Mundos otros, transrealidades cercanas y babosas psíquicas

Portada de la obra donde se ve a uno de los protagonistas subido a un insecto
Portada de la obra.

La adaptación al cómic de la obra Transcrepuscular de Emilio Buesto realizada por Jordi Pastor logra una intensidad llamativa.


Emilio Bueso es sin ninguna duda uno de los escritores de más músculo narrativo en nuestra literatura. Abarcando géneros como la literatura gótica, el terror más lovecraftiano o las distopías, Bueso ha ido dando paso a paso hasta convertirse en un referente en cuanto a la literatura más oscura de nuestro país. Su última propuesta era, aparentemente, un salto al vacío.

Desde propuestas genéricas muy marcadas, se marchó a uno de los géneros más de nicho y más híbridos en su armazón narrativa, el “Sword and Planet”. Dentro de este género híbrido, tecnología, fantasía y épica se dan la mano para lanzar al lector fuera de su zona de confort. Nos presenta Bueno un planeta con tantos elementos desfamiliarizadores para el lector que cada página es un esfuerzo para decodificar los elementos propuestos: sociedades muy distintas a las nuestras, babosas con poderes telepáticos en simbiosis con los cerebros humanos son algunas de ellos. Ahora bien, la lectura se hace ágil y muy entretenida, es lo que tiene ser un narrador tan experimentado y tener una voz tan propia y firme. Hasta aquí, todo bien, pero ¿qué pasa cuando se plantea pasar una novela como Transcrepuscular, la primera parte de la trilogía Los Ojos Bizcos del Sol, al cómic?

Pues pasa que alguien como Jordi Pastor recoge el guante y lo adapta y lo recrea para tal medio. El resultado es espectacular en muchos sentidos. Tuve la suerte de leer la novela de Bueso cuando salió allá por el 2017 en Gigamesh (que también es la editorial del cómic) y nunca pensé que se pudiera llevar la esencia de la obra al medio visual: cómic, película o serie. Me parecía demasiado expansivo, la verdad, demasiado “loco” en muchos sentidos. Así, me acerqué al cómic con mucha precaución y a cada página me daba cuenta de lo bien que había salido la jugada. De hecho, tras la lectura de este primer volumen, releí gran parte del libro de Bueso para ver cómo había sido eso posible.

Tengo la respuesta: ha sido posible porque a veces pasan este tipo de cosas y no hay que buscar más lógica ni respuesta. Ha sido posible porque ha sido posible. Una tautología, lo sé, como tantas otras en nuestro mundo diurno y racional que se sustenta en lo nocturno y lo simbólico y que nunca es tautológico porque pasa de dar explicaciones para tranquilizar al personal. Dejémoslo estar así, como el amor, hay cosas que es mejor disfrutar sin mayo explicación. En las páginas del cómic, los colores dominan lo estético, pero la narración, a veces de profunda poeticidad, hace de contrapunto en un estilo más zen, más comedido. Son dos planos que se entrelazan dando un sentido de unidad excepcional. No sé, el que aquí escribe está acostumbrado a analizar objetivamente obras literarias y a la vez le pierden subjetivamente ciertos géneros y ciertos autores, es algo inevitable, entiendo. De alguna manera estamos ante una obra a la que me acerco desde ambos ámbitos, el objetivo y el subjetivo, y por más que me esfuerce no soy capaz de separarlos del todo. Mejor será concluir ya y seguir leyendo. O seguir viviendo. Ambas cosas, a veces, son iguales de intensas.

 

Por Francisco José Francisco Carrera.

 

Ficha técnica:

Título: Transcrepuscular. Los ojos bizcos del sol. Autor: Jordi Pastor. Editorial: Gigamesh. Formato: Tapa dura. Color. 144 pp.

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