Una editorial del Caos
Existen editoriales que a lo largo de su andadura han construido un catálogo con personalidad, huyendo sin temor del mainstream y apostando con entusiasmo por libros diferentes. Ajenos a la literatura comercial, editoriales como Libros del innombrable, con Raúl Herrero al volante, se empeñan en traernos títulos que no acapararán a millones de lectores pero que sin duda constituyen hallazgos para muchos lectores que buscan algo más que una historia para pasar el rato. Libros del innombrable una casa que nació en 1998 con el “propósito de editar a autores “raros”, libros descatalogados, traducciones inéditas en castellano”. Y sigue a día de hoy fiel a su proyecto.
Desde la recuperación de títulos como Gestas y opiniones del doctor Faustroll, patafísico, de Alfred Jarry, piedra angular de la Patafísica, uno de los libros más divertidos, libres, frescos y originales, que parece haber sido escrito en el presente; pasando por un libro inusual de memorias de Fernando Arrabal: Familia (de memoria). Ya que no existe una autobiografía de Arrabal, la editorial nos explica que “el presente volumen pretende ser una aproximación, pues es manifiestamente autobiográfico: el puñado de apartados que lo constituyen son pinceladas personales relacionadas con la familia, amigos y allegados de un hombre que ha vivido mucho y sabe mucho”. Un libro indispensable para acercarse al último de los surrealistas vivos, a un mito.
También es destacable el ensayo Poéticas del caos, en edición de Jaime D. Parra. En este generoso volumen se recogen significativos extractos de obras de diversos autores (Juan-Eduardo Cirlot, Eduardo Chicharro, Carlos Edmundo de Ory, Joan Brossa, Guillem Viladot, A. F. Molina, Fernando Arrabal, entre otros) acompañados de ensayos en los que se analizan sus poéticas. Todos estos autores son raros, escritores “que entendieron o entienden la creación como riesgo, ruptura, crisis, génesis libre, y que hicieron tabla rasa, tanto en su enfoque vital como en su tratamiento del lenguaje”. Una poética que se sustenta en la ruptura, en un asomarse a los abismos del lenguaje y en la fragmentación, y que parece estar en consonancia con la propia editorial, una editorial del caos.
Bendito caos.
Pedro Pujante