Jesús Carmona baila en Sevilla «El salto», una visión de la crisis de la masculinidad
Redacción ESCENA
El Teatro Lope de Vega acoge una de las grandes coproducciones internacionales del año, colaboración entre Sadler’s Wells Theater, Flamenco Festival London, Centro Coreográfico Canal y la propia Bienal, ‘El salto’ desvela el fruto de tres residencias sobre ‘el género del movimiento’, desarrolladas entre marzo y julio de 2019 en Miami, Londres y Madrid. Entradas a la venta desde 10€ en la web de Bienal.
El flamenco también se reinventa tras el confinamiento. ‘El salto’ no sólo se pregunta por el sentido de la masculinidad en el Siglo XXI, sino además por el nuevo papel en la era post-Covid de un Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Jesús Carmona se cuestiona las diferencias de género en un arte que sacrifica por una comprensión más profunda de su persona. En marzo de 2018 se inicia un intenso proceso de investigación. “Hemos adaptado los registros masculinos y femeninos de la calle, de nuestras actitudes y movimientos cotidianos”, explica el director de escena y dramaturgia Ferrán Carvajal, que también ha analizado los estereotipos del hombre y la mujer en las danzas del mundo. Así, una reinterpretación del haka tribal neozelandés descubre la vulnerabilidad y ternura escondidas tras su apariencia intimidatoria.
La investigadora en teoría de género Nerea Galán participa como asesora. Textos sobre la materia escritos por mujeres se convierten en cante flamenco. “Es mi apuesta más arriesgada, tanto técnica como conceptualmente”, apunta Jesús Carmona. “Al igual que todo arte renace cuando traspasa sus límites académicos, el ser humano renace cuando traspasa sus diferencias de género”, añade el bailaor, que se rodea para la ocasión de un cuerpo de baile difícil de igualar: Ángel Reyes, Rubén Puertas, José Alarcón, Borja Cortés, Joan Fenollar y Daniel Arencibia.
Con dirección artística y coreografía de Jesús Carmona, ‘El salto’ cuenta con música original y arreglos de Juan Requena y Sabio Janiak, autor también del espacio sonoro. Alquimista del sonido, éste polifacético compositor ha trabajado con leyendas como Rogers Waters. Su audacia lleva el flamenco a límites insospechados, como versionar una saeta con ritmos electrónicos. Completan el elenco artístico el propio guitarrista malagueño Juan Requena, Manu Masaedo a la percusión y José Valencia al cante. Por último, el diseño de luces de David Pérez realza el vestuario creado por Rosa García Andújar, en una escenografía diseñada por Carmen Martínez.
¿El movimiento tiene género?
El derviche turco nos recibe en la primera de las 16 escenas. Los giros de un baile ancestral nos sitúan en trance para saltar hacia lo divino, mientras cada uno de sus círculos nos despoja de lo terrenal y mundano. A partir de aquí, enfrentamos nuestra frustración interior, aquello que quisimos y no pudimos. ‘Decálogo’ rompe las cadenas del flamenco clásico: tarantos, martinete, tangos, bulerías, jaleos… “ataduras de conceptos que no me identificaban”, confiesa el bailaor. ‘Macho en la silla’ parodia la robotización de los patrones masculinos, repetidos hasta la saciedad, mientras que ‘Emociones 1’ expresa aquellos sentimientos que la sociedad nos reprime. ‘La isla’ crea un paréntesis donde convertimos en bellas nuestras debilidades.