El Club de las Cuatro Emes

Por Àngels S. Amorós

Juan Ramón Santos (texto) y Paula Blumen (ilustraciones). El Club de las Cuatro Emes. Barcelona: Editorial Edebé (Tucán verde), 2021. 184 pp. A partir de los 10 años. Premio Edebé de Narrativa Infantil 2021.

Nos pasa a menudo que hacemos planes para solucionar problemas

o situaciones que nos preocupan y que, a la hora de la verdad, se resuelven

de la forma más natural e inesperada, lo que nos deja al final con cara de panolis.

Madán Golosín tiene dos caras. Cuando los niños entran a su tienda de golosinas Madame Golosine de Pomares acompañados por sus padres es muy simpática, pero cuando van solos no los trata igual. Por eso, una pandilla de cuatro amigos deciden hacerle pequeñas travesuras como cambiarle el precio de las chucherías mientras uno de ellos, Manuel, la entretiene charlando como una persona mayor. El plan no tiene resultado porque los pillan y los padres los castigan sin móvil y es entonces cuando la pandilla decide darle una lección. Para ello, crean el Club de las cuatro Emes porque quieren mantenerse en el anonimato. La sociedad se llama así porque sus miembros son Matilde, Manuel y las dos Marías

Al principio, los cuatro amigos piensan que lo más fácil es perjudicar a Madán Golosín a través de su perrita llamada Lulú, y de paso tratar de cambiarle esa cara de pena que siempre tiene el pobre animalito. Sin embargo, los chicos no tardan mucho en descubrir que Madán Golosín tiene otros problemas y el objetivo de la pandilla cambia totalmente. Ahora todos quieren ayudarla y por  eso aprovechan los recreos para reunirse y luego se dedican a observar el entorno. No tardarán en averiguar que la clave está en Mesié Lasurrín, el marido de Madán Golosín, que tiene un comportamiento extraño. Su cómplice es Peluqui, un joven a quien Madán Golosín ayudó cuando era pequeño y acepta ayudar a los chicos. Los cuatro se ponen manos en la obra y trazan un ingenioso plan para evitar que el marido de Madán Golosín pierda el vicio de jugar a toda clase de apuestas y juegos que está llevando a su familia a la ruina.

Al final, todo acaba bien. Madán Golosín les confiesa que aunque le encanta Francia nunca ha estado allí y aunque se siente en deuda con los chicos continúan sin gustarle los niños. Esta historia ilustrada por Paula Blumen tiene muchos matices y elementos que tienen todas las de ganar entre lectores de todas las edades. Además de la intriga y el humor negro, la amistad y la vida de barrio encontramos  muy buenas intenciones de un grupo de chicos hacia un tema poco tratado en la literatura infantil y juvenil que les atrapará aunque no estén directamente implicados personajes de su edad. La obra ha merecido el Premio Edebé de Narrativa Infantil 2021.

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