Serrat, Sabina, the mamas & the papas
Por Mariano Velasco
Dos espectáculos con mucho en común y a la vez bien diferentes, Mi padre, Sabina y yo y Mi madre, Serrat y yo, destacan entre las variadas propuestas que la compañía de teatro Plot Point está ofreciendo con éxito en Madrid, pese a la dificultades de la pandemia. Ambas obras se caracterizan por abordar de manera singular y con buen humor las relaciones entre padres e hijos/madres e hijas, con el trasfondo de una selección de temas —imposible no dejarse fuera alguno imprescindible— de quienes son, qué duda cabe, dos de los mejores letristas de nuestro panorama musical, acostumbrados además a hacer de pareja: Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina.
“No es que no vuelva porque me he olvidado
de tu olor a tomillo y a cocina…”
Así, con este Soneto a mamá, una de las composiciones más bellas de Serrat, aunque no de las más conocidas, arranca con acierto Mi madre, Serrat y yo, la historia de Penélope, la hija, y Lucía, la madre (no podían haberse llamado de otra manera), que volverán a convivir tras la separación de la primera. Sorprende saber que la agilísima Marina Skell lleva ya trece años representando brillantemente esta pieza que reúne a dos personajes un tanto desnortados, aunque cada uno a su manera. Pese a que quedará bien claro desde el principio las enormes diferencias que hay entre ambas, se acabarán descubriendo sorprendentes complicidades gracias a la aportación al hilo narrativo de canciones como Aquellas pequeñas cosas, Mediterráneo, Lucía o Sinceramente tuyo. ¿Les suenan de algo?
Mi padre, sabina y yo, como no podía ser de otra forma tratándose de quien se trata, apuesta más por moverse sobre el filo canalla de la vida, y nos presenta a un padre de vida desordenada y lujuriosa a quien, sin embargo, ya le ha salido aquella “hoja roja” de la que nos hablaba Miguel Delibes, es decir, el anuncio de que la muerte está al caer. Y de repente, se le aparece en casa un hijo desconocido que parece revolucionarlo todo. O no, porque la vida, y la muerte, al final siguen su curso: la primera nos ofrece placeres que hay que aprovechar y la segunda resulta ser una putada. Muy sabiniano todo ello.
De forma similar al anterior espectáculo, aquí los que van dando consistencia a la historia son temas (también les sonarán) como Pongamos que hablo de Madrid, Dieguitos y Mafaldas, La del pirata cojo o Y sin embargo:
“Y me envenenan los besos que voy dando
y sin embargo cuando duermo sin ti
contigo sueño.
Y con todas, si duermes a mi lado…”
Ahora es Carlos de Matteis, director de la compañía, el que sostiene el argumento bravamente y con similar agilidad que su compañera en la pieza de Serrat. Y en ambos casos, acompañados por las excelentes voces de sus coprotagonistas.
Plot Point es ya todo un referente en el teatro alternativo de Madrid, un modo de concebir este arte sobre el escenario que tiene como uno de sus principales puntos de encuentro la calle Ercilla del madrileño barrio de Embajadores, donde también se ubican las sedes de otras compañías similares, como la Sala Cuarta Pared, Lagrada o La Encina Teatro.
“Mi padre, Sabina y yo” y “Mi madre, Serrat y yo”
Compañía: Plot Point
Dirección: Carlos de Matteis
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