Carme Portacelli arriesga y gana con la adaptación de «La casa de los espíritus»

Por Rosa Chaneta

Tal y como anticipa el artículo Entusiasta retorno de Carme Portaceli al Teatro Español con «La casa de los espíritus», el best seller de la afamada escritora Isabel Allende, publicado por vez primera con gran éxito en 1982, ha resurgido en Madrid en forma de obra dramática.

La trama versa acerca de la vida y milagros, en fin, la evolución, de la familia Trueba del Valle en Chile durante casi todo el siglo XX. Comienza con la trágica muerte de Rosa del Valle, envenenada por error por los enemigos de su padre, Severo del Valle –Guillermo Serrano-, un político de ideología liberal. A raíz del trágico suceso, Esteban Trueba –Francesc Garrido-, su futuro y fallido marido, restaura la hacienda familiar de «Las tres Marías», convirtiéndose diez años más tarde en una de las personalidades más ricas y respetadas del país. Es en ese momento cuando, abandonando su carácter disoluto y mujeriego, contrae nupcias con una bella joven muy peculiar: Clara del Valle –Carmen Conesa-, que goza de la extraña facultad de adivinar el futuro y hablar con los espíritus.

A partir de esta unión conyugal, descubriremos una rica y variopinta variedad de personajes, como la prostituta Tránsito –Gabriela Flores-; Esteban García –Jordi Collet (quien también es el responsable de la parte musical del espectáculo)-, el resentido hijo bastardo de Esteban (fruto de una violación de este a la campesina Pancha García –Inma Cuevas-); los hermanos Blanca Trueba –Inma Cuevas-, Nicolás Trueba –David Fernández «Fabu»- y Jaime Trueba –Guillermo Serrano-; el conquistador y liberal Pedro III –Borja Luna-; la misteriosa Férula –Gabriela Flores-, Petra García –Pilar Matas-; o Alba –Miranda Gas-, la nieta de la pareja que, junto a su abuelo, son los narradores de esta preciosa historia. Así, va desgranando la situación política y social del país; el papel desempeñado por las mujeres, bravas luchadoras por sus derechos y libertades y las batallas diarias que enfrentaban a liberales y conservadores, combates que culminarían en una violencia abominable.

La adaptación de Anna Maria Ricart y Carme Portaceli es admirable. A pesar de su larga duración (casi tres horas y media), consiguen captar la atención del espectador durante toda la función. Era muy difícil trasladar a escena esta gran novela sin confundir al público con esa original mezcla de realismo y magia, con los innumerables flashbacks que alteran la secuencia temporal de toda la pieza y con esos cambios de escenario constantes. Pero la directora resuelve todo esto con, por supuesto, la ayuda del sensacional equipo artístico que la acompaña.

El elenco en general está espléndido, pero no puedo dejar de señalar las interpretaciones magistrales de Francesc Garrido y Carmen Conesa, que encarnan a los protagonistas de esta ficción.

Por un lado, el actor, de una gran versatilidad, es capaz de transformar su personalidad -de un Esteban Trueba joven y violento a otro más mayor y mucho más frágil, compasivo y sin el poder que le caracterizaba- apenas en un segundo; un suspiro es suficiente para una perfecta mutación en la que le bastan un bastón y un mero cambio de postura.

Por su parte, Conesa brilla representando a Clara. Su forma de moverse -con ese traje tan maravilloso y elegante-, su decisión, el misterio que desprende… logra convencernos de que no existe nadie mejor que ella para ponerse en la piel de la hija pequeña de la familia Del Valle.

En definitiva, La casa de los espíritus es una obra que conmueve. Llena de sarcasmo, ingenio, amor, violencia, mentiras y tragedia. Con toques feministas y revolucionarios. Todo ello conjugado con excelentes texto, reparto y dirección.

Autora: Isabel Allende

Dirección: Carme Portaceli

Adaptación: Anna Maria Ricart

Dramaturgia: Anna Maria Ricart y Carme Portaceli

Reparto: Jordi Collet, Inma Cuevas, Gabriela Flores, Francesc Garrido, Pilar Matas, Carmen Conesa, David Fernández «Fabu», Miranda Gas, Borja Luna y Guillermo Serrano

Diseño de escenografía: Paco Azorín

Diseño de iluminación: David Picazo

Diseño de vestuario: Carlota Ferrer

Coreografía y movimiento: Ferrán Carvajal

Música original y espacio sonoro: Jordi Collet

Diseño de vídeo: Miquel Àngel Raió

Diseño de sonido: Pablo de la Huerga

Ayudante de escenografía: Fer Muratori

Ayudante de vestuario: Sonia Capilla

Ayudante de dirección: Montse Tixé

El espectáculo estará en cartel del 24 de abril al 16 de mayo en la Sala Principal del Teatro Español.

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