Clásicos en Alcalá 2021 comienza con un magnífico homenaje a Adolfo Marsillach

Por Horacio Otheguy Riveira

El Festival Iberoamericano del Siglo de Oro. Clásicos en Alcalá repone, para conmemorar su 20 aniversario (2001-2021) y con producción de la Comunidad de Madrid, la icónica escenificación de Adolfo Marsillach que, en 1986, inauguró la Compañía de Teatro Clásico, y con la que el director elaboró un tratado escrito sobre las tablas y cambió para siempre la forma de entender las representaciones sobre textos de nuestro Siglo de Oro en España, sustentándola en el texto, el ritmo y el meticuloso trazado del movimiento. La reposición del espectáculo cuenta con la colaboración Compañía Nacional de Teatro Clásico.

En palabras de Adolfo Marsillach (Barcelona, 1928-Madrid, 2002), el propósito del montaje era “sencillo y limpio”. Su objetivo era hacer “un texto trágico maravilloso que, lejos de contribuir a asentar los fundamentos de nuestra España más negra, nos invite a estudiarla y criticarla. Y a no repetirla”.

En su tiempo —muy largo por su intensa producción, y muy corto por el alcance vital, abatido finalmente por una enfermedad terminal—, Marsillach fue un modelo de arrojo en tiempos difíciles, un posibilista bajo la dictadura franquista que se mantuvo alejado de todo compromiso con el poder, y después rindió un activo apoyo a la mayoría absoluta del socialismo —siempre con espíritu crítico en una sociedad en transformación—, donde tuvo ocasión de crear el Centro Dramático Nacional con sede en el Teatro María Guerrero en 1978, prácticamente recién estrenada la democracia.

Impulsó la participación de colegas antes que su participación activa como lo que era: dramaturgo, actor y director empeñado en la búsqueda constante de perlas en todos los géneros: el intimismo psicológico, el gran musical, la comedia popular (su mayor éxito como autor-director, Yo me bajo en la próxima, ¿y usted?, contó con José Sacristán —a quien sustituyó durante larga temporada— y Concha Velasco)… y además creó una nueva mirada sobre los clásicos a partir de 1986 con la creación de la Compañía Nacional de Teatro Clásico.

Hombre de teatro con mala fama de arisco, arrogante, divo… que en las distancias cortas demostraba que nada de esto era cierto, o acaso sí jugaba con un punto de fría distancia, una impostura que no correspondía con su inteligencia y sentido del humor, prueba fehaciente en las numerosas entrevistas que este cronista le realizara para diferentes medios de los años 80-90.

De cara a su fructífera carrera, este homenaje resulta un justo premio para quien nos ha dejado infinidad de potentes recuerdos cargados de futuro.

La reposición que realiza el Festival Iberoamericano del Siglo de Oro de la Comunidad de Madrid. Clásicos en Alcalá forma parte de su programación de más 50 funciones (que se puede consultar en www.clasicosenalcala.net), y se enmarca en el estreno de tres producciones que la Comunidad de Madrid ha impulsado con ocasión de este encuentro, y que se fundamentan, según expresa Mariano de Paco Serrano, director de esta cita cultural, en los pilares clásicos de las artes escénicas: la dirección de escena, la dramaturgia y la interpretación.

El médico de su honra  podrá verse los días 10, 11 y 12 de junio en el escenario del Teatro Salón Cervantes de Alcalá de Henares, y cuenta con la colaboración de la Compañía Nacional de Teatro Clásico (INAEM). Dirige la reposición Roberto Alonso —adjunto a la dirección de Adolfo Marsillach en la Compañía—, y suma la participación de Manuel Navarro, actor estrechamente ligado en la etapa dirigida por Marsillach, al que acompañan en el elenco Sergio Otegui, Álex Gadea, Jorge Mayor, Verónica Ronda, Marta Gómez, José Manuel Seda, David Bueno, Antonia Paso, Fermí Herrero, Raúl Amores, Iñigo Moro, Andrés Requejo, Tue de Stordeur, Eider Badiola, Sara Cifuentes, Sara Mata.

Una historia sobre la tiranía de lo injusto

El médico de su honra es uno de los textos menos representados de Calderón, y con él, Adolfo Marsillach deseaba abordar el conflicto del honor y la honra (mal entendidos en este caso por el protagonista, pero amparados por el sistema), la tiranía de un injusto orden establecido y el juego del libre albedrío y la determinación de la voluntad. Los celos se convierten en el motor del conflicto dramático, e interesaban especialmente al director por su contemporaneidad.

El médico de su honra se estrenó el 17 de abril de 1986 en el Teatro Nacional Cervantes de Buenos Aires (fundado por María Guerrero y su marido Fernando Díaz de Mendoza), dentro de la Muestra de Teatro Español en Iberoamérica. A España llegó el 24 de mayo de 1986 en el desaparecido Teatro Álvarez Quintero de Sevilla y, posteriormente, en el Teatro de la Comedia de Madrid, el 23 de octubre de ese mismo año.

Con ocasión de su primera reposición, que se reestrenó el 7 de julio de 1994 en el XVII Festival internacional de Teatro Clásico de Almagro y el 20 de enero de 1995 en el Teatro de la Comedia de Madrid, Adolfo Marsillach escribirá: “Lo que Calderón plantea en su drama, ¿o tragedia?, me fascinaba. En El médico de su honra, un hombre asesina a su mujer por el “qué dirán”: la quiere, no está seguro de que lo engañe y, sin embargo, la mata porque los demás sospechan, porque murmuran, porque recelan. […] ¿A cambio de qué?: pues de que el orden –hipócrita– sea restablecido y la mancha de la suposición no se extienda, y para que, como diríamos hoy, la alarma social cese”.

Adolfo Marsillach establece, así, un nexo entre el conflicto universal del clásico, nuestra lectura ideológica actual y nuestro mundo contemporáneo.

Carlos Cytrynowski fue director adjunto de la CNTC hasta su muerte con 56 años. Otro hombre de teatro muy completo de alcance internacional, que —como sucedió en las dos puestas en escena de El médico…— abarcaba muchas disciplinas con un dominio creativo fabuloso. Así en la escenografía, el vestuario, la iluminación. Conocido en la profesión como Citri, siempre tuvo una dedicación plena a su profesión, y su fallecimiento fue muy lamentado. Se produjo en medio de numerosos proyectos dentro y fuera de la Compañía Nacional de Teatro Clásico.

El médico de su honra

Dirección de Producción: Carmen García y Graciela Huesca.

Producción Ejecutiva: GG Producción Escénica.

Iluminación: Carlos Cytrynowski.

Reposición Iluminación: Ion Aníbal.

Escenografía: Carlos Citrynowski.

Reposición Escenografía: Ricardo Sánchez Cuerda.

Diseño de Sonido: Carlo González.

Vestuario: Carlos Citrynowski.

Reposición Vestuario: Elda Noriega.

Versión: Rafael Pérez Sierra y Roberto Alonso.

Musica Original: Tomás Marco.

Ayudante de Dirección: Pepa Pedroche.

Movimiento Escénico y Coreografías: Marta Gómez.

El día a día del Festival en su web www.clasicosenalcala.net y a través de sus perfiles en redes sociales: Facebook (@ClasicosAlcala) · Instagram (@clasicosalcala) ·Twitter (@clasicosalcala)

 

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