Patricia Barbosa: talento español en la espléndida órbita mexicana
Por Horacio Otheguy Riveira
De España a México, el viaje de Patricia Barbosa, tiene la osadía y el encanto de una mujer volcada en el arte de interpretar como actriz, guionista, productora…
Acostumbrados a ver llegar talentos de allende los mares, se nos ha olvidado la profunda relación con el gran país norteamericano por parte de numerosos creadores españoles. Aquí y ahora se ha perdido la comunicación con el fantástico mundo creativo mexicano, donde rápidamente —para lo lentos que son los procesos artísticos— Patricia encontró hueco. Una actriz con voz propia, estilo, abierta a nuevos conocimientos, bien dispuesta para afrontar ambiciosas propuestas.
En su feliz estancia no rehúye el retorno, está en el va y viene como viajera de una cultura que le permite ser actriz y coaching de actores y escribir obras teatrales y guiones que a su vez produce: alma inquieta que también domina el arte de sonreír, tal vez el único que desnuda las verdaderas emociones de las actrices. Sonríen sus labios como sus ojos, o permanece ligeramente seria, ofreciendo un gesto interior que también sonríe, y basta con eso para adivinar que el disfrute de manos tendidas recorre su cuerpo con la felicidad de quien se arrojó a la incertidumbre del mundo del espectáculo con la mejor arma: el talento que se fortalece con la capacidad de trabajo.
Fue una niña que iba para actriz desde muy pequeña: el mundo antojado como una pista en la que provocar disfrute a través de la imaginación. Algo propio en todos los infantes con suficiente libertad de movimiento. Y Patricia la tuvo. Fue celebrada suficientemente como para prender muy hondo y despegar poco a poco, con la incertidumbre económica habitual, hasta encontrar que lo que manda es el impulso más verdadero y entonces, una vez localizado, se trata de avanzar con paso firme:
«Mi madre cuenta que con 5 años ya me disfrazaba con lo que pillaba por casa y les montaba representaciones en el salón utilizando a mis muñecos como compañeros de escena. Mi papel de gato con botas con acento andaluz en la función de primaria fue mítico, jajaja. Sin embargo, siempre me dio mucho miedo lanzarme a esta profesión de lleno y arriesgarme a no poder mantenerme por mí misma. Mi historia familiar me había enseñado que una mujer debe ser independiente económicamente para ser libre. Así que, aunque tuve muchos escarceos con el teatro e hice muchas obras amateur, no fue hasta los 28 años que me decidí a dar el salto a la actuación profesional».
¿Fue radical la decisión?
Y tanto que con esa edad, entré en el Estudio Corazza para el actor, una de las escuelas de mayor prestigio en Madrid, que me pareció ideal para desarrollar mi formación. Después vinieron muchas otras escuelas, entre las que no puedo dejar de nombrar el Centro del Actor, de mi querida maestra Lorena Bayonas, y la Central de Cine, dirigida por la gran Eva Lesmes. Desde que terminé la formación en Corazza, en 2016, tenía en la cabeza el sueño de venir a México. Muchos compañeros habían emigrado y hablaban maravillas de la cantidad de trabajo y la creciente calidad de las producciones. Pero empezaron a aparecer trabajos interesantes y fui posponiendo la decisión. Hubo varios papeles en teatro, algunos interesantes y otros desastrosos, como en todo comienzo, pero que también me enseñaron mucho como Viejos Tiempos de Harold Pinter, La Casa de Bernarda Alba, de mi adorado Federico García Lorca, o la versión musical de Como Gustéis, de Shakespeare, producciones por las que guardo un cariño muy especial. Ah, y microteatro, mucho microteatro y algunos pequeños papeles en audiovisual. Y pronto empecé a escribir y producir mis propios textos.
Y llega a escribir, producir e interpretar un inquietante cortometraje
Hay necesidades que se vuelven imperiosas una vez dentro del ambiente creativo, así que empecé a escribir y producir mis propios textos. Todos ellos con una temática feminista, me parece inevitable este compromiso, a tal punto que en algunos trabajos está en primer plano, como es el caso del cortometraje Denuncia.
Es muy interesante su doble interpretación en este corto. En poco espacio de tiempo es usted policía y denunciante en dos partes bien diferenciadas…
Me pareció muy gratificante asumir dos personajes tan distintos, los dos en la telaraña de la burocracia policial, pero con distintas características, claro. Dos mujeres en frentes opuestos.
El feminismo le importa en todos los aspectos…
Es un asunto de coherencia. Supongo que, como gritamos en nuestras manifestaciones, el mundo será feminista o no será. Para mí es algo intrínseco a mi forma de expresarme. Y de vivir, hago siempre lo posible por vivir de manera coherente con ese ideario. ¿Para qué hacer obras artísticas feministas si no actúas en consecuencia cuando se cometen injusticias? Durante un breve tiempo fui parte de la junta directiva de la Liga de las Mujeres Profesionales del Teatro pero, más allá de la labor asociacionista, yo siempre intento estar ahí para mis compañeras cuando lo necesitan.
¿Cómo fue el aterrizaje en México?
