Autorretrato, de Éduard Levé
Articulado en torno a destellos, ideas, recuerdos y notas, Autorretrato es una autobiografía singular, fragmentaria y que basa su esencia más en el acto intuitivo de la realidad que en la realidad misma. Levé construye con pensamientos fugaces, con aforismos, con reiteraciones elocuentes un itinerario vital, que a primera vista da la impresión de ser un simple vagabundeo de inconexiones. Pero a medida que leemos más y más, descubrimos que Autorretrato es en el fondo una meditación, una instantánea fractal de un hombre que se observa. No una meditación profunda que se abisme en el yo, sino una serie continuada de breves y concisas reflexiones que el autor ha ido cultivando durante años para plasmar, definitivamente, en este libro. Con humor, ironía y distancia. Desde recuerdos banales hasta ideas brillantes. Acontecimientos que marcan una existencia, listas de deseos o de acontecimientos que impactaron en su vida. Todo cabe en este recuento autobiográfico de hermosa sinceridad. A veces atravesado por el dolor, por el deseo de conocer, por la luz, por el deseo de vivir o de morir. Quizá una de las piezas autobiográficas más sinceras que he leído, porque es fiel a la misma naturaleza de la memoria y de la vida: es leve, es fragmentaria y se compone por pequeños instantes que el autor (el que narra su propia vida) une para reconstruirse a sí mismo.
Evoca, en cierto modo, el famoso Me acuerdo de Georges Perec (o al de Joe Brainard, que es anterior) en su formato, en su estilo sincero y directo, casi coloquial, que te acerca al instante puro de la escritura, de la vivencia. Aunque en el libro de Levé tenemos la sensación de que los recuerdos no se ordenan por un valor que la dictadura de memoria les otorga, sino más bien por un capricho del propio autor, lo que hace del libro mucho más divertido, ocurrente y significativo. Un libro que tiende hilos directos hacia el lector, sin interfaz ni máscaras.
Como en su otro librito, titulado Obras, aquí también intuimos la fuerza titánica de un escritor de lo breve, un genio de la literatura portátil, que a base de instantáneas resplandecientes nos deslumbra. Un escritor con una imaginación desbordante, dotado de una sensibilidad sublime, que nos regala un trozo de su propia alma.