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La colección de Arte Religioso Moderno de los Museos Vaticanos

JESÚS MILLÁN MUÑOZ.

Consta de ocho mil obras de más de doscientos cincuenta artistas internacionales, fue una iniciativa de Pablo VI, para intentar aunar, arte cristiano con arte actual, de estos dos últimos siglos. La exposición permanente consta de cincuenta y cinco salas

Pienso, he pensado muchas veces, que el cristianismo y el catolicismo concretamente, tiene que hacer lo que ha hecho durante siglos, desde la cruz más antigua, que se considera encontrada en el Coliseo de Roma, hasta la última pintura-dibujo-grabado-escultura que se esté haciendo o terminando esta mañana. Teniendo en cuenta las declaraciones del Concilio de Trento sobre el Arte y Arte plástico, pero en los tiempos actuales Misa de los Artistas Homilía de Pablo VI, Carta de Juan Pablo II a los Artistas, Benedicto XVI a los Artistas: La Belleza camino hacia Dios. Y, otras declaraciones, antes y después, durante siglos se han realizado sobre el Arte en general, sobre las Artes, sobre el arte plástico en concreto, siempre ha aunado ese entendimiento entre cristianismo y arte y artes.

Hay que tener en cuenta, que el ser humano, a nivel individual y personal, y colectivo-social, no es solo racionalidad, ni solo espiritualidad, sino también es cuerpo, también está formado por niveles de irracionalidad (emoción, sentimientos, afectos, pasiones, deseos). Toda esta unidad substancial que es la persona, formada por cuerpo-mente-alma, se conforma como una unidad en una estructura que se interrelacionan multitud de partes-dimensiones-facetas-interrelaciones-estructuras-funciones… Y, ahí, entra el arte-artes-arte plástico como una manera-forma, de no solo expresar cada ser humano, ese deseo profundo-sentido de y hacia la belleza, sino también, esa búsqueda de la relación de lo real inmanente, con lo Real Trascendente, ese deseo del ser humano de verdad-bondad-belleza y de ese ansía-sed que no se puede apagar sino con y en el Buen Dios

El arte religioso plástico, categoría aplicable al resto de las artes, siempre se ha dividido en arte religioso cristiano litúrgico, es decir, que se puede utilizar para el culto y rituales, para dentro del templo-iglesia-catedral, y el arte religioso cristiano no litúrgico, que está hecho, no sirve totalmente para el culto, pero si para la pastoral-evangelización-catequesis-contemplación, etc.

En estas décadas que tanto se habla del arte total, si nos fijamos bien, que es una catedral, sino una entidad, que además, de realizar actos litúrgicos-religiosos-espirituales-sacramentales, en ella se acumulan multitud de significantes y significados, no solo, por lo general, casos de todas y cada una de las artes (arte plástico, arquitectura, literario, musical, olores, etc.), sino de todos los saberes (religiosidad-espiritualidad, pero también, literatura, filosofía, algo del resto de los saberes…).

Es cierto, que quizás ahora, al menos, el catolicismo, no tiene la potencia-poder-posibilidades de cómo en siglos anteriores, encargos a los grandes artistas de obras religiosas, casi siempre para ser expuestas en los templos sagrados. De ahí, han surgido durante siglos, un arte cristiano que ha ido expresándose según los moldes de cada siglos, desde la antigüedad, desde el arte paleocristianos, pasando por los diversos estilos medievales, por los renacentistas, los barrocos, etc.

Pero llegó estos dos últimos siglos, desde el impresionismo hasta ahora, y, parece que el cristianismo, especialmente, el catolicismo se quedó estancado, quizás, porque se pensó, que esos estilos no eran propicios para el arte litúrgico, como puede ser cierto y verdad, pero no dándose cuenta, que es el modo de expresión de nuestra época, y el arte, actual o artes actuales, todas las tendencias y estilos de ahora, y llamo ahora, a estos dos últimos siglos, pueden expresar arte y artes religiosos, con todos los estilos, y por tanto, cristianismo y espiritualidad y religiosidad con y en todos las estéticas… 

Por otro lado, no olvidemos, que por lo general, los artistas y grandes artistas de estos dos siglos, tienen pocas obras, un tanto por ciento muy pequeño de arte religioso y, menos aún de arte cristiano, quizás, tienen obras que diríamos podrían tener una significación metafísica y religiosa, una trascendencia y una espiritualidad muy general. Por lo cual, diríamos que igual que la sociedad se ha secularizado en grados excesivos, esto ha ocurrido también en el arte plástico y arte religioso cristiano.

Para terminar, yo sugeriría, porque no sirve ninguna filosofía, como dirían los antiguos griegos, que no intente curar alguna enfermedad o patología o síndrome o dolor o pena o angustia. Yo, aconsejaría, a los responsables de los museos diocesanos del mundo y del orbe católico, que no solo coleccionen obras de arte de siglos anteriores, que está muy bien. Sino, que coleccionen también obras de estilos de estos dos últimos siglos y actuales de artistas de primera o de quinta, que tengan significados en consonancia con el cristianismo, que estén en relación y connivencia con el catolicismo, que empiecen a conservarlas, especialmente, cuando son donadas.

Yo, me atrevería a sugerirles, que los múltiples museos parroquiales y diocesanos y eclesiásticos que existen en Europa, a imitación de los del Vaticano, tengan una sección o salas de arte actual, y no solo del barroco o del renacimiento o del románico y, que conserven, en la medida que puedan obras de todos los estilos y de todas las técnicas (dibujos, grabados, pinturas, esculturas, códices, libros de artista, fotografías, etc.).

Triste es que a los autores de arte plástico actual de tipo religioso y cristiano, entre otras temáticas, en la práctica se le cierran muchas puertas, diríamos que existe negación absoluta de lo religioso en el arte actual, salvo alguna excepción de excepción, aunque digan lo contrario, que también, por parte, de quienes deberían ser más condescendientes con esas temáticas, por razones, quizás de estética de vanguardia o actuales, también, les cierran y cierren las puertas. Es la paradoja de la vida, unos les cierran las ventanas, porque hacen arte religioso de vanguardia, otros, se lo cierran, porque lo hacen con estéticas actuales. Lucas 16, 8.

Porque al final, igual que en los museos diocesanos del mundo, por lo general, no tienen obras religiosas de Miguel Ángel, ni de Leonardo, ni de Velázquez, sino que tienen que conformarse con figuras de segunda o quinta fila, y así, las coleccionan y conservan y guardan, quizás, deban pensar, que en los museos diocesanos del mundo entero, pueden y deben guardar obras de arte de segunda o quinta fila, que podrán servir, como base documental para pastoral-evangelización y como expresión de esa búsqueda de Dios

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