‘Madame Bovary’ renace de la mano de Austral
PILAR M. MANZANARES.
Madame Bovary es un claro ejemplo de cómo una novela puede trascender en el tiempo y ganarse un puesto de honor en los clásicos de la literatura. Austral lo sabe y por eso ha reeditado esta fabulosa obra de Gustave Flaubert.
La mayoría de los ávidos lectores conocen de primera mano la historia de Madame Bovary, pero para aquellos extraviados os la explicaré con cierto detalle. La trama gira alrededor de Charles Bovary, un pobre joven sometido desde niño a los deseos de su madre, quien lo obliga a casarse con una viuda fea, pero adinerada.
Con un matrimonio desastroso, la vida de Charles cambia tras la muerte de su esposa y conocer al Sr. Roualt y su hija, la bella Emma. Enamorado de la joven, Charles le ofrece todo lo que Emma podía pedir para sentirse una joven afortunada: un esposo joven, una casa hermosa y la estabilidad económica suficiente para vivir bien. Emma y su padre aceptan encantados dicha proposición, y Emma se convierte en Madame Bovary.
No obstante, lo que parecía un cuento de hadas se convierte en un drama costumbrista cuando Emma, quien se refugia en sus novelas románticas, harta de un matrimonio vacío y sin pasión, halle el afecto que le falta en brazos de Léon Dupuis.
Madame Bovary está construida palabra por palabra de forma exquisita. Sus descripciones, para algunos saturadas, dan vida a cada escena que Flaubert presenta, anidando en el corazón del lector de una forma fija y contundente. De hecho, es conocido que Flaubert era un amante del arte, y siempre buscaba encontrar le mot juste (la palabra exacta) al momento de escribir.
Junto a Ana Karenina, Madame Bobary, es una de las adúlteras más populares en la literatura. El adulterio es un tema recurrente en múltiples obras literarias, como El Amante de Lady Chatterley, de D. H. Lawrence o Las Amistades Peligrosas, de Choderlos de Laclos. Sin lugar a dudas, Emma representa en todo su esplendor el abismo de muchas mujeres que refleja una división interna, entre el deseo más férreo de su alma y el cumplimiento del deber.
A través del personaje de Madame Bovary, el autor rompe con todas las convenciones morales y literarias de la Burguesía del siglo XIX, tal vez porque nadie antes se había atrevido a presentar un prototipo de heroína de ficción rebelde y tan poco resignada al destino.
EL AUTOR:
Gustav Flaubert nación en Ruan, Alta Normandía el 12 de diciembre de 1821 y murió en Croisset, Baja Normandía el 8 de mayo de 1880. Fue un escritor francés. Es considerado uno de los mejores novelistas occidentales.
El carácter de Flaubert ofrecía varias peculiaridades. Era tímido e incluso extremadamente sensible y arrogante, pasaba del silencio absoluto a una vergonzosa y ruidosa verborrea. Tenía una gran tendencia a la soledad y el retraimiento social. Las mismas incoherencias marcaban su físico; tenía una fisonomía robusta pero padeció epilepsia desde la infancia; asimismo era un neurótico obsesionado con la escritura, pretexto de sus depresiones y de sus entusiasmos, cuando comentaba algunas de las páginas más felices de los clásicos. Su odio antiburgués comenzó en su infancia y se convirtió en una especie de monomanía, especialmente visible en su última obra, el Bouvard y Pécuchet.
Borralo, todo. FIn.