La Meditación y sus beneficios

Durante cientos de años, la práctica de meditación fue  utilizada como herramienta de conocimiento interior. Por ejemplo en oriente era mediante  la práctica del Zen o Mo chao (en chino), que se les enseñaba a los monjes las enseñanzas más prácticas y sencillas para conocer su mente. Para iniciar,  estaba  la comprensión de un  cuento llamado en japonés jūgyū  y en chino Shiniu, su traducción sería el poema de los 10 toros, cuyos dibujos, fueron realizaos en el siglo XV por el artista Kouan Shiyuan, que a su vez los había tomado de unos más antiguos, quizá del siglo XII. Este cuento,  es una serie de ilustraciones y poemas breves, que explicaban las etapas de progresión de un practicante hacia la purificación de la mente y la iluminación, así como su posterior regreso al mundo y la forma en que debe actuar después de alcanzarla.

El camino que se recorre en el Zen o Mo Chao, la iluminación proviene de uno mismo. En consecuencia, ha de ser uno mismo quien debe reconocer los pasos progresivos de la conciencia que conducen de forma progresiva al instante de la iluminación. De eso tratan los textos y las respectivas  ilustraciones, recogidas bajo el título de “Diez Toros”.

Esta pequeña obra, desde siempre fue una fuente constante de inspiración para los practicantes, y muchas otras ilustraciones de los toros de Kokuan, se han hecho a través de los siglos, preservados hasta la actualidad y que cualquier aspirante al conocimiento interior podría estudiar.

El Secreto de la  Flor de Oro

“La Flor de Oro es el Elixir de Vida.  

Todas las mutaciones de la conciencia espiritual

dependen del corazón”.

Otro texto importante que habla sobre el tema de la meditación es El secreto de la flor de oro, una obra taoísta, que describe una técnica milenaria y que podríamos sintetizarla en algo  muy simple: “postura, respiración y contemplación”, con el cuidado de que hay que librar dos obstáculos, la pereza y la distracción. Este escrito fue traído al occidente por  el místico psicoanalista Carl Gustav Jung de la mano de su amigo Richard Wilhel un erudito de la cultura oriental. En el mismo sentido, comenta la autora Raquel Paricio García, en su obra homónima a la rescatada por Jung “el hombre es un cosmos en pequeño, no separado del gran cosmos. Las mismas leyes rigen en el uno y el otro, y partiendo de un estado se revela el acceso al otro. Psique y cosmos se comportan como mundo interior y mundo exterior.” Por tal motivo el hombre participa por naturaleza de todo el acontecer cósmico, y está entretejido con él tanto interna como externamente.

 Lectio Divina

La lectura divina, fue en occidente la práctica más similar a lo que meditación oriental podría encontrarse. La lectura orante, -como también se le conoce- fue una práctica extendida de reflexión y oración entre los  monjes cristianos, consistía en estudiar con atención y constancia su libro más sagrado, la Biblia y constaba de las etapas de lectio, meditatio, oratio y contemplatio (lectura, meditación, oración y contemplación), que deben practicarse en el silencio y la contemplación más profundas. Fue una práctica muy extendida reservada solo al clero, hoy, -afortunadamente- es practicada por los fieles de todo el mundo cristiano.

¿Pero que es la Meditación?

La palabra proviene del latín Meditatio, cuyo significado era -en un inicio- una actividad intelectual de reflexión o análisis y que con el paso del tiempo -ya por el siglo XIX- los teósofos la comenzaron a usar  para referirse a actividades de introspección y recogimiento interior, que de antemano se sabe,  no eran propias de la cultura oriental, pues los griegos, ya tenían este tipo de prácticas, basta recordar a los filósofos estoicos, quienes estudiaban su mundo interior.

La meditación y la ciencia

Demostrar  que la Meditación tiene más beneficios que daños, es uno de los propósitos de este artículo. De acuerdo a la revista Livescience, en un estudio realizado en marzo de 2020, la Meditación puede  rejuvenecer tu cerebro.

El monje budista Yongey Mingyur Rinpoche, que comenzó a meditar desde la edad de 9 años, fue sometido a un estudio realizado en el Center for Healthy Minds en la Universidad de Wisconsin,  se le han  realizado resonancias magnéticas cuatro veces durante 14 años, los investigadores utilizaron una herramienta llamada Brain Age Gap, que calcula la edad del cerebro de una persona. El estudio, reveló que el cerebro del monje budista, había retrasado su envejecimiento típico, pues ha pasado más de 60 mil horas de su vida meditando, por lo que Richard Davidson, encargado de llevar el estudio concluyó que su cerebro ha tenido un  envejecimiento biológico más lento.

Otro estudio, presentado por el mismo medio, fue uno realizado  a 3515 participantes. En el que diversos grupos participaron en ejercicios de meditación, durante algunas semanas y meses. Algunos participantes tenían ansiedad o depresión o condiciones físicas como dolores lumbares o enfermedades cardiacas. Los participantes que practicaron Meditación durante ocho semanas a seis meses, mostraron reducciones significativas en su ansiedad, depresión y dolores. Los investigadores de la Universidad Johns Hopkins comentaron en una de las ediciones de la revista JAMA Internal Medicine que “los médicos deben estar preparados para hablar con sus pacientes sobre el papel que podría tener un programa de meditación para abordar el estrés psicológico”

¿Cómo iniciar con la Meditación?

Querer es poder, y simplemente se requiere de tener interés para poder iniciarse en esta práctica. Los pasos son muy sencillos:

  1. Asumir una postura cómoda.
  2. Inhalar y exhalar profundamente contando del 1 al 10, uno al inhalar, dos l exhalar y así sucesivamente.
  3. Cerrar los ojos y comenzar a observar la mente.
  4. Serenar los pensamientos,  hasta lograr profundizar en su interior.

Esperemos que estos puntos puedan servirte para lograr iniciar en la  la Meditación, puedes visitar este enlace para escuchar música con la que puedes complementar tu práctica.

 

Por Danie Sans

Danie Sans

Periodista y escritor. Amante del arte y los enigmas históricos.

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