‘Apegos feroces’, de Vivian Gornik
ELVIRA FERAL.
Vivian Gornick (Nueva York, 1935), periodista y una de las escritoras de referencia de la segunda ola feminista en Estados Unidos, publicó Apegos feroces en 1987. Este libro de memorias, considerado por The New York Times el mejor libro de memorias de los últimos cincuenta años y premiado como mejor libro del año 2017 por el Gremio de Libreros de Madrid, ha tardado treinta años en llegar a España de la mano de la editorial Sexto Piso.
En Apegos feroces, Vivian Gornick, nos cuenta que desde pequeña tuvo dos modelos de mujer. Por un lado, su madre, con la que tiene una relación complicada, pero la autora no aparece siempre como la víctima, también se culpa de muchas cosas; y por otro, Nettie, la vecina pelirroja, hermosa y de voz delicada que «marcaría la diferencia». Otro personaje singular de su vecindario es la señora Kerner que a la narradora le resultaba «cautivadora», un ama de casa desastrosa que andaba todo el día con un trapo atado en la cabeza y que nunca terminaba de pasar la aspiradora, ya que se ponía a dar vueltas mientras se olvidaba de apagar el aparato.
Vivian Gornick, que nació y creció en el Bronx, tiene cuarenta y cinco años cuando escribe estas memorias y su madre, setenta y siete. En Apegos feroces además de conocer sus relaciones con sus dos maridos, con sus amantes, con sus amigos, nos lleva de la mano para recorrer Nueva York en compañía casi siempre de su madre. Pasear «saca lo mejor de nosotras» y en estos paseos «no nos queremos, sino que a menudo rabiamos una contra la otra, pero de todas formas paseamos», asegura.
Jonathan Lethem, manifiesta en el prólogo que estas memorias de Vivian Gornick «tienen esa calidad endemoniada, brillante y absoluta que tiende a elevar un libro por encima de su contexto y provoca que sea admirado, con toda justicia, como atemporal y clásico». Y se pregunta por qué la escritora no ha abordado nunca la ficción, ya que, en su opinión maneja de forma admirable la escena y el diálogo.