«Fahrenheit 108»: una interesante distopía producida y dirigida por Cecilia Gessa

Por Ana Riera 

La nueva producción de Cecilia Gessa, a partir de un texto de Javier San Román, nos presenta una  distopía que transcurre en el año 2070, en la Tierra. El ser humano ha conseguido vencer definitivamente a la naturaleza. Los animales han sido eliminados, ya que eran demasiado sucios y no eran capaces de cumplir las reglas. Tanto la carne como el resto de alimentos se obtienen por clonación. Y la mayor conquista de todas: la procreación es asunto del ministerio correspondiente. Las mujeres ya no tienen que sufrir en sus propias carnes ni el engorroso embarazo ni el doloroso parto, lo que ha supuesto para ellas una gran liberación. De hecho, los nuevos seres que pueblan la Tierra tienen todos aspecto femenino, en un intento de eliminar el exceso de testosterona, causante de la mayor parte de las conductas violentas del planeta.

Nada queda ya de los primitivos seres humanos que se alimentaban de cadáveres de animales, que vivían obsesionados por el culto al cuerpo y el deseo sexual, que formaban familias y tenían hijos. De hecho, en el nuevo mundo, mantener relaciones sexuales es un delito conocido como Farenheit 108, la temperatura que alcanzaba el cuerpo humano durante el clímax del coito.

Cometer un Farenheit 108 está castigado con la muerte. Todo el mundo lo sabe y el deseo ha sido eliminado, por tanto, nadie debería cometer ese tipo de delitos. Sin embargo, la naturaleza, incluso herida de muerte, siempre se abre camino. ¿si no, por qué haría falta un cuerpo de bomberas cuya misión es perseguir y erradicar precisamente este tipo de delitos?

Las dos protagonistas de la obra son precisamente la Capitana Tyr y la Sargenta Jan. La primera, a la que da vida Arlette Torres, es una veterana del cuerpo de bomberas con una larga trayectoria intachable. La segunda, interpretada por Yara Puebla, es una alumna ejemplar, la primera de su promoción, que acaba de ingresar en la academia de bomberas hace apenas unos meses.

Las dos protagonistas de la obra son precisamente la Capitana Tyr y la Sargenta Jan. La primera, a la que da vida Arlette Torres, es una veterana del cuerpo de bomberas con una larga trayectoria intachable. La segunda, interpretada por Yara Puebla, es una alumna ejemplar, la primera de su promoción, que acaba de ingresar en la academia de bomberas hace apenas unos meses.

Ambas tienen un encuentro para hablar de temas profesionales, al menos aparentemente. Pero poco a poco, a través de lo que dicen, y también de lo que callan, las iremos conociendo e iremos descubriendo cómo es el mundo en el que viven. Las dos actrices hacen un trabajo muy serio con el que consiguen que el público se crea la distopía y los personajes que interpretan. Y que, además, acepte las críticas a su forma de vida, la propia del 2020, sin ofenderse e incluso soltando alguna que otra carcajada.

Escuchándolas, surgirán las primeras preguntas. ¿Realmente es posible dominar la naturaleza? ¿Tiene sentido rebelarse contra aquello que nos ha creado en origen? ¿De dónde surge esa necesidad de combatirla, de reprimirla? ¿Cuál es el objetivo último de todo ello?

De su mano reflexionaremos sobre temas tan trascendentales como la sexualidad, la procreación, el amor, el culto al cuerpo o la igualdad entre géneros. Y acabaremos planteándonos uno de los grandes dilemas del ser humano: ¿Qué es primero, el individuo o la sociedad? ¿Debemos ser fieles a nosotros mismos como individuos hasta las últimas consecuencias o debemos renunciar a nuestros deseos más íntimos por el bien del grupo?

Está claro que el autor quiere rendir un homenaje, tanto con el tema como con el título, a Ray Bradbury y su obra Farenheit 451, con su apocalíptica visión del futuro. También que lo que pretende es conmover, remover, incomodar y hacer pensar al espectador. No hay duda de que lo consigue. Sin grandes aspavientos, pero de forma eficaz y contundente.

 

reparto 
Irene Rubio y Guiomar Puerta / Arlette Torres y Yara Puebla.

equipo TÉCNICO

producción
Gessas Producciones
dirección 
Cecilia Gessa
texto
Javier San Román
asistente dirección
Alba Llera
arte y vestuario
Exther S. Mazarías
técnico de sonido
Andrea Aranda
músicos
Juan Antonio Simarro

TEATRO LARA. SALA LOLA MEMBRIVES

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