La tragedia de los enamorados
A lo largo de la historia, son muchos los relatos que nos han llegado de enamorados que por azares del destino, no logran estar juntos para toda la vida. Incluso diversos autores, han llevado a la representación estos dramas que con el paso del tiempo se convirtieron en leyenda. Tenemos como ejemplo, la famosa pareja de Romeo y Julieta de William Shakespeare o Tristán e Isolda, una leyenda irlandesa llevada a la opera por Richard Wagner. Incluso en el valle de México existe la famosa leyenda de los volcanes, que simbolizan a dos amantes que no
lograron estar juntos, porque ella, la princesa Iztacihuatl había muerto de amor. Hoy, su enamorado la protege eternamente, acompañándola con rodilla en tierra, en su lecho de muerte y una fogata encendida.
Pero, ¿por qué todas estas leyendas están marcadas por la tragedia? ¿Por qué no pueden estar juntos?, ¿es posible morir de amor?
Como bien mencionaron y es importante recalcar ahora que recién celebramos el 14 de febrero, el amor, la felicidad tiene siempre su contraparte y son varias las historias de las que los amantes no salen bien librados. Una tragedia, tiende a modificar su situación amorosa. Muchas se llegaron a guardarse en la memoria, -como ya mencionamos-, la más antigua de todas, es Tristan e Isolda con 800 años de antigüedad.
Tristán, era un caballero con grandes habilidades que mata a un dragón que asola al pueblo y rescata a la princesa Isolda, -que quedó perdidamente enamorado de él, pero ella estaba prometida al rey Mark y comprendieron que su amor estaba condenado. Cierto día en que quedaron de verse, creyendo Tristán que su amada no había venido murió con el corazón destrozado. Al llegar Isolda y encontrar a Tristán muerto se afligió tanto que también murió. El rey Mark los enterró juntos en Cornualles. Sobre la lápida de Tristán creció una viña y sobre la de Isolda un rosal. Al crecer las dos plantas se entrelazaron de modo inseparable.
Los Amantes de Teruel
Otra leyenda que es real y está documentada es la de los amantes de Teruel. Una de las leyendas de las cuales se tengan constancia en una pequeña localidad de Aragón.
La leyenda
La historia o leyenda de los amantes de Teruel cuenta la historia de amor entre dos jóvenes Isabel de Segura y Diego Martínez de Marcilla El joven deseaba tomarla por esposa, pero no tenía fortuna y decidió ir en busca de ella. Le dijo que lo esperara cinco años. Viajó por mar y por tierra, hasta conseguir fortuna, pero pensando que ya no volvería, el padre decidió casarla con otra persona, mucho más grande que Isabel.
El día de la boda, regresó Diego Martínez y ya no alcanzó a evitar que se casara su amada, por la noche la visitó a escondidas del marido y le pidió un beso. Le dijo bésame, porque me muero. Pero ella le dijo que no, porque ya estaba casada. Entonces él cayó muerto, el cuerpo lo llevaron a casa de sus padres y al siguiente día, prepararon todo para el funeral.
Al día siguiente, en los funerales de Diego y consciente de su desgracia, Isabel se acercó al cuerpo sin vida de su amado y, como reza la tradición, «le dio en muerte el beso que le había negado en vida» para, inmediatamente, morir al lado de su amor. Conocida su historia, los restos de los amantes fueron enterrados juntos en una de las capillas de la Iglesia de San Pedro.
¿Se puede morir de amor?
Definitivamente sí, los científicos hablan de una extraña afección llamada miocardiopatía de Takotsubo conocida como síndrome del corazón roto. La miocardiopatía de Takotsubo es un infarto agudo de miocardio causado por un alto nivel de estrés emocional, como el desencadenado por una ruptura amorosa o la muerte de un ser querido. Afortunadamente es una afección rara que solo representa entre un 1% y un 2% de los ataques cardíacos. Fue reconocida y descrita por médicos japoneses durante los años 90, el amor hace que generemos químicos en nuestro cerebro, uno de ellos es feniletilamina (una sustancia similar a la anfetamina), dopamina, testosterona, oxitocina, vasopresina, serotonina y endormfinas. Ahora sabemos que sí es posible morir de amor.
¡Feliz día a las y los enamorados!
Por Danie Sans