“Bojack Horseman”: Un grito de auxilio
Por María Marín Jover.
En enero hizo un año que se emitió la última temporada de una serie que solo podía transmitirse a través de dibujos animados porque su impactante manera de tratar la desolación como sentimiento inherente al ser humano podría, de otra forma, desembocar en la histeria social para todo aquel que accediera a verla. Y no solo por eso, sino porque el margen de fantasía que proporciona la animación permite, entre otras cosas, alcanzar el nivel de absurdidad que rodea nuestras vidas.
No es que Bojack Horseman sea una serie deprimente, lo es su protagonista (y lo somos todos), pero sí lo suficientemente realista como para hacer ver a los espectadores la cruda realidad que tenemos todos dentro y que reconocemos cuando conseguimos acallar nuestro ego. El espectador conecta con esta idea gracias a un guion genial, atrevido e inteligente, capítulo tras capítulo. Sin embargo, hay algunos de ellos que constan de una originalidad narrativa y una agudeza que los diferencia. Como es el caso de “Free Churro”, donde Bojack, nuestro alcohólico y egoísta protagonista que se odia a sí mismo más que a nadie en el mundo, vuelca a través de un monólogo todo un discurso sobre el dolor en el entierro de su madre.
No obstante a esta sucesión de deprimentes y crudas experiencias vitales, la serie es fresca y divertida, entre otras razones, por las relaciones que se establecen entre los personajes (perfiles geniales rescatados de la más cercana modernidad, con todas las connotaciones de la palabra) ya que realizan un ejercicio simultáneo de rescate entre ellos, recordándonos que en la infinita soledad de cada uno hay un punto de encuentro con el de al lado.
Y ahí es donde, bajo mi punto de vista, reside lo genial de esta serie. Todos sus personajes son personalidades que sobrellevan la vida lo mejor que pueden, algunos de ellos con un optimismo entrañable como Mr. Peanutbutter. Otros, nos muestran nuevas formas de entender la vida, tanto en su vertiente laboral, sexual o simplemente en su manera de vivirla, como es el caso del cándido Todd. Pero, sin duda, son los personajes femeninos los que, a mí, me ocasionan un soplo de aire fresco. Y es que se trata de personajes auténticos, con problemas e inquietudes reales, cercanos y verosímiles. Naturalmente, una no es escritora ni una agente de actores en Hollywoo pero se sensibiliza con los disparates con los que lidian Diane y Princess Carolyn: la masculinidad tóxica, el aborto, la maternidad, la hipersexualización…
En fin, se trata de una serie de una gran profundidad y es muy difícil de exponer desde un solo prisma. Pero, lo que sí puedo asegurar es que no es una serie para pasar el rato, para despejarte. Te hace reflexionar sobre temas sociales, te sitúa en situaciones morales complejas. Es una serie que te remueve por dentro. Sin embargo, solo te queda verla y responder a ese grito de auxilio.
Tendremos que verla, entonces.
La lectura del artículo me ha invitado a ver la serie, muy interesante gracias
Con la frase : “… la cruda realidad que tenemos todos dentro y que reconocemos cuando conseguimos acallar nuestro ego. ” Ha sido el click para que busque la serie
Una amiga me recomendó la serie, y me encanta. Y tienes razón en lo de que remueve por dentro y hace reflexionar.
Para mí ha sido como una terapia en estos últimos tiempos.
Muy buen artículo.
Para mi es seguramente la serie más dura que haya visto nunca.
Cuando uno ve una serie de animación en la que conviven humanos y animales antropomorficos, lo último que espera es que no sea una comedia, sino un reflejo de la sociedad, de la depresión, del alcoholismo, y de lo que nadie se atreve a hablar.
Sin duda es una serie muy recomendable, pero como dices, no es una serie para despejar.
La terminé hace un mes y aún me pone los pelos de punta el poema de la vista a mitad de la caída
Estupenda descripción invita a ser vista y así lo haremos. Parece en principio que no deja indiferente a nadie esta historia. Gracias por la reflexión.
Este artículo es una carta de presentación que invita a ser vista está serie de Netflix. Lo cierto es que creía que era un estilo a ” Padre de familia”. Por lo que pasaba de verla.. pero la verdad es que tras leer esto… Habrá que echarle un vistazo a ver si es tan buena como la pintan.
Las ganas, que este artículo despierta,de darle una oportunidad a la serie… hablan de la calidad del mismo. Me quito el sombrero con la autora.