Siete obras en teatro leído con apasionantes personajes de «Galdós en el Español»
Redacción ESCENA
Elencos capitaneados por destacadas dramaturgas y directoras hacen frente al compromiso de brindarnos un Galdós leído en voz alta, cara a cara, con estupendos intérpretes que asumen las intensas emociones que el prolífico escritor creó para ellos. Montajes de refinadas producciones, cuyas voces y expresión corporal envuelven a los espectadores como si fuera una representación completa, pues se trata de lecturas dinámicas. Un arte dentro del arte del teatro. Siete obras que destacan en el amplio repertorio del genial hombre de letras, ensayista, novelista, dramaturgo y director. Modélico pensador con una visión política revolucionaria en una España que daba tumbos, regida por el abuso de poder monárquico y clerical.
VOLUNTAD 3 – 5 noviembre
Dirección Carolina Román
Dramaturgia María Prado
Con Alba Rico e Ignacio Mateos, entre otros.
LA VOLUNTAD
Estrenada en el Teatro Español de Madrid, la noche del 20 de diciembre de 1895
El estreno de La voluntad no estuvo exento de polémica, la obra se mantuvo en cartel seis noches. En el primer estreno de Galdós en el Español prima el deseo de reformar la escena española y de influir en la sociedad a través de la transformación de las instituciones. Propone que la sociedad de su época, una sociedad decadente, sea regenerada a través del trabajo. La protagonista de la historia, Isidora, es una mujer honesta y trabajadora. Es la encarnación de una mujer liberada, independiente, con temores, dudas e inquietudes y que aspira a realizarse en la vida.
Para Pérez Galdós la mujer es elemento esencial en la regeneración de la vieja sociedad y en la construcción de la nueva. En todo su teatro pondrá a las mujeres al servicio de un nuevo futuro y una nueva sociedad.
ELECTRA 6 – 8 noviembre
Dirección Ester Bellver
Dramaturgia Irma Correa
Con Emilio Buale, Huichi Chiu y Abdelatif Hwidar, entre otros.
ELECTRA
Estrenada en el Teatro Español de Madrid la noche del 30 de enero de 1901
Noche de estreno histórica para Galdós, los críticos lo han llegado a comparar con lo que supuso el estreno de Hernani en 1830 en el ámbito del romanticismo francés. En sus memorias Baroja cuenta cómo los jóvenes escritores, que más tarde formarían la generación del 98, se habían puesto de acuerdo para ocupar localidades estratégicas en el patio de butacas y los palcos del Teatro Español en la noche del estreno de Electra. Para la historia ha quedado el grito de Maeztu desde el patio de “¡Abajo los jesuitas!”. Convertido en un escándalo nacional, los desórdenes, las manifestaciones y en algunos casos los altercados públicos que se sucedieron al estreno y representación de la obra, sirvieron de pretexto para su prohibición en varias diócesis con la consigna general de “el liberalismo es pecado”, o que ver y oír Electra era pecado mortal. El estreno tuvo un éxito resonante, Galdós salió catorce veces a escena a saludar y motivó su representación en provincias y en el extranjero, donde el público sentía curiosidad por ver la obra, a pesar de los ataques de la Iglesia que la sentenció y la acusaba de estar manipulada por la masonería. Las noticias, crónicas y demás batallas literarias y periodísticas que siguieron al estreno de Electra podrían formar un volumen aparte en la bibliografía de Galdós.
ALMA Y VIDA 10 – 12 noviembre
Dirección Pilar Massa
Dramaturgia Yolanda García Serrano
Con Emilio Buale, Pedro Casablanc, Carmen Conesa y Amparo Pamplona, entre otros.
ALMA Y VIDA
Estrenada la noche del 9 de abril de 1902 en el Teatro Español de Madrid María Guerrero es la auténtica musa de Alma y vida. Galdós estaba subyugado por las dotes artísticas de la actriz; en el epistolario de Doña María quedan recogidas algunas de las conversaciones con nuestro dramaturgo. Ella decide abandonar la compañía del Teatro de la Comedia, dirigida por Emilio Mario, por desacuerdos en la elección del repertorio. Esto le dice a Galdós en una de sus cartas: […] Ya me figuraba el efecto que iba a hacerle a V. mi noticia, y me lo temía, y crea V. que por evitarles a Vds. este jicarazo estoy todavía en esta compañía y he aguantado estas dos últimas temporadas, de invierno y verano, pero ya no podía más. Yo no podía ver con tranquilidad lo que está pasando: esta aversión y esta guerra sorda a todo lo que sea género serio, para apoyar tonterías”. La actriz se decide a hacerse empresaria y asumir la dirección artística del Teatro Español. Para esta nueva etapa le pide a Don Benito que escriba algún texto para ella y es en otra de las cartas de la actriz para él donde encuentra la inspiración para Alma y vida: “¡Ah!, ¿se estilan ahora las cartas cortas? Bueno, pues adiós. Le quiere con alma y vida Mariquita”.
El estreno de Alma y vida introdujo cambios fundamentales en la puesta en escena que vinieron para quedarse. Desde 1900 María Guerrero y Fernando Díaz de Mendoza impusieron que durante la representación sólo estuviera iluminada la escena. Con ello, la luz debía integrarse como un elemento dramático en la totalidad del espectáculo, según señalaba Appia en 1895 en su La mise en scène du drame wagnérien. La incorporación de los cambiantes efectos lumínicos en Alma y vida dieron a Galdós la posibilidad de recrear un ambiente que predispusiera el ánimo de los espectadores.
EL ABUELO 13 – 15 noviembre
Dirección Rosario Ruiz
Dramaturgia Sandra Ferrús
Con Pedro Casablanc y Carlos Domingo, entre otros.
EL ABUELO
Estrenada la noche del 14 de febrero de 1904 en el Teatro Español de Madrid
El abuelo nace como una novela dialogada en 1897 y posteriormente adaptada para el teatro. De esta manera Blasco Ibáñez escribe en El Pueblo de Valencia: «Cuando hace algunos meses me dijo Galdós que llevaba ‘El abuelo’ a la escena, convertido en drama, sentí interiormente deseos de protestar, callando únicamente por respeto al maestro. Convertir una novela en drama es algo, para mí, cual desarmar una estatua, articulándola para que gesticule y bracee como una muñeca; trocar en movimiento falso y desordenado la olímpica serenidad del mármol inmortal».
El abuelo se llevó a escena en 1904 y fue un éxito absoluto. Y con seguridad obtendría mayor difusión en su versión teatral no solo en los escenarios españoles sino más allá de las fronteras, pues era repertorio obligado en las compañías teatrales. En esta puesta en escena Galdós sigue en el empeño de la renovación teatral, tanto en el fondo como en la forma: «El teatro llamado de ideas adquiere de día en día mayor importancia y desarrollo. Nuestra época es reflexiva y pensadora, más que sentimental e imaginativa; de aquí que los grandes autores modernos, desde Ibsen a Galdós, aspiran, no a despertar en el público el interés de la curiosidad, sino a plantear, en forma artística, los graves problemas que preocupan a la sociedad contemporánea».
«El abuelo drama es una de las mejores obras (por no decir la mejor) de nuestro teatro moderno. Hay en él un quinto acto digno de Ibsen. No; digo mal, a cada uno lo suyo, sin establecer comparaciones. El dramaturgo noruego tiene sus obras y Galdós tiene El abuelo. Cada uno en su pedestal; que para ocupar el suyo el español, no necesita buscar apoyo en el
escandinavo. El abuelo, novela, sigue siendo una gran novela; y el drama, el más conmovedor, el más genial y verdadero de cuantos hemos visto en España de muchos años a esta parte». Blasco Ibáñez «Los estrenos», en El Diario Universal de Madrid.
BÁRBARA 17 – 19 noviembre
Dirección Maite Pérez Astorga
Dramaturgia Lucía Carballal
Con Javier Albalá, Silma López y David Lorente, entre otros.
BÁRBARA
Estrenada la noche del 28 de marzo de 1905 en el Teatro Español de Madrid
En Bárbara, Galdós vuelve a mostrar de nuevo su interés por la mitología. En carta escrita a Luis Morote, en el verano de 1903, dos años antes del estreno de Bárbara, el dramaturgo declara su interés mitológico en esta obra: “Sí, volvamos a Bárbara. Es un drama en cuatro actos. Pasa en Sicilia, en 1812, en los tiempos en que era rey de Nápoles Joaquín Murat. Pero no es histórica […]. Bárbara es más que eso, como que allí tienen su asiento muchos de los mitos de la teogonía griega, de tal modo se han arraigado en el suelo, las costumbres modernas no han podido desterrar el naturalismo pagano”.
