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Al habla con Camile Pascal, Premio nacional de Novela en Francia

MARIO BLÁZQUEZ.

Larrad Ediciones acaba de publicar la novela histórica El verano de los cuatro reyes (L’Été des quatre rois), que viene avalada por haber sido la ganadora en octubre de 2018 del Gran Premio de Novela de la Academia Francesa.

Con motivo de la publicación, he tenido oportunidad de entrevistar a su autor, Camille Pascal, que ha revelado detalles muy interesantes de la confección de la novela. Pascal es graduado en historia, escritor y alto funcionario francés. Después de enseñar en la Sorbona y EHESS, ocupó el cargo de Secretario General, más tarde, fue colaborador de varios ministros y asesor del presidente de la República, Nicolás Sarkozy.

P: La acción se sitúa en la época post-napoleónica y después de la Revolución Francesa, cuando los reyes tenían el temor de que el pueblo pudiera volver a levantarse. ¿Cree que en una situación crítica como la actual, agravada por las medidas restrictivas de la pandemia, podría volver a suceder algo extrapolable a lo que fueron las Revoluciones contra un Gobierno?

R: El verano de los cuatro reyes se publicó en agosto de 2018 y recibió el Gran Premio de Novela de la Academia Francesa en octubre. En diciembre, los “chalecos amarillos” amarillos arrancaron las puertas del jardín de las Tullerías como los alborotadores de 1830. La historia parecía repetirse ante mis ojos.

Dos años más tarde, en 1832, París se enfrentó a una terrible epidemia de cólera. El gobierno del rey Luis Felipe resistió con firmeza.

P: Los personajes de su libro, basados en figuras históricas (Polignac, Thiers, La Fayette) tienen gran disparidad de matices reconocibles, casi los mismos que podríamos encontrar en una novela de aventuras. ¿Se parece tanto la ficción a la realidad o viceversa?

R: La realidad siempre es superior a la ficción. ¿Quién podría haber imaginado un personaje como Donald Trump? ¿Qué autor de ciencia ficción inventó Internet? ¿Quién podría haber imaginado que las mayores potencias económicas del mundo caerían de rodillas por un virus en el siglo XXI?

P: ¿Por qué escogió la narración desde distintos puntos de vista? De esta forma, aparte de poder recomponer desde distintos ángulos los sucesos, parece tomar la distancia entre el ensayo histórico y la novela, de hecho, la lectura funciona a ambos niveles.

R: Elegir narrar los hechos desde los lugares donde tuvieron lugar me permitió dar vida a la Historia en su espontaneidad. De repente, el lector camina desde el castillo de Saint-Cloud donde la familia real pasa el verano hasta las barricadas, pasando por el Palacio Real, residencia del duque de Orleans, el futuro Louis-Philippe Ier.

Todo está perfectamente documentado y verificado, pero solo la literatura permite que las torres de Notre Dame sean robadas del castillo de Rambouillet yendo tan rápido como la Revolución.

P: Hablando de la documentación ¿Qué labor llevó a cabo para este libro?

R: He reunido mucha información, he leído todas las memorias, todos los recuerdos, todos los periódicos. Para hacer mi novela lo más realista posible, incluso consulté los planos del Château de Saint-Cloud y del Palais des Tuileries. Así es como pude hacer que mis personajes caminaran por lugares que ya no existen y describan escenarios totalmente destruidos a su alrededor. Revisé hasta el color de las cortinas y el diseño de las alfombras.

P: ¿Partió de una idea que ya llevaba tiempo investigando, madurando, o surgió de manera imprevista?

R: Cuando tenía quince años leí una biografía del rey Carlos X escrita por un niño que apenas tenía dieciocho. Entonces juré que algún día lo haría mejor. Solo he tenido que esperar treintaicinco años.

P: ¿Qué percepción hay en Francia de este episodio histórico? ¿Cree que aquello pudo prever el fin de la monarquía?

R: La Revolución de 1830 quedó totalmente olvidada. Nadie recordaba, excepto en algunos pequeños círculos monárquicos, que cuatro reyes se habían sucedido en cuestión de días.

En aquel entonces el fin de la monarquía no era en absoluto previsible. Debe recordarse que después de las guerras napoleónicas este régimen no mantuvo la paz en Europa. Además, los ejércitos de Carlos X acababan de conquistar Argelia.

Si el rey se hubiera quedado callado en lugar de intentar resucitar el pasado, habría muerto en su cama de las Tullerías como su hermano Luis XVIII.

P: Carlos X (1824-1830) fue el último rey Borbón en Francia. En España hay cierta reticencia a la hora hablar de la monarquía, sin embargo, tenemos la impresión de que en Francia hay mayor libertad de expresión respecto a estos temas. ¿Qué imagen hay allí sobre el reinado de los Borbones y en la actualidad en España?

R: La monarquía en España juega el papel de la República en Francia, es la garantía de la unidad nacional. Acaba con la monarquía y ya no tendrás una España sino una escisión de España en pequeñas repúblicas independientes e insuficientes. En mi opinión, sería un trauma tan violento para los españoles como la crisis de conciencia de 1898.

En mi opinión, los errores de los representantes de la dinastía no importan. Lo único que importa es el principio.

En cuanto a Francia, es diferente, el general De Gaulle construyó la Quinta República como síntesis de la monarquía de julio y el Segundo Imperio. La idea monárquica murió en Francia en 1958 y acababa de ser reemplazada.

P: Por último, después de ganar el Gran Premio de Novela de la Academia Francesa con su primera incursión en la novela, ¿en qué cree que puede marcar su trayectoria futura como escritor?

R: Como nunca me vi a mí mismo como escritor, de alguna manera me obligó a serlo ante mis propios ojos.

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