incurre en un exceso de sentimentalismo. Sin embargo, a pesar de reconocer estas deficiencias, la historia me ha llegado. Quizás por esa mezcla de placidez y emoción que me ha conmovido y que seguramente sea consecuencia de equipajes o referencias que uno guarda y evoca.
El primero de estos recuerdos está relacionado con una película japonesa Despedidas (2008), con muchas conexiones en estilo y argumento y que en mi opinión, tiene uno de los finales más emocionantes y reveladores de la historia del cine reciente, con un descubrimiento que hace el protagonista al preparar un cadáver para ser enterrado y del que recibe un poderoso mensaje. Por otro lado, también me recuerda la conmovedora historia real de un cadáver encontrado hace unos años en una fosa de nuestra Guerra Civil. En 1936, una mujer Catalina Muñoz, murió fusilada en Cevico de la Torre (Palencia), esta mujer acababa de tener un hijo que contaba en aquel momento con 8 meses, al encontrar su esqueleto acribillado, a su lado había un sonajero, que su hijo pudo recibir 83 años después. Un mensaje de amor de esta mujer a un hijo que no la puede recordar, pero del que ha recibido un regalo impagable.
Ambos, uno desde la ficción, otro desde la realidad, son ejemplos emocionantes de la posibilidad de trascender y poder enviar un mensaje a quienes queremos, aunque hayamos muerto y generar consuelo, descanso y quizás mostrar algún secreto a quienes aún están vivos.
Básicamente esto es de lo que va El cielo te está esperando, de la fuerza y el poder del mensaje de los que ya no están y del descubrimiento de los verdaderos anhelos, sentimientos e ilusiones de los fallecidos a través de la recuperación de sus objetos más íntimos y de sus pertenencias, cuando estas ya no quedan al resguardo de su intimidad.
La serie encauza todo esto partiendo de una base de melodrama, relaciones familiares, amistad y aventuras, que unen a un grupo de personas en este trabajo, cada uno especiales y con un pasado por redescubrir. Para desarrollar todo esto, se entrelazan sus circunstancias personales con las de los “encargos” que van teniendo y el descubrimiento, en cada uno de ellos, de secretos íntimos, de los que son portadores, a modo de consuelo para los familiares o amigos del fallecido. Todo esto a través del mimo, el respeto, la observación y porqué no, algunas dosis de aventura y comedia que agilizan la trama y le dan un tono, que quizás en algunos momentos, peca de una excesiva ligereza.
Una serie que a ratos emociona, otros da paz y en general entretiene y avanza en una trama original, interesante y nada obvia, sobre todo para una plataforma tan dada a la pirotecnia estética y narrativa como Netflix. Una ficción que en su parte de melodrama, consigue calar con la relación del protagonista, un joven con Asperger interpretado por un espléndido Tang Joon Sang, con su padre.
Original, bonita (en el mejor de los sentidos), emotiva y plácida. Quizás no perfecta y algo irregular en alguna de sus subtramas, pero que en mi caso ha conseguido tocar las teclas adecuadas para al menos, conmoverme en algunos momentos.