«Trabajos de ser sólo hierba», Miguel Ángel Curiel

Por Isabel Alamar.

En Trabajos de ser sólo hierba (Los Libros del Mississippi, 2021), Miguel Ángel Curiel (Alemania, 1966) nos hablará fundamentalmente de la escritura, también del autoconocimiento y la búsqueda del yo. Véanse algunos ejemplos: «Lávame aire / el yo»; «Queda sólo eso, la sal de uno»; «Tengo / la fuerza / de la flor / que rompe la tierra»; o este otro: «También soy una mala hierba”, a través de imágenes que tratan de reflejar lo mejor que pueden las múltiples facetas del yo. Y en frases como «Esta palabra es una grieta entre el ser y la luz» se unirán dos temas fundamentales para el poeta como son el yo y su decir, por otro lado, esto mismo en prosa poética podemos apreciarlo en párrafos como el siguiente:

Suenan mis pasos, pero ya no son pisadas, sino un ir lento escuchándome en todo lo que está caído (…) Ya no son estos pasos los que oigo, sino otros más antiguos, por el mismo lugar, pero quizás de vuelta.

En este poemario se aborda, sobre todo la vida, pero, quizás, con mayor contundencia la muerte, aunque percibida esta última, no como un final al uso, sino como un final luminoso seguido de un nuevo comienzo como nos muestran estos dos poemas:

El pájaro 

que sale tantas veces 

de 

la muerte

entra

en

el

sol.

***

Chasquidos,

re-inicio de la vida, ligereza

de

los días

por

venir.

Hierba

que

vuelve

a

salir.

En general, en Trabajos de ser sólo hierba cuando el yo poético nos hable de la poesía reconocerá con humildad que solo hace lo que puede y nos manifestará su impotencia para hacer más de lo que ya hace, no obstante, desde aquí podemos asegurarle a Curiel que nos parece más que suficiente su «trabajo» y que este se encuentra a la altura de los grandes escritores, pese a que sea un autor que se ha mantenido casi siempre al margen de tendencias y modas aunque fiel a su propia voz que es, sin duda, lo que más importa. Esta percepción nos llega tras haber leído versos como los siguientes:

Mi poema

era sólo hierba

-no lo confundáis con otra cosa-

sólo hierba

y como hierba

se seca

arde

y vuelve a salir.

Otro rasgo llamativo de Trabajos de ser sólo hierba es que Curiel va alternando poemas de versos muy cortos (de apenas una o dos palabras) con prosa poética, lo que le confiere a todo el poemario un sinfín de contrastes enriquecedores. Por otra parte, el léxico también juega continuamente con la confrontación de términos opuestos: día-noche, luz-oscuridad, todo-nada, negro-blanco…

En cuanto a otro aspecto interesante y tan característico de este libro es la belleza de lo feo con palabras (como hierba seca, flores secas, rastrojos, basura, excrementos…), que son utilizadas aquí para recalcar precisamente lo contrario la belleza en sí, la belleza suprema.

Este poema es una

flor seca.

En el resonar de esta grava

tú.

El sol muerde

los fósiles

de mis ojos.

Curiel nos propone con su último poemario realizar todo un recorrido de amplia naturaleza espiritual y trascendental, en el que ha vertido tanto sus sueños como algunas de sus pesadillas más horribles, pero también más lúcidas. De hecho, como nos han mostrado ya con anterioridad otros grandes escritores de todos los tiempos como Edgar Allan Poe o Charles Baudelaire en lo oscuro, en lo feo también radica la belleza porque lo feo y lo bello no dejan de ser dos ramas de un mismo árbol o dos caras de un misma moneda.

En suma, Trabajos de ser sólo hierba, un libro llamativo, peculiar, que nace de la hierba para ser algo más que hierba, nunca mejor dicho.

2 thoughts on “«Trabajos de ser sólo hierba», Miguel Ángel Curiel

  • el 23 marzo, 2021 a las 11:46 pm
    Permalink

    Mis emociones encontradas en el gran baúl de los escritos de Curiel.
    Admiración sincera de una simple lectora

    Respuesta
  • el 26 marzo, 2021 a las 6:27 am
    Permalink

    No sé si hablar de “prosa poética” es certero. Tal vez resultara más exacto, en algunos poemas versiculares o cercanos, a veces, al fraseo del aforismo, hablar de poemas en prisa. O de poemas, sin más. Incluso (en términos académicos) estamos siempre más cerca de la épica que de la narrativa o la disertación. Prosa, no. Formas de la rosa ?.
    AjR

    Respuesta

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