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Una obra intelectual y moderna que embauca

Portada de El humano.

A comienzos de año llegó a las librerías, gracias a la editorial La Cúpula, una obra destacada de la mano de Lucas Varela y Diego Agrimbau


El humano es una novela gráfica de ciencia ficción con aire ambientalista y con elementos trágicos, al estilo de alguna literatura modernista de finales del XIX y comienzos del XX. En este sentido, la novela gráfica se separa de obras también recientes como La cazaEl pacto del Letargo, de los que ya hemos hablado en Culturamas. Estos otros trabajos, aunque tengan similitudes, presentan un carácter más naturalista y menos racionalista que El humano. En cierto modo, puede recordar a algunas obras de Jeff Lemire, tales como Descender, del que esperamos ansiosamente que Astiberri publique una edición integral.

Los primeros compases de esta obra comienzan con la caída de un objeto en un planeta. Un inicio silencio y visual. En dicho artefacto viaja Alpha, un androide que activa su mente, pero que no logra tener acceso a la memoria. Más tarde va siendo consciente que forma parte de una gran misión.

Alpha tiene como objetivo fundamental la de contener los impulsos de Robert: el humano. Estamos, por lo tanto, ante la polarización entre lo racional y lo emocional. Ante ello, solamente resta la ayuda de una visión menos extrema. Esto es, la medianía o lo intermedio. Esta idea parece estar personificada en June, la mujer de Robert.

Los diálogos internos de Alpha nos conducen de soslayo a los estudios sobre la mente que han ocupado multitud de páginas del pensamiento actual. Nos replantea la idea de si autoconciencia es realmente natural o podría llegar a ser construida. Por otro lado, la obra narra nuevamente la posibilidad de corregir los errores humanos en

Página interior de la novela.

su relación con el medio. Una expresión de ese carácter moderno en la obra.

Robert, el humano, representa la materialización de las eternas preguntas que transitan a la humanidad. La libertad o la imposición. Al fin y al cabo, las posibilidades que nos otorga la tecnociencia siempre pueden devenir en totalitarismo. Nuevamente nos viene a la cabeza la lucha moderna por el progreso y por el avance de la sociedad.

Esta lucha entra en conflicto permanente con las emociones y pulsiones humanas. Ellas, sin la razón, pueden derivar en opresión, irracionalidad, tiranía. Esa lucha antropológica y ontológica va más allá del progreso humano y transita, como es obvio, entre la civilización y la naturaleza. De ahí que la obra transite entre estas diferentes perspectivas.

El apartado artístico es claro y sencillo. Esta manera de expresar gráficamente la historia, incrementa un poco más ese discurso racional e incluso analítico del que hemos hablado. Por eso la obra tiene cierto carácter hipnótico. Todo ello permite al lecto una mayor posibilidad de introducirse en este ambiente lógico (propio del mundo cyborg). Desde este enfoque, el impacto de la contraposición con los elementos emocionales resulta más patente y más llamativo.

 

Editorial: Ediciones La Cúpula

Páginas: 148. Color

Formato: 17,7 x 25 cm.

Rústica con solapas.

 

Por Juan R. Coca.

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