Iván Palomares: “Debemos saber diferenciar, cuando uno compone música para que se oiga y otra, para que se sienta”
Por: Elizabeth Salvatierra.
Iván Palomares, el compositor más destacado en el cine y medios audiovisuales, ha tenido la certeza de no desistir ante la actual incertidumbre del panorama artístico y sacar a flote todo su repertorio gracias al ímpetu que transmite en su trabajo que es mucho más que música; nominado a los Goya por la BSO de “En las Estrellas”, y el encargado de vestir musicalmente el documental “Palabras para un fin del mundo”.
Has sido uno de los músicos con mayor reconocimiento en estos dos últimos años coincidiendo con situaciones actuales tan difíciles, ¿tu trabajo ha sido un gran desafío para este éxito?
Todos los proyectos que tuve en el 2020 empezaron a crearse por trabajos anteriores, por recomendaciones, y es cuando la gente empieza a conocer cómo trabajas. Yo trabajo mucho la comunicación intrapersonal con el director y con los productores, me interesa que estemos en la misma página a la hora de contar una historia, la música para cine o para el medio audiovisual, no es sólo hacer música que es un lenguaje muy abstracto, sino poner música al servicio de una historia, es el momento en que un productor o un director se da cuenta de la visión que tú le quieres dar. No importa que un director o productor no sepan de música porque ése es nuestro trabajo, para ellos es mucho más fácil comunicarse en términos de historia, y yo siempre intento facilitar esa comunicación, quizás por eso he podido trabajar últimamente en proyectos más interesantes. He tenido muchísima suerte este año porque no he parado de trabajar en el medio audiovisual, pero tuve varios conciertos como intérprete que evidentemente fueron cancelados, al igual que le ha pasado al resto de compañeros de profesión.
¿Cómo recibiste tu primera nominación a los Goya por la BSO de “En las Estrellas”?
Es una película que hicimos con mucho cariño y con un equipo fantástico de artistas. El director Zoe Berriatúa nos metió a varios locos del cine en el proyecto y cada uno puso su granito de arena, “En las Estrellas” es pura poesía y se hizo por amor al cine, eso fue lo que me atrajo del proyecto, una película que no tuvo ningún perfil comercial y tampoco una trayectoria en salas grandes, también estábamos a merced de la distribución, la verdad que no esperábamos nada, pero obviamente queríamos que se viera nuestro trabajo porque nos dejamos la piel, y fue una sorpresa maravillosa con un apoyo enorme por la parte del gremio de compositores, al cual desde aquí agradezco; fue un pequeño milagro y lo disfrute muchísimo.
“Palabras para un fin del mundo” fue el documental español más visto en 2020 ¿cuáles fueron las claves para este reconocimiento?
Desde su estreno en septiembre ha tenido un recorrido en salas bastante importante, empezó a emitirse en pocos cines y gracias al boca a boca empezaron a programar en otras salas, ha ganado varios premios, el más reciente la Vigésima Edición de los Premios Mundo BSO; y estamos muy contentos con la acogida; es muy especial porque no hemos querido hacerlo como el típico documental, el director Manuel Menchón hizo un trabajo de investigación prácticamente de arqueología, está todo basado en documentos auténticos, y es una bonita sorpresa que esperemos pueda tener más recorrido, se acaba de distribuir en Filmin y es una de las más visionadas, por lo tanto la acogida desde luego interesa al espectador y estamos encantados.
¿Es difícil para un artista ocupar el lugar del espectador al estreno de su obra?
Amo el cine, para mí es una experiencia única. Yo iba al cine con mi abuela, todos los miércoles, me llevaba al centro de Madrid, volvíamos tarde y me regañaba mi madre porque habíamos visto sesión doble…, solíamos ir al Palafox, al Real Cinema, en aquella época de cines de barrio, de colas interminables, salas enormes que se llenaban, entradas que tenías que comprar en reventa, una cosa que de pequeño me fascinó. Espero que el cine no desaparezca, como sigamos confinados, las salas corren el riesgo de desaparecer o que el cine se convierta en accesorio de lujo para un público selecto. Debido a eso, después de trabajar en las películas, afortunadamente, puedo distanciarme de ellas porque las salas de cine me ofrecen todo aquello como espectador. “Palabras para un fin del mundo” considero que hay que verla en el cine, porque parte de la oscuridad de la sala tiene mucho que ver con la manera en cómo se ha rodado, tiene muchas imágenes de archivo y toda la producción sonora, el montaje y la parte visual está realizada para meter de lleno al espectador, y a pesar de haber estado trabajando en ella desde mi estudio, verla en el cine, siempre es una experiencia fascinante.
¿Estás satisfecho con lo que querías transmitir musicalmente en la figura de Miguel de Unamuno?
Me pasó una cosa muy curiosa, a parte de que se cambió algo del metraje que yo no había visto y que me sorprendió, la inmersión en la sala de cine contribuyó al mensaje que quería transmitir el documental que era reflexionar, pero también provocó una reacción prácticamente física, todos nos quedamos callados con un nudo en la garganta porque es una documental que plantea temas muy duros, y no me esperaba que el resultado dentro de una sala de cine fuera tan espectacular. Durante el estreno, un director de cine conocido se quedó solo en la sala, absorto, también estaba el nieto de Miguel de Unamuno y salió muy emocionado. Ésta es una de las cosas más bonitas de un estreno, cuando has hecho algo que emociona en la que has estado implicado, no sólo por mi labor musical sino porque es una obra en equipo en la que hemos conseguido algo complicado, que todo sea único y que transmita y que durante los días siguientes te haga pensar… si realmente hemos conseguido eso en el espectador, podemos estar muy contentos porque lo más difícil de hoy en día, es emocionar, sorprender y hacer reflexionar.
Entonces, eres músico gracias al cine.
Si, me di cuenta que quería ser músico porque cuando era pequeño iba a ver las películas al cine y cuando volvía a casa me daba cuenta que sólo me había fijado en la música, y lo que hacía era intentar recrear en el piano lo que recordaba e intentaba entender el por qué esa música se me había quedado y lo que describía; y a veces volvía a ver la película para analizarla, pero siempre me fijaba antes en la música de manera inconsciente; creo que esto le pasa a mucha gente.
Cuando una banda sonora no llega al espectador o queda en segundo plano en películas premiadas a nivel internacional ¿cuál es tu reacción?
Cómo le llegue al espectador es muy relativo, creo que no hay reglas definidas, los amantes de la música del cine sí que se fijan. Pero cuando esto sucede, hay que pensar que uno también ha tenido éxito, hay músicas que tienen que estar en primera línea y se tienen que notar, y hay muchas otras que no; debemos saber diferenciar, cuando uno compone música para que se oiga y otra, para que se sienta pero que no se escuche, en el caso del documental era importante que no fuera una música en primer plano, sobre todo que no fuera manipuladora de sentimientos que no te dijera qué tienes que sentir al escucharla, sino invitar al espectador a meterse en una historia y que le anime a reflexionar; y es complicado, porque cómo haces una música para que el espectador reflexione y piense sin que se dé cuenta de ello ¿no?, a mí me gusta pensar que soy como un sastre musical, pongo el traje que me han pedido para la película, que alguien se dé cuenta de ese traje o no, no es tan relevante, a menos que te pidan que ese traje musical se note y esté en primer plano.
¿Influye el proceso de creación en tu vida cotidiana y familiar o te pones horarios de trabajo?
Realmente estoy encerrado muchas horas componiendo y a veces no puedo desconectar, a lo mejor estoy de vacaciones jugando a las palas en la playa y mi pareja me dice “¿pero estas ya componiendo?”, y es porque estás absorto pensando otras cosas o le estas dando vuelta a algo que tienes en mente que no has sabido resolver y el cerebro sigue trabajando, somos seres curiosos, pero es algo que te pide la música. Es sano saber desconectar, pero tenemos un oído acostumbrado o entrenado para analizar, escuchar y de alguna manera siempre está alerta; es difícil convivir con un músico, pero bueno forma parte de nuestra idiosincrasia. También me gusta interpretar como director de orquesta o como músico, salir del estudio, del lugar de creación para precisamente sacar lo que uno lleva dentro porque no sirve de nada como músico estar encerrado tantas horas, si esa música no sale de alguna manera.
¿Que música crearías ante esta situación de pandemia mezclada con el temporal de nieve en Madrid?
A mi lo que me ha llamado mucho la atención es que ha habido una especie de catarsis en Madrid, donde la gente se ha vuelto loca, ha empezado a hacer guerras de nieve masivas, bolas gigantes, esquiadores… creo que es el resultado de tantos meses de pandemia, es una forma de sacar la locura de manera creativa y a mi esa locura me gusta mucho, creo que hay un grito interior que todo el mundo tiene que hace falta sacar, y que por alguna razón todavía nos cuesta; creo que hay muchas ganas de pasarlo bien, de disfrutar, de salir a la calle; más allá, evidentemente, de la parte caótica y de todo lo que supone, es como unas ganas de gritar y de salir a la calle, si tuviera que traducir musicalmente lo que estamos viviendo sería una obra coral, un orfeón que empieza desde cero y que se expande, porque creo que es algo muy humano lo que nos esta pasando y ¿qué es más humano que la propia voz?.
¿La música sobrevive, o tiene un agraciado status socio-económico para mantenerse estable a pesar de la crisis?
Hablar de la música a nivel general es muy difícil porque hay tantas ramas musicales que cada una tiene su propio camino y su propio proceso, creo que la música siempre sobrevive, la música nace de la necesidad de expresarse por eso necesita apoyo porque uno no siempre tiene los medios suficientes para hacerlo, hay música comercial que tiene una función de vender discos y de llegar a grandes masas, pero también hay una música culta que tiene un interlocutor más reducido pero no por ello es menos importante; la dificultad es mantener todo ello a flote, vemos que en muchos países tienen en cuenta la música como parte del crecimiento cultural que desarrolla el intelecto y el alma, lo difícil es convencer a los políticos que esto es así, hay algunos países que lo tienen muy claro, y otros, lo tienen poco menos. La música es cultura, es educación y no sólo sirve para escucharla sino también para hacer crecer a los demás, desarrollar sensibilidades y llegar a un nivel emocional que sólo el arte puede hacer y creo que hay que preservarlo, en el arte siempre hay que sobrevivir.
¿Qué proyectos musicales te esperan para este 2021?
Me encantaría viajar, creo que es la necesidad que tiene toda la población, me encantaría poder salir del estudio y recuperar los conciertos como director; si todo va bien, en marzo se anunciará un concierto que me hace mucha ilusión dirigir, pero no puedo decir nada hasta que se anuncie. También hay proyectos que posiblemente se hagan en Latinoamérica; estoy pendiente del estreno de una serie internacional “La Templanza” que es una coproducción entre Latinoamérica y España para Amazon Prime, con un elenco de actores espectaculares y se estrenará en el primer semestre de este año; también espero el estreno en breve de la serie “Cocinera de Castamar” para Antena 3; y estoy empezando a trabajar en una película de la que no me dejan decir nada, pero con una historia preciosa sobre el arte.
¿El trabajo te deja tiempo libre?
La verdad es que no, pero no me puedo quejar y menos este año; está siendo uno de los años más intensos que he tenido nunca, pero creo que los músicos realmente no trabajamos, es una manera de vivir, y aunque me vendrían bien unos días de vacaciones, al tercer día ya necesitaría seguir haciendo lo que hago, es una costumbre, te levantas y da igual, componer, analizar una partitura, tocar, siempre en mi vida tiene que haber música… estoy en una situación ideal a nivel de trabajo, se descansa poco, pero sarna con gusto no pica.
¿Qué música sueles escuchar?
Antonio Vega me transporta a lugares inexplicables y siempre recomendaría su música, “Lucha de gigantes” es una de mis canciones preferidas, pero me gustan todas; y al mismo tiempo, Ryuichi Sakamoto, quizás son dos extremos, cuando no sé qué escuchar y tengo la cabeza muy agitada, cualquiera de estos dos músicos, permiten evadirme, asentar y relajar la mente. Me encantan también los músicos clásicos como Beethoven que es uno de mis favoritos, pero con Beethoven, lo analizo, empiezo a pensar cosas y no lo utilizo para descansar.
¿Qué libro estás leyendo actualmente, y cual recomendarías?
“Cinco meditaciones sobre la belleza” de François Cheng, son reflexiones sobre dónde encontrar la belleza; a mi particularmente, me interesa la búsqueda de la belleza en la música y el arte en general, aunque alguna música pueda parecer fea o dura tiene una belleza intrínseca como muchas cosas en la naturaleza, me interesa mucho reflexionar e investigar sobre este tema por eso me recomendaron este libro y lo estoy disfrutando mucho. Y uno de mis libros favoritos es “Ébano” de Ryszard Kapuściński, que siempre recomiendo leer.
¿Una película o un documental?
“Microcosmos”, es un documental francés de hace algunos años sobre el mundo de los insectos, una autentica maravilla de documental.
Iván Palomares es músico, compositor, intérprete y director de orquesta. Nominado a los Goya 2019 por Mejor Música Original por la película “En las Estrellas” de Zoe Berriatúa y producida por Álex de la Iglesia. También es creador de la Banda Sonora del documental “Palabras para un fin del mundo” de Manuel Menchón como homenaje al escritor Miguel de Unamuno y ganadora de la Vigésima Edición de los Premios Mundo BSO.
Una entervista muy interesante, llena de sensibilidad. Me ha encantado
Muchas gracias Araceli. 😉