En el prólogo de Alma vida Galdós afirma que, para ser bello, el simbolismo debe ser oscuro. A través de esta nueva protagonista, el autor continúa reforzando la analogía de sus protagonistas femeninas como alegorías de un espíritu regeneracionista de España. Muy al tanto de las nuevas corrientes europeas simbolistas como las de Zola o Ibsen, intenta indagar en estas nuevas formas. Galdós se queja de los estrechos moldes en que se hallaba constreñido el arte dramático: “(…) la limitación prudencial de personajes, la tiranía del lugar de la escena, la corta duración de los actos, la falta del elemento descriptivo episódico, la graduación forzosa del interés encierra la inspiración dramática en límites estrechos”.
CASANDRA 20 – 22 noviembre
Dirección Aitana Galán
Dramaturgia Blanca Baltés
Con Astrid Jones y Rosa Vicente, entre otros.
CASANDRA
Estrenada la noche del 28 de febrero de 1910 en el Teatro Español de Madrid
Se cuenta que esta fue la obra que desencadenó la campaña de los conservadores para que a Galdós no le concedieran el Premio Nobel. La obra fue vista por los sectores más reaccionarios, desencadenando fuertes protestas, como una metáfora de la victoria del pueblo frente a la casta.
“La empresa del teatro Español con los correligionarios políticos del dramaturgo […] obras como Casandra escritas únicamente para lograr el aplauso populachero con trivialidades y latiguillos, están en pugna declarada con todo el monumento de Galdós”. La Correspondencia de España
“El Sr. Oliver no ha sabido poner en escena como merecía la obra de Galdós, ni siquiera ha acertado a infundir en los actores el espíritu de los respectivos personajes”. Diario Universal
“El dramaturgo y excelso novelista ha predicado esta vez con el ejemplo. Casandra es hermana de Realidad y de Electra. (…)En Casandra brilla la luz de idea y arde fuego de la pasión. La Casandra, de Galdós, tiene la armónica grandeza de las creaciones helénicas. Cuando anoche la veíamos encarnada en el arte insuperable de Carmen Cobeña, el escalofrío de lo sublime corrió por nuestra carne”. El Liberal
CELIA EN LOS INFIERNOS 24 – 26 noviembre
Dirección Vanessa Martínez
Dramaturgia Eva Redondo
Con Gustavo Galindo, Ainhoa García, Pablo Huertos y Pedro Santos, entre otros.
CELIA EN LOS INFIERNOS
Estrenada el 9 de diciembre de 1913 en el Teatro Español de Madrid
Después de una dilatada experiencia en la vida y en el arte de escribir, Galdós se alza como un gran dramaturgo, partiendo de la experiencia de la observación. Es un ejemplo de investigación incansable en las formas, en los temas, los caracteres, en suma, en el gran oficio de escritor. En Celia en los infiernos, incidirá en la incursión de sus ideas socialistas, ensalzando el valor del trabajo y cuestionando la holgazanería burguesa. Se muestra esperanzado en el futuro y en el cambio, considera que el socialismo es el último reducto como filosofía social. Propone el matrimonio social para las diferentes clases. En Celia, Galdós
se separa del simbolismo que había practicado en sus últimas obras y vuelve a la línea del realismo: “Celia se me ocurrió cómo está; la concebí de una vez. Hice el plan aquí en la primavera, durante el verano, en Santander, la escribí, es decir, la dicté, porque yo no puedo escribir nada. Y la obra salió lentamente, un día una cosa, y al siguiente otra, pero sin variar la
idea concebida primeramente. (…) El ambiente de los dos últimos actos está tomado de la realidad. Esos lugares y los barrios
de mendigos y casas de dormir de que se habla en la comedia los he visto, los he estudiado hace años, cuando escribí mi novela ‘Misericordia’”.
La obra se estrenó con gran éxito en el teatro Español: “He ahí un extracto, sobrio y desmañado de líneas, de la obra, que el público madrileño aplaudió anoche con entusiasmo. Galdós, que es nuestro Carlos Dickens, nos retuvo durante tres horas, que nos parecieron cortas, en el divino reino de la ilusión, tierra prometida de todos los hombres buenos, a la que no se puede abordar si no se tiene el corazón sano y el espíritu alto. Al volver del viaje y hallarnos de nuevo en la tierra, codeándonos con todos los egoísmos humanos, sentimos una gran tristeza… ¡Qué lástima que los astrónomos no hayan descubierto aún el planeta Utopía!…” El Heraldo de Madrid, 10 de diciembre de 1913.
EQUIPO TÉCNICO
Diseño de espacio escénico Lua Quiroga
Diseño de iluminación Lola Barroso (A.A.I.)
Diseño de vestuario Paola de Diego
Ayudante de vestuario Berta Navas
Fotografías Esmeralda Martín
Música original y Espacio sonoro Irma Catalina Álvarez
Una producción del Teatro Español