Alejandro Sotodosos, autor de ‘Después de todo…’: «Esto libro es perfecto para quien no sabe poner nombre a sus sentimientos»
PILAR M. MANZANARES.
Con seis libros en el mercado antes de cumplir los treinta, Alejandro Sotodosos ha dejado de ser una joven promesa de la escritura, para entrar con paso firme en la industria editorial. Ahora, regresa a la primera línea con Después de todo. Y de todos. Aquí. Y ahora. Un libro lleno de reflexiones, sensaciones y que su propio autor desnuda al completo.
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Son 247 páginas las que componen este libro ¿Qué va a encontrar el lector en ‘Después de todo…’?
Van a encontrar un híbrido entre poesía y novela, porque es un poco prosa poética. Reflexiones sobre temas como el amor, el paso del tiempo, las amistades, la pérdida, la nostalgia, etc., y que están articulados en torno a palabras. Estas son palabras bonitas, que suenan de una forma musical y que tienen un significado. Cada relato tiene, por lo tanto, una relación con el significado de esa palabra.
- Estas reflexiones de las que hablas ¿A quién dirías que van dirigidas?
No voy a caer en el tópico de decir que para todo el mundo. En este caso yo diría que si acotamos en términos de edad, a gente de entre 23 a 55 años, más o menos, porque creo que es un libro más maduro, no tira tanto para un grupo adolescente.
En cuanto al género, no me atrevo a clasificarlo. Quizá hasta un chico pueda verse más identificado, porque cada vez hay más chicos que empiezan a compartir sus sentimientos de forma libre, sin miedo a ser cuestionados y es algo muy positivo.
- Entonces, ¿Crees que se ha evolucionado tanto en la escritura como en la lectura en cuestiones de género?
Si, antes no era tan usual que un chico se abriera un perfil en una red y empezara a compartir sus textos, sus sentimientos. Creo que todos los cambios son graduales y siempre más lentos de lo que nos gustaría. Yo me acuerdo que cuando empecé a compartir mis textos en redes sociales, recibía comentarios haciendo referencia a que eso “no era para chicos” y creo que esos desprecios o ya no se hace tanto, o si lo haces estás sujeto a la crítica de la gente afortunadamente.
También hemos evolucionado en cuanto a temas como el color. El interior del libro es rosa, un color que siempre se ha orientado hacia las mujeres, desde que somos pequeños. Y ahora lo ves como lo que es, un simple color, sin que determine ningún género.
- Antes hablabas de a quién va dirigido ‘Después de todo…’, pero ¿A quién se lo recomendarías?
Esto libro es perfecto para quien no sabe poner nombre a sus sentimientos. No hablo de una sensación necesariamente triste. No es un libro negativo, al revés, es un mensaje de esperanza. Creo que también puede ser un libro de empuje para aquellos que quieren dar un cambio a su vida, pero no se atreven.
- Siendo tan especial ¿De dónde nace este libro?
Surge de una forma curiosa. Yo llevo publicando y autoeditando desde el 2009. Durante unos años no lo abandoné e intenté reconvertirme hacia lo digital, creando blogs como Contra las cuerdas. En este último, llegué a compartir parte de mis textos y me contactó Anaya. Me propusieron este proyecto en marzo del 2019, me gustó mucho y me animó a dar el paso de volver a la escribir en papel.
- Y vaya si te animaste, son más 87 palabras las que descubrimos en esta obra ¿Cuál es tu favorita y por qué?
Lo gracioso es que en realidad, yo entregué 120 palabras, pero tuvimos que hacer criba, no fue por falta de contenido (risas).
A mí me gusta mucho la palabra ‘Altahman’, no solo por su significado, sino por el texto que la acompaña. También tengo predilección por las doce palabras que además, van acompañadas de unas ilustraciones maravillosas de Lara Costafeda, es una artista afincada en Cataluña.
Lo bonito del libro es la variedad de palabras. Es cierto que hay muchas palabras en otros idiomas que en castellano no tenemos y las echamos de menos, como ‘Saudade’, y al revés, como ocurre con ‘Ojalá’, que justamente es mi palabra favorita.
- Complicado saber que palabras elegir por lo que me cuentas. Supongo que pediste segunda opinión ¿Cuál fue la primera persona a la que enseñaste el libro?
Yo mismo he corregido y mi libro y soy bastante exigente con mis textos, quizá demasiado. Así que intento buscar a alguien benévolo (risas).
Le pedí ayuda a mi amigo Saúl Quijada, que es periodista en La Ser henares y a mi novia. Además, hice que ellos puntuaran los textos, porque como te digo, tuvimos que hacer criba. Y me vino muy bien para elegir no solo en base a mi criterio, sino también en función del lector.
• Además de esta selección ¿Cómo fue el proceso de creación?
Yo tenía la fecha de publicación a un año vista, más o menos, y al principio no era consciente de todo lo que se venía encima, casi no le había comentado a mi familia sobre la publicación del libro. Porque no quería generar una exceptiva de algo que estaba naciendo.
Cuando llegó la pandemia y ya dediqué más tiempo a escribir, es cuando ya tomé más conciencia de que tenía que ponerme las pilas. Tenía ganas de volver al proceso de creación, de publicación y hasta el de promoción, que para mí es lo más complicado.
- ¿Y lo que da más miedo?
Lo primero es la crítica. Cuando publicas algo, te desnudas y te sientes más vulnerable. Entones, aquellas personas que son capaces de leer entre líneas, son capaces de hacerte daño más fácilmente. Y en segundo lugar, hay muchos que van ligados a momentos y a personas que ya no están en mi vida. Cuando los tienes frente a ti, se remueve algo.
- Tú ya tienes varios libros en el mercado ¿Dónde encuentras la inspiración?
En el caso de la novela, que en mi caso me he autoeditoado, lo que siempre hago es coger una serie de personajes y dotarles de un final, porque me da miedo perder el control de la historia. En cuanto a los relatos es más algo que se va construyendo en el día a día. Creo que la inspiración la tenemos delante. Se encuentra en cómo miras las cosas que te pasan, más que en las cosas que te pasan.
- Y a ti te ha pasado mucho, porque llevas escribiendo desde hace más de 10 años ¿De dónde viene está vocación ?
En mi caso es una pasión y una vocación que se ha ido alimentando con el paso del tiempo por la cultura. Es algo que viene desde pequeño. Todo el mundo que escribe creo que le pasan dos cosas, primero que le gusta mucho leer, y en segundo lugar, que escribe desde siempre. El leer es algo muy importante para un escritor, porque todos tenemos modelos en quienes fijarnos.
- Por ejemplo…
Emmanuel Carrère siempre me ha gustado mucho y ahora estoy leyendo a Alejandro Palomas, que fue premio Nadal en 2018. En el caso de este último me está enamorando su forma de escribir. También me encanta Risto Mejide. Y destacaría a Manuel Jabois, Ana María Matute, Joaquín Sabina y muchos más. En cuanto a libros, últimamente me ha gustado mucho Los renglones torcidos de Dios, de Torcuato Luca de Tena.
Soy fan del costumbrismo y la forma de contar las cosas de los escritores franceses. Me gusta No ficción y ellos son bastante especialistas en este género. Yendo hacia la poesía me quedaría con Elvira Sastre.
- Pesos pesados de la literatura. En tu caso ¿Cómo has evolucionado como escritor?
Pienso que he ido perdiendo intensidad, pero ganando en poso. Mi escritura ahora es menos explosiva, menos fogosa que al principio. Ahora veo que es menos enrevesada, pero con mucho más fondo. Y pienso que es algo positivo.
Mi escritura es un reflejo de mi forma de ver la vida en cada momento. En la adolescencia todo es explosivo y es el fin del mundo (risas). Ahora estoy en otra etapa mucho más estable. Eso no quiere decir que no tengas ilusión o metas, sino que ves las cosas desde una perspectiva más calmada.
- Tal y como tratas el hecho de escribir ¿Es para ti una necesidad?
Sí, escribir siempre ha sido una faceta que forma parte de mi vida y de mí, aunque no siempre con la misma intensidad. Creo que cuando uno tiene un momento triste o malo, tiene más necesidad de expresar lo que le pasa que cuando uno se encuentra bien o feliz. Por suerte, he tenido atrás unos años bastante felices en los que no he tenido tanto esa necesidad de ponerme a escribir.
- Entonces ¿Sana la escritura y la lectura?
Sin lugar a dudas. Quizá no sé tanto si sana, si cura, si solucionas el problema escribiéndolo, lo que si estoy convencido es que poniéndolo en un papel eres mucho más consciente de ellos. Escribir es una buena forma de reconocer lo que te pasa, que luego lo leas y digas “así me siento”.
- Hablando de la industria editorial, muchos han cuestionado el futuro de los libros en papel, sin embargo tu te atreves a sacar a lanzarte de nuevo al mercado con uno….
Yo creo que este debate no está tanto en el tema medioambiental, porque a día de hoy hay muchas editoriales tiene garantía de reforestación, sino que es una discusión más bien comercial.
Es decir, si quieres impactar más sobre el público en Latinoamérica, es mejor que publiques en ebook o edites en México, pero yo particularmente me quedo con el papel. Creo que el tema de la pandemia lo ha acentuado, porque te permite desconectar de la pantalla.
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Basándote en tu experiencia personal ¿Cómo te ha afectado la pandemia a nivel creativo?
Positivamente en el sentido de darme más tiempo para escribir, pero negativamente en el hallazgo de los temas. De hecho, durante estos meses he recorrido fotos antiguas en el móvil para buscar algo de inspiración sobre algún tema en concreto. No creo que sea muy sano volver atrás, porque juegas con ese equilibrio emocional, pero era necesario, porque no tienes tantos estímulos. Creo que esta pandemia no ha afectado a la calidad de temas que uno puede plasmar en la escritura, pero si a la cantidad.
- Por como respondes, haces ver la escritura como ejercicio de introspección muchas veces ¿Agota?
Sí, a mí la escritura me agota un poco porque te pone en guardia si vas a publicar algo sobre lo que tu opinión es un poco contraria a la de la corriente mayoritaria. Sabes que te van a caer palos.
Una que publiqué en contra las cuerdas una frase que decía “Quédate con quien no pueda estar un día sin escribirte con tal de verte en línea”, parte de un texto mucho más largo. La gente la interpretó como si dijera que debíamos estar todo el día pendiente del teléfono y de otra persona. Yo me refería a que si, por ejemplo, un día estas de viaje por ahí, por trabajo o lo que sea, pues buscas un hueco para interesarte por esa persona. Pero entiendo que cuando haces algo público, estás sujeto a críticas.
- Quizá esto es un ejemplo de cómo la gente se toma en serio lo que lee. Durante estos meses de confinamiento ¿Hemos entendido la importancia de la cultura?
No (risas), porque creo que en España hay una cultura de lo gratis de la cual no hemos salido nunca, se sigue por ese camino de conseguir las cosas de forma pirata. El hecho de la pandemia nos ha hecho consumir más cultura, pero no ha creado una conciencia de pago. No ha hecho que la gente entienda que detrás de cada serie, libro o película que vemos, hay un equipo detrás que está haciendo un trabajo. De hecho, las primeras entradas que te salen en google cuando pones el titulo de un libro, son enlaces de descarga.
- Siendo así ¿Cómo ves el futuro de la industria editorial?
La industria debería replantearse si es el precio que se paga por un producto es justo de cara al público. Porque en realidad son los intermediarios quienes salen más beneficiados, no el artista o el escritor. Deberíamos reducir ese precio, revisando la cadena de producción y venta del producto, o mantener el precio, pero hacer ver a la gente por todo lo que está pagando. No creo que la industria editorial vaya a morir, ni mucho menos, pero tendrá que vivir una transformación, igual que está pasando con otros sectores.
Veo un futuro con múltiples apps de libros, donde se recojan sus principales títulos y que las editoriales sean capaces de reducir sus costes en las cadenas de distribución. Por ejemplo, abrirte a plataformas como Nubico o Storytel, que te permite tener libros bajo demanda.
17. Y el tuyo ¿Qué ves en el horizonte, algún proyecto nuevo?
Me encantaría lanzar otro libro, pero en ese caso que fuera una novela. Quiero tomarme mi tiempo, pensar en una idea trabajada, poder documentarme con calma y poder escribir algo bonito y que me llene. En lo personal, me apetece mucho marcharte fuera de España por algún tiempo. Es algo que siempre he querido y estuve a punto de hacer, pero con el tema del Covid fue imposible. Creo que este cambio sería interesante para mí como persona y como escritor.
Alejandro enhorabuena por el libro que acabas de editar. Espero que tenga una buena acogida entre tus lectores, y que surjan otros, gracias a este nuevo trabajo.
Continuo leyendo «el viento de la luna»
de Antonio Muñoz Molina. Me gusta, aunque leo despacio y a ratos.
Gracias por este regalo. Espero corresponderte comprando tu último libro.
Te quiere tu tío Goyo.