Aviones sobrevolando un monstruo

Aviones sobrevolando un monstruo

Daniel Saldaña

Anagrama

Ciudades, vida, escritura. Un libro seductor, a medio camino entre la crónica, la autobiografía y la narrativa.

«De la Ciudad de México a Madrid, de Cuernavaca a Montreal y de allí a La Habana, este libro dibuja un recorrido por las ciudades que me han marcado. “¡Horrible vida! ¡Horrible ciudad!”, escribe Baudelaire en un poema que releo mucho, de El spleen de París. (…) Horrible oficio, añado aquí: solitario e incierto, sembrado de obstáculos reales e ilusorios, desesperante y mal pagado. Pero también oficio dulce, que me sosiega y me hace olvidarme de casi todo lo que en general me angustia. Pensar sobre la ciudad desde la que escribo, o sobre el cuerpo que teclea estas palabras, es siempre, invariablemente, pensar también el acto mismo de escribir, sus consecuencias. Por eso se cuelan, en estas páginas, algunas reflexiones sobre el oficio, horrible y luminoso, de poner una palabra delante de otra.»

A medio camino entre la crónica, la autobiografía y la narración, este es un libro sobre ciudades, sobre experiencias vividas y sobre la escritura y la literatura. El hilo conductor que cose estos textos es el viaje por ciudades que han sido relevantes en la vida del autor. Así, asistimos a su regreso a Ciudad de México –«la Ciudad Monstruosa»– tras un año de ausencia; recorremos la Cuernavaca de hoy y la ya inexistente que dibujó Malcolm Lowry en Bajo el volcán; visitamos La Habana, donde los padres del autor lo engendraron en un hotelucho durante una breve estancia entre fervores revolucionarios; descubrimos un Montreal de pasado turbio y presente en el que a treinta grados bajo cero hay todo un submundo; lo acompañamos en una estancia en una residencia para escritores en New Hampshire donde el uso de ciertas drogas acaba convirtiendo a una autora norteamericana en un súcubo en medio del bosque; lo seguimos hasta un Madrid en el que –con el teniente coronel Tejero como vecino– organizó una fiesta con piñata de vísceras y otros excesos bajo los auspicios de Georges Bataille; o curioseamos por entre los libros de su biblioteca que le han acompañado en sus mudanzas…

Un libro inteligente, evocador y por momentos disparatado y endemoniadamente divertido. Un autor al que seguirle la pista.

«De lo mejor de la literatura que se hace al otro lado del charco» (Inés Martín Rodrigo, ABC).

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