Laura Uría Arranz: “El arte me permite ir hacia la mejor versión de mí misma”
PILAR M. MANZANARES.
Laura Uría Arranz nació en Móstoles, el 16 de Abril de 1985. Sus inquietudes artísticas quedan claras desde el principio, cuando escribe poemas en prosa y se introduce en el mundo de la fotografía analógica a los trece años. Realiza varios cursos de guión cinematográfico, dirección artística de cine y realización de cortometrajes, entre otros.
Su inicios en el trabajo se desarrolla en la radio, durante tres años, dirige un programa en Antena Boreal (Valdemoro) y también como redactora y fotógrafa para la revista Vivir Valdemoro de la misma empresa. Ahora vuelve a la primera página de la literatura con un nuevo poemario Polvo de estrellas.
- Fotografía, cine, literatura, etc…El arte inunda tu vida ¿Lo llevas en sangre o fue inesperada tu inclinación artística?
Yo diría que todas las personas somos creadoras. En mi familia particularmente, hay muchas personas que realizan actividades artísticas. No obstante, creo que muchas de las cosas que a priori no se consideran arte, también lo son.
- ¿Qué te aporta cada una de estas artes?
Todas estas disciplinas artísticas lo que hacen es que me enseñan, día a día, a ir hacia la mejor versión de mí misma. De distintas maneras pero con ese fin en sí mismo. No son un medio para un fin, sino que es en todo proceso creativo en el que una puede ser consciente de lo que somos y de lo que no somos.
- ¿Qué deseas contar a través de tus creaciones?
Mis creaciones han tocado distintos temas a lo largo de los años en función de los contextos históricos y sociales que me estaban atravesando. Actualmente, diría que cada día amo más la paradoja. Acepto las contradicciones e intercalo los derechos humanos, más concretamente, la temática feminista, con una temática espiritual que refleja el ser, la consciencia.
- En literatura, tienes poemarios como Polvo de estrellas ¿De dónde te viene la inspiración?
No soy nada constante en lo que a la literatura se refiere. Antes no comprendía por qué, pero a raiz de reencontrarme conmigo misma a través de la consciencia del cuerpo y mis fases menstruales y lunares, me he dado cuenta que no era nada raro eso de estar meses y meses sin escribir. Todo es por algo y llega en el momento idóneo. Así que la inspiración diría que viene de ser consciente de mi mente, mi cuerpo y espíritu y como estas tres dimensiones conviven entre sí. Lo mismo estoy meses sin escribir o te escribo un poemario entero en unos días. Y este, mi último poemario al que he titulado Polvo de Estrellas, está recién salido del horno y con muchas ganas de ser compartido.
- ¿Y para la fotografía?
La fotografía es una disciplina que ha dejado de tener el protagonismo en mi vida que tenía hace unos años. Me sigue resonando, pero a día de hoy estoy más presente en el cine y el vídeo.
- ¿Es complicado vivir del arte en este país?
Es complicado vivir de cualquier cosa en la medida en que tú también así lo crees (por supuesto, en todo momento hablo desde el privilegio). Me considero plenamente afortunada por haber podido dar rienda suelta y materializar todos mis proyectos. He tenido acceso a una educación y a un mínimo de equipo técnico que me lo ha permitido. Siempre puedes tener más, pero también menos. Y con lo que tienes, si tienes ese privilegio, atrayendo aquello que sí quieres tener en tu vida, en lugar de pensar en lo que no quieres, todo se hace menos complejo.
Cuando eres consciente del poder de la atracción, todo es más llevadero y sencillo. Insisto una vez más, desde una posición y contexto social de tener unos mínimos. Para cada persona esta pregunta significará un mundo distinto. Para mí, la respuesta sería esta. Quiero añadir que sí que creo que es más complejo vivir del arte si se es mujer que si se es hombre por los obstáculos que encontramos simplemente por el hecho de ser mujeres. Una de las razones es debido a ese síndrome de la impostora que sentimos más nosotras que viene precedido por varios factores, uno de ellos la falta de referentes femeninos en la historia del arte. La invisibilización de la mujer que parece que, muy poco a poco, se va diluyendo (ya era hora).
- Mucha gente que vive del arte, como los actores, denuncian la inestabilidad el oficio. Por tu parte ¿Alguna vez pensaste en dejarlo?
Nunca. Este oficio es así. Un proyecto se acaba y otro comienza. O varios a la vez. La manera en la que nos han enseñado a vivir con un trabajo fijo no es para todo el mundo. A mí me aburre soberanamente solo de pensarlo.
- La pandemia puso en valor la cultura ¿Hemos aprendido lo importante que es o queda camino por recorrer?
Sin duda, queda mucho camino por recorrer. Y si desde los gobiernos no le ponen ganas ni valoran la cultura, es más difícil que llegue al público. Sim embargo es algo de lo que las mismas personas que crean arte, se alimenta. Así que no podría desaparecer nunca, independientemente de lo que se valore. El ser humano tiene una capacidad tremenda para olvidar lo malo pero también lo bueno que aporta una cultura de calidad. Es por ello que hay que seguir creando, sin apego y sin remedio.
- Actualmente trabajas en una nueva película con Roberto Ruiz Céspedes titulada Stoyan. Cuéntanos un poco de la trama.
Stoyan es un thriller con tintes fantásticos y de terror y una simbología espiritual, principalmente budista. Una historia que cuenta cómo una madre busca a su hijo que ha sido raptado por una sociedad oculta. Paralelamente un policía investiga el asesinato de una joven.
- ¿Qué tal la experiencia del rodaje?
Estoy plenamente agradecida por todo lo que esta expetiencia me ha hecho aprender en todos los sentidos. En mi caso, como realizadora del making of y un largometraje documental sobre la simbología espiritual de la película, Stoyan, un thriller budista.
- Hiciste un largometraje documental feminista al que titulaste El Vuelvo de la Libélula ¿Necesitamos más proyectos que hablen de igualdad?
Sin duda. Mi largometraje documental feminista El vuelo de la libélula pone de manifiesto que, aunque existen tantos feminismos como personas pueblan la tierra, tenemos más puntos en común que diferencias y debemos estar unidas por la causa. Tenemos mucho por deconstruir cada día ya que todas las personas tenemos condicionamientos machistas, racistas, homófobos, etc.
Cuando digo que soy feminista, soy consciente de que estoy camino a serlo. Cada libro que leo, cada divulgadora a la que sigo, cada película o documental que veo me abre más la mente y esto me parece absolutamente maravilloso y me entusiasma. Cuantos más proyectos haya que hablen sobre derechos humanos, más se aportara al despertar de la consciencia colectiva y más luz se aportará a este mundo haciendo que las personas vayamos a la mejor versión de nosotras mismas y reduzcamos el sufrimiento una cantidad importante, creando un mundo mucho más amable donde habitamos desde la escucha y el no juicio.
- ¿Cómo ves la posición de las directoras en la industria cinematográfica?
Aún muy escasa. Parece que poco a poco hay mayor presencia de esas directoras que siempre han estado pero a las que no se les daba crédito alguno. Pero aún queda muchísimo camino por recorrer. Sobre todo con directoras de género.
- En tu caso, has crecido mucho estos años, pero ¿Cómo te ves en un futuro?
En un futuro me veo en una casita en un bosque con agua cerca, viviendo y disfrutando del trabajo que realizo, viajando y teletrabajando. Con muchos hijos e hijas peludas y si ha de ser, algún hijo o hija de vientre. Y esa proyección es la que tengo a día de hoy. Mañana podría cambiar porque todo está en constante transformación y menos mal que así es.