‘Petra Delicado se merecía una vida’, de Alicia Giménez Bartlett
REDACCIÓN.
En Petra Delicado se merecía una vida, la inspectora de policía Petra decide hacer un alto en el camino y poner distancia con su día a día para recordar su pasado a fin de tomar las riendas del presente. Para ello se retira una semana en un convento gallego para escribir un cuaderno donde su vida será esta vez la protagonista.
Con su particular mirada, repasará su vida desde la niña aplicada a la que expulsan de un colegio de monjas, pasando por la joven universitaria antifranquista que al casarse cambia de rumbo, hasta que rompe con todo y se convierte una de las primeras mujeres en ingresar en el cuerpo de Policía. «Si alguien en mi primera juventud me hubiera vaticinado que acabaría siendo policía, lo habría tomado por un loco de atar.»
La novela se articula en cuatro partes cuyos capítulos van desgranando toda una vida sin perder en ningún momento la tensión narrativa y la filosofía de vida de Petra, sincera y directa, está a la altura de un análisis psiquiátrico para neófitos. Los protagonistas nos resultarán tan humanos que al final de la lectura es como si nos despidiéramos de unas personas que hemos conocido realmente. Petra, sus maridos, sus amantes, sus hermanas, forman un universo real.
Los temas son numerosos y abarcan el amor, el sexo, la amistad, la discriminación de género en el mundo laboral, el feminismo, el conflicto generacional y la pareja. Hay saga —la familia—, pero sobre todo un manual de educación sentimental y el retrato de una generación atrapada entre dos mundos: muchas mujeres se convirtieron, al elegir uno u otro, en proyectos truncados. Pero también hay esperanza, superación y deseo de seguir adelante, que es lo que caracteriza a Petra, la protagonista.
Con una prosa fluida y elegante, sin artificios innecesarios, Alicia Giménez Bartlett presenta el retrato psicológico y sentimental de una mujer, Petra Delicado, analítica como una psiquiatra, contradictoria y autocrítica, pero siempre proyectada hacia delante. Un hallazgo por partida doble: una joya para los lectores fieles a la saga y un descubrimiento para muchos lectores que disfrutarán con el perfil de una generación «a caballo entre el pasado franquista y la modernidad». Un manual de educación sentimental sui generis, entretenido, inteligente e irónico, narrado en primera persona. Analítico y autocrítico.