Así, escribiendo, actuando, haciendo coachings, nos plantamos en 2019. Yo tenía mi texto teatral Cárcel de Flores recién terminado y estaba disponiéndome a montarlo en Madrid. Ya tenía elenco, directora y a Alfredo Menéndez Barral listo para la distribución. Cuando un día de agosto (recuerdo que estábamos en la playa), mi novio recibe una llamada de su jefe proponiéndole un puesto en México. Habíamos estado valorando la posibilidad de venir, buscando oportunidades laborales para él, pero no queríamos hacerlo de cualquier manera. Y ahora aparecía la oportunidad y no dudamos ni un instante, como si desde aquella playa maravillosa pudiéramos volar: ¡Vámonos! Y aparecimos aquí en enero de 2020, ¡el año más raro de la historia!
Esta escena la trabajamos Germán y yo con Carles Vila como director, es un extracto de la película Heroína de Gerardo Herrero, que trata sobre la asociación de madres gallegas contra la droga “Érguete”. Por supuesto, lo cambiamos como que yo era su hermana.
Acción en Pandemia
Pese a la pandemia no paré de hacer cosas (no soy yo de estarme mucho rato quieta): cursos online, escribir, trabajar el acento neutro… y en septiembre cuando la cosa empezó a reactivarse, yo ya estaba a tope para empezar a trabajar. Desde entonces, he grabado dos comerciales, dos cortometrajes, he trabajado en una obra de teatro y he rodado una película, la primera en la que tengo un papel de peso, No Translation Required, de Rafael Altamira. Esta comedia romántica bilingüe, cuenta la historia de amor entre una estadounidense (Kelsie McDonald) y un mexicano (Cristo Fernández) y todas las barreras que deben superar. Yo interpreto a Victoria Reyes, empresaria española del mundo de la moda afincada en Estados Unidos. Este personaje le pone un punto picante y divertido a la historia y para mí ha sido un lujo tener la oportunidad de darle vida. Lo que más me gusta del largometraje es que refleja la sociedad multicultural tan rica en la que tenemos la suerte de vivir. Hemos participado actores de México, Estados Unidos, Canadá, España, Reino Unido, Italia, Australia,… Ya estoy deseando ver la peli montada.
¿Se siente cómoda en medio de la cultura mexicana?
Muy cómoda. Hay mucha creatividad y de inmediato me sentí como una más. Claro que he de decir que es muy rica y muy amplia y desde luego llevo poco tiempo aquí y me ha pillado uno de los peores momentos para consumir cultura en vivo. Sí he tenido la oportunidad de ver algunas obras de teatro, pero no demasiadas. La que más me ha interesado ha sido el montaje Kame Hame Ha, de Daniel Patiño. El actor Álex Morán nos envuelve en un monólogo de ritmo frenético y con un trabajo corporal impresionante, que te deja sin palabras. Cuenta la historia de un sicario de 14 años y cómo vive su vida casi como si estuviera en una serie de dibujos animados, convirtiéndose en el alter ego de Goku.
Mística extraña
Una cosa que me llamó la atención al llegar a México, es el calado que aún tiene la religión católica en la sociedad y eso se refleja en las obras culturales. En Guadalajara, hace casi 40 años que se representa el Romancero de la Vía Dolorosa, montaje teatral que narra la pasión de Cristo en forma de romances. Durante Semana Santa y Pascua, hay varias compañías que la montan. Yo este año tengo la suerte de estar en el montaje que dirige Moisés Orozco, uno de los directores de teatro más reputados del estado.
En cine y televisión, hay cada vez más producciones y parece que vienen muchas coproducciones México-España. Aparte de exitazos como Luis Miguel la serie o Ya no Estoy Aquí y en general todas las películas de Iñárritu, del Toro y Cuarón, hay otros cineastas bien interesantes en el país. Hace no mucho descubrí a Natalia Beristáin y me interesó mucho su trabajo. Si pueden ver su ópera prima, No Quiero Dormir Sola, se la recomiendo mucho (está en Filmin Latino). Lo último que he visto ha sido el largometraje Nuevo Orden, de Michel Franco para Amazon Prime, y me ha dejado helada. Me gustó mucho la premisa y las imágenes son muy potentes, es cruda pero poética a la vez. Vemos muertos, pero no los vemos morir (casi nunca). Pero destacaría sobre todo el ritmo, no te deja perder de vista la pantalla un solo minuto. Me interesó muchísimo y los actores y actrices están muy muy bien.
Mi cuenta pendiente ineludible para este año, si el covid nos lo permite, es presenciar el Día de Muertos. No puede una decir que ha vivido en México si no ha vivido esta tradición.
Mientras repiensa los posibles caminos para conmoverse en vivo, si la pandemia lo permite, el célebre Día de Muertos donde se rinde tributo a los seres queridos que siguen presentes en las emociones de la gente, con un homenaje único mundialmente… Patricia Barbosa toma notas, bosqueja diseños de producción, enarbola la bandera de mujeres libres y procura unir sueños con hechos, ideales poéticos con responsabilidades de combatiente. En cualquier caso, podemos estar seguros de que en España, México o cualquier otra parte del mundo su nombre sonará con la buena disposición de las artistas que nunca descansan, firmes defensoras de una cadena de solidaridad acompañadas de rigurosa actitud creativa.