‘La librera y el ladrón’, de Oliver Espinosa

IRENE MUÑOZ SERRULLA.

Pol es un joven que crece como miembro y cabecilla de una banda de delincuentes y se ha reconvertido a cuidadoso ladrón de libros. Marcos es un enamorado de los libros necesitado de aventuras —que encuentra junto a sus jóvenes amigos—. Laura es una mujer joven que crece entre el olor de libros en la librería de su padre y hereda de él librería y deudas. Los tres son los protagonistas de La librera y el ladrón.

La novela tiene, de entrada, varios ingredientes de éxito seguro: Intriga, libros, narración cuidada, una telaraña de personajes, viajes, bifurcaciones de la trama central que aportan sal a la historia… Sin embargo, hay dos cuestiones que le restan un poco de fuerza. Por un lado, el ritmo de la narración resulta un poco lento, el avance de la historia en muchas ocasiones se queda en standby mientras las bifurcaciones de la trama van creciendo. Creo que hay oportunidades de activar esta narración, por ejemplo, las aventuras más duras de Pol con libros robados que incluyen la intervención de la policía, pero que se dejan pasar y son narradas en pasado y de pasada. Por otro lado, quizá sea por haber leído muchas obras de este género de misterio, o de temática librera, o por tener una edad considerable, pero la realidad que rodea al personaje de Pol desde los primeros capítulos y que se descubre en el último capítulo… es previsible a las pocas páginas de haber ocurrido. No obstante, el entretenimiento y la cuidada narración hacen del libro una lectura agradable y recomendable para lectores que buscan relajarse con una novela de misterio que no quieren saltar del sillón ni perder la respiración debido a la angustia.

La aventura se desarrolla en una época de calor en Madrid, razón más que suficiente para que ese ritmo —que echo de menos— se haya visto afectado también por el calor de la capital. Para compensar, la descripción de los personajes es interesante pues permite conocer las motivaciones de cada uno de los tres principales, y también de los secundarios —padre e hija Pazzi, el americano Di Modica o Tatiana—; y también están esos personajes que están porque son necesarios en varios momentos, pero que son prescindibles al 98 por ciento —los padres de Pol o Claire, por ejemplo—.

Sí me ha resultado interesante la trama que gira en torno a los libros antiguos, los coleccionistas, los robos, las negociaciones sobre un libro de gran valor, las peticiones de robo a la carta… es decir, la trama real de la novela que está aderezada con una historia de amor, con otra de amistad, con varias de traiciones, con varias de infancias complicadas, con unas pocas de reconversión moral, con otras pocas de dobles morales. En realidad los ingredientes están ahí, la coctelera estaba bien cargada, y el resultado es bueno, pero podía haber terminado siendo más atractivo, y para un público más amplio, con tan solo un poquito más de ritmo al agitar la coctelera.

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