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«Locas»: una cautivadora travesía por la frontera entre la cordura y la demencia

Por Horacio Otheguy Riveira

«Locas»: un título seco, cortante, en torno a un tema cada vez más acuciante y a la vez misterioso, y por tanto, inquietante. Una obra con dos personajes, dos mujeres que por momentos son otras.

Diez años de funciones, 9 temporadas en Madrid y 17 versiones internacionales. Escrita por José Pascual Abellán, autor-director de Ni con tres vidas que tuviera, Diplomado en Pedagogía Terapéutica, maestro de educación especial, por la Universidad de Castilla-La Mancha, es un hombre de teatro vivamente comprometido con situaciones psicosociales atípicas.

Comenzó su andadura en la literatura teatral con la obra El pirata Roberts, adaptación a la escena de la novela de William Goldman, La princesa prometida, que se representó durante dos años en la Red de Teatros de Castilla-La Mancha. Autor también de alguna pieza infantil, funda la compañía Teatro A Cuestas, con la que presenta Locas, su primer espectáculo que escribe y dirige. Otras funciones interesantes también se conocieron en su camino, mientras esperamos el estreno de la versión teatral de La tía Tula, de Miguel de Unamuno: represión, acoso y derribo de lo que se siente por aquello que «debe» sentirse, obra maestra literaria que ha tenido una gran película, ante la cual el teatro puede aportar ángulos, luces y sombras inéditos.

Locas, de José Pascual Abellán presenta a dos mujeres corrientes que no lo son, pues como escribiera Victoria González Torralba en «Llámame Méndez», No hay seres humanos normales. Sólo hay personas a las que no acabamos de conocer. En ellas muchos rostros que vehiculan el drama de angustias sin respuesta, de conflictos emocionales y disquisiciones psiquiátricas… en un lugar, ese sí, muy corriente: una sala de espera médica.

Locas, o de cómo el ser humano tiene la imperiosa necesidad de inventarse personajes para sobrevivir en la realidad. A cargo de dos actrices con amplia experiencia que despliegan eficaces recursos desde el comienzo, apareciendo entre el público, brotando desde donde serán observadas por espectadoras y espectadores que sabrán emocionarse con ellas, que pensarán a su lado. Un público que se preguntará cuáles son los límites, qué grado de inquietud y de felicidad está dispuesto a soportar en su existencia.

 

… el mundo de la psiquiatría está lleno de silencios. Nunca se oye nada.

 

Gregoria: (con cierta burla) ¿Haces de psiquiatra?

Martirio: (defendiéndose, incisiva) No, hago de persona… (tras un silencio, y con tono pausado, sereno) Y yo les pregunto que por qué traen al psiquiatra a su hijo. Y ellos me dicen que no lo saben. Porque no está bien. Porque se ha vuelto violento cuando no lo era, esquivo…, porque tiene miedo de salir de casa… Y yo les digo que no se preocupen, que de lo que tiene miedo es de la vida…, (ya hablando para ella misma) y que eso, eso nos pasa a todo el mundo… (silencio) Pero ellos siguen llorando porque creen que su hijo se les está yendo…, y no saben que en realidad los que se van son ellos; nosotros somos siempre los que nos escapamos de la vida de nuestros hijos…

(silencio)

Gregoria: (rompiendo el ligero dramatismo de la otra mujer) Los hijos son quistes que les salen a los adultos que no se cuidan. (empieza a ponerse nerviosa, saca el móvil, marca un número) ¿Sergio?… Sergio, escucha…, (un poco exaltada) escucha. Comienza tú la reunión por mí. Escucha…, ¡escúchame! No llego a tiempo a la reunión… No, no, no… No quiero que la suspendáis. Lo que quiero es que comiences tú por mí. En cuanto llegue asumiré todo lo que quede. Pero ahora no puedo. Estoy terminando unas cuestiones de última hora…, sí, sí. Pensé que acabaría antes pero se me ha hecho tarde. Si no llego a tiempo quiero todos los informes en mi despacho, y un resumen de las conclusiones administrativas que se hayan planteado. La decisión final la tomaré en menos de 48 horas. (cuelga el teléfono y marcha hacia la puerta, ansiosa. Acerca la cabeza a la puerta e intenta escuchar lo que ocurre dentro. Piensa en tocar, se reprime…)

Martirio: No te esfuerces… El mundo de la psiquiatría está lleno de silencios. Nunca se oye nada. (tras un silencio en que Gregoria se decepciona, se frena) Existe un extraño mito de que los locos nos pasamos el día gritando, histéricos…, (ironía, dulzura) y es cierto, (sonriéndose) pero cuando venimos a la consulta
parece que estamos curados, serenos. Tiene gracia; parece que es al salir por esa puerta, al volver a nuestras vidas, cuando la locura vuelve a estar dentro de nosotros.

 

Elenco: Maribel Jara y Lucía Esteso (sustituyendo en estas funciones a Ana Casas)
Autoría y dirección: José Pascual Abellán
Música: José Francisco Giménez

TEATRO UMBRAL DE PRIMAVERA sábados 16, 23 y 30 de enero a las 19 horas 

 

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