Al habla con Samanta Devin, autora de ‘Heroica’
PILAR M. MANZANARES.
Heroica es la historia de Andrea, quien ha crecido apartada de los convencionalismos de la vida moderna, de sus necesidades y expectativas. Abandonada al nacer por sus padres en el convento de clausura de Santa Fe, en Rossalino, un diminuto pueblo de Sicilia, Andrea ha sido educada por las monjas Clarisas y un indio Apache.
Su devoción por el silencio, por lo sagrado y el firme compromiso con sus ideales son rasgos inconfundibles de su carácter. Pero el misterio de su origen es para ella motivo de búsqueda constante. Por eso, cuando descubre la novela de Francesco Visconti, un escritor célebre por sus trabajos y teorías sobre lo heroico, Andrea decide dejar el convento y salir al mundo para aprender todo lo relacionado sobre un tema que le concierne personalmente.
Samanta Devin, la autora del libro, ha tejido de forma magistral un relato lleno de ambición y literatura en estado puro.
- ¿DE DÓNDE NACE ESTE LIBRO?
Es complicado rastrear el origen de una novela. Mis novelas son muy orgánicas, es decir, nacen y crecen de mi propia búsqueda, intereses y experiencias, evolucionan conmigo según voy añadiendo a mi vida conocimiento, creencias, ideas, conclusiones, experimentos con éxito… Para contestar esta pregunta tendría que contarte mi vida porque el origen está en mi misma, así de amplio es.
Pero sintetizando puedo decirte que el interés por lo heroico ha estado siempre presente. Comenzó con Byron y el Romanticismo alemán, con su aspiración a lo sublime, su deseo de trasfigurar la realidad y su valiente inmersión en el inconsciente. El heroísmo es una actitud ante la vida. Yo veo al escritor como un hechicero, un conjurador de realidades, un explorador de las profundidades y las alturas humanas. Los Románticos creían que el hombre era capaz de conectar con la realidad suprema, que nuestro deber, como criaturas transcendentes, es aspirar a ser dioses. Ese sentimiento está vivo en mí y es el que mueve mi vida y mi trabajo. Soy consciente de que es una ideología que va contracorriente porque la creencia general acerca del hombre es hoy completamente opuesta. La culpa la tienen los existencialistas que nos han dejado un poso de desesperación, nihilismo y absurdo que sigue estando vigente. Pero no debemos olvidar que la visión que tenemos acerca de la vida y el lugar que ocupa el hombre en el universo, están sujetos al momento histórico en que vivimos, a la cultura de la que somos parte. Si la tendencia hoy es creer “X”, esa será nuestra realidad. Pero podemos ir más lejos porque somos inteligentes y sabemos que en otro momento de la historia se creía “Y”. Es decir, sabemos que es posible elegir, que podemos y debemos ser parte activa en la formación de nuestras creencias y valores. Por tanto, ¿por qué escoger ver la vida a través de los ojos de los existencialistas? ¿Por qué no optar por la grandeza de espíritu que animaba a los Románticos? A mi siempre me ha parecido que aspirar a la consciencia perfecta, a la vida perfecta, a la felicidad perfecta es la forma más evidente y natural de ser y estar en el mundo. Soy abanderada de una ideología propia: el Nuevo Romanticismo. Hay mucho que decir sobre esta ideología liberadora, poderosa y atrevida, pero ahora no es el momento.
- ¿QUÉ LE HACE ESPECIAL?
Quizá que es una invocación. Quería escribir esta novela para fascinarme a mí misma, hipnotizarme hasta hacer magia metiéndome en la carne de una heroína creada por mí y para mí. Escribir es invocar y yo quería conjurar esa parte de mí que está latente, darle forma y realidad, hacerla vivir.
- ¿CUÁL FUE LA PARTE QUE MÁS LE COSTÓ ESCRIBIR?
Todas cuestan, en todas te atascas, pero finalmente todo fluye y avanzas, sino no habría novela. Lo más difícil quizás es darle sentido a todo, hacer que cada palabra y detalle añadan valor y profundidad. Y por otro lado requiere cierto esfuerzo por mi parte estar pendiente de los niveles de escritura, es decir, escribir de forma que tanto el que busca una historia atractiva como el que quiere algo más profundo o revelador queden satisfechos. Si no estoy pendiente a veces me pierdo en unas alturas de vértigo donde todo es símbolo y metáfora y la historia se convierte en un enigma, en impenetrabilidad pura.
En Heroica desde los nombres, al paisaje, al edificio y el aislamiento en que está ubicado, incluso la estación del año, tiene un sentido o trasfondo que da peso, amplía o sugiere una dimensión en la historia. El fin de este trasfondo, a nivel literario, es como digo enriquecer lo que ocurre, elevarlo y darle profundidad. A nivel personal, es darle consistencia a la invocación.
A simple vista la novela podría ser una guerra familiar con sus traiciones y complots, con sus partidismos y ofuscaciones… La idea es convertir toda esa ambición, ese deseo universal de gobernar a los otros, en algo cósmico. Todo está orientado a ordenar las circunstancias para que un ser heroico pueda desarrollar sus capacidades, ponerse a prueba y encontrar las respuestas que busca acerca de sí misma. Heroica escenifica la misteriosa alianza que Andrea mantiene con el orden divino, que es callado, invisible y cotidiano, porque está presente cada vez que nos relacionamos con Dios, con nosotros mismos y con los otros.
Por supuesto, dependiendo de cada uno, de su educación, de su capacidad de observación, de su predisposición para la abstracción o su inclinación hacia la psicología o la mística verá una cosa u otra. Habrá quien se quede en la superficie y disfrute de una historia de suspense en un ambiente aristocrático, otros participarán de la siempre milagrosa transformación del estado de consciencia del héroe, que va de lo humano a lo divino.
- ¿QUÉ ENCONTRAMOS DE TI EN ESTE LIBRO?
Todo, porque todo libro es una creación personal, subjetiva e íntima. En un libro, el autor dice: así es cómo veo el mundo, esto es lo que creo o lo que quiero creer. El autor está presente en cada una de las palabras que escribe porque todo nace de su interior. En esta novela pongo de manifiesto mi ambición de ser. Andrea representa esa parte de mí que anhela grandeza, sobrepasar los límites de lo humano. En este libro están dramatizados mi amor por la soledad y el silencio, mi estado de atención constante a la superación personal, mi incansable necesidad de actualizar mis potencialidades y un ascetismo voluntario para atender sólo a lo esencial y lo sagrado. En esta novela analizo en profundidad el ethos heroico, es decir, el carácter y la personalidad del héroe.
- ¿DÓNDE ENCUENTRAS LA INSPIRACIÓN?
Esta es una pregunta muy típica que la mayoría de los escritores contestamos normalmente de forma directa y ensayada. Es una elaboración consciente que pretende facilitar las cosas tanto al que pregunta como al que responde porque la realidad es que es simplemente imposible contestar esta pregunta. La respuesta sería interminable.
La inspiración está supeditada a la fascinación. Ponemos nuestra atención en lo que nos interesa, en lo que nos apasiona y de los millones de estímulos que recibimos continuamente, escogemos solo los que aportan sentido a nuestro proyecto. A cada uno, dependiendo de nuestra esencia, naturaleza y carácter, nos influyen de manera distinta los Presocráticos, los Existencialistas, el Romanticismo Alemán o la Mitología Griega. Pero no nos influyen cada una por separado, es su integración y lo que hacemos con el sentido que le damos lo que nos forma y a la vez da forma a la obra.
En esta novela la inspiración surge de un sin fin de materias: la mitología relacionada con la psicología, con la mística, con la tragedia griega, con la fenomenología, en concreto con los estudios de religiones comparadas de Mircea Eliade, con la sublime visión que nos dejó Nietzsche, con el sentido de lo sagrado de Otto, con el estudio de la estructura de la consciencia de Husserl, con la idea del inconsciente de Carus, con las aportaciones de Jung… Y por supuesto con el extraordinario ensayo de Fernando Savater, La Tarea del Héroe.
Esta reducida selección de materias es solo la inspiración que forma parte de lo aprendido en los libros, pero por supuesto también hay que contar con la vida, las experiencias, los sueños, los deseos, los fracasos, las alegrías… No es fácil señalar una única fuente. A todo esto hay que añadir además lo que reside en nuestro inconsciente.
En esta novela siendo, muy reduccionista, se puede decir que las fuentes de inspiración principales son la tragedia griega y el ethos heroico. La novela es una Teogonía, una lucha entre dioses por el poder para gobernar la realidad. Es el Orden implantado por Zeus versus Caos y toda su descendencia. Los personajes quieren imponer su idea de cómo debe ser nuestra existencia para que el mundo se mueva y atienda a sus leyes, para que funcione según sus creencias. Pero no cuentan con la intervención de Andrea.
- ¿QUÉ SIGNIFICADO TIENE LA VILLA, EL LUGAR DONDE SE DESARROLLA LA NOVELA?
La Villa es el lugar donde veranean los Visconti. Es un territorio de extraordinaria belleza, una población vacacional donde la aristