«Fariña» en escena: la corrupción caudillista española en el narcotráfico gallego

Por Horacio Otheguy Riveira

Estrenada con gran éxito en las Naves del Español-Matadero, esta producción gallega vuelve a Madrid para representarse en el Teatro Cofidis Alcázar desde el 17 de diciembre hasta el 31 de enero. Una muy buena noticia para quienes deseen repetir y mucho más para quienes aún no la vieron. Un teatro documental, lleno de brío, sentido del humor y aguda crítica social a la España de la transición… hasta nuestros días.

Graben todo. En algún momento un bastardo se levantará y dirá que esto nunca sucedió. Dwight D. Eisenhower, tras la liberación de Auschwitz. Con esta cita comienza el libro de Nacho Carretero, y es lo primero que se escucha en el teatro. Y a continuación llegan los artistas, los cómicos, como en una auténtica troupe circense donde habrá mucha fiesta, juerga de sainete y zarzuela moderna para describir un drama lacerante, tragedia mundial que se enquista también en España a través de «los 1498 kilómetros de costa, más que la costa de Andalucía».

Con mucho humor y magnético talento actoral, Fariña llega al teatro después de impactantes éxitos: primero en la edición del libro de Nacho Carretero, después en la serie de televisión, ahora también en DVD. Con su participación en el texto, junto a José L. Prieto, y dirección de Tito Asorey, la dinámica escogida es la de un drama testimonial bajo la forma de un cabaret dicharachero, surgido naturalmente de las raíces de un pueblo con tradición migratoria, que no pierde el brío y las ganas de vivir, la alegría, el fervor con que «llevarse el pan a la boca» de la mejor manera posible.

Ante sucesivas crisis —como la de la reconversión europea de la pesca en aguas gallegas—, surge el negocio del contrabando de tabaco primero, luego el del hachís, y más tarde, cocaína y heroína, de manera mucho más potente, tanto en su capacidad de vender paraísos artificiales como de «colocar» millones de pesetas, luego de euros, en autoridades, políticos y empresarios.

En hora y cuarenta y cinco minutos se cuenta mucho, se canta bastante, se sube y se baja por montañas de embustes, cinismos, despropósitos y la cruel herencia de los herederos de tanta fortuna: los jóvenes embaucados, atrapados por la adicción. Llegan las madres a montar el cirio, consiguen mucho, logran que el entonces bravío juez Garzón se empeñe en la Óperación Nécora con numerosos detenidos, capos influyentes entre ellos, y una gran frustración en la sentencia de 1994, donde se salvaron auténticos mandamases y todo quedó con un envoltorio de regalo que amargó a las madres luchadoras y a todos los que bregaron por un cambio.

Todo se desarrolla a través de una puesta en escena excesivamente bullanguera, cuyo espíritu de distanciamiento de tan oprimente realidad no permite comprender en profundidad muchos aspectos que pasan demasiado deprisa, como si se tuviera miedo de aburrir al público. Es una concepción defendida con talento, pero a la que le vendría bien mayores matices.

El equipo actoral es magnífico. Desdoblamientos asombrosos, cambios de caracteres sin apenas aditamentos o con pelucas y trajes, lo cierto es que los cinco convocan a individualidades y multitud gallega como reflejo de un mal nacional: la tradición caudillista largamente descrita en la literatura (Pérez Galdós, Trigo, Torrente Ballester). Siglo tras siglo, los alcaldes con empresarios y presidentes y jueces… conforman un elenco de brutal impunidad junto a sectores de la burguesía que ya no tiran de la paletada de comprarse un Ferrari y pasearlo por A Coruña, no, qué va, «Nosotros también tenemos un Ferrari, pero no aquí, en Mónaco».

 

 

María Vázquez en una de las escenas más impactantes, a ritmo de cabaret: «Me llaman Fariña [harina], pero yo prefiero que me llamen Cocaína». Portadora sexy de un nuevo producto que «da energía y consolida tu autoestima».

 

Nos pusimos manos a la obra con dos premisas. Primera: hacer algo grande, algo que no olvide quien lo presencie. Con comedia, con verbena, fiesta y música. Con lágrimas, realidad y proximidad. También con rigor y memoria. Segunda: ofrecer algo nuevo que ni un libro, ni una serie, ni una novela pueden aportar. Contar este capítulo de la historia de Galicia de una forma que solo el teatro permita. Ambas condiciones están detrás del telón. Un equipo de primera línea en el panorama teatral gallego en un espectáculo que nos permitirá introducirnos en esta parte de nuestra historia solo como el teatro puede lograr. Querido espectador o espectadora: tú también formas parte de este gran show que fue
y que es el contrabando y el narcotráfico. ¿Piensas que no? ¿Piensas que eres inocente o que estás a salvo? Presta atención y prepárate. Nacho Carretero

Autores: José L. Prieto y Nacho Carretero

Dirección: Tito Asorey
Reparto: Cris Iglesias, Marcos Pereiro, María Vázquez, Sergio Zearreta, Xosé A. Touriñán/Víctor Duplá*

*Xosé A. Touriñán interpretará las funciones del 17 al 27 de septiembre.
Víctor Duplá interpretará las funciones del 29 de septiembre al 11 de octubre.

Diseño de sonido Santi Jul

Diseño de espacio escénico José Faro, Coti
Diseño de iluminación Laura Iturralde
Diseño de vestuario Ruth D. Pereira
Tema original Novedades Carminha

Una producción de Ainé Producións, Undodez y Oqueteño Media

NAVES DEL ESPAÑOL EN MATADERO. SALA FERNANDO ARRABAL. HASTA EL 11 DE OCTUBRE 2020

REPOSICIÓN TEATRO COFIDIS-ALCÁZAR. DESDE EL 17 DE DICIEMBRE 2020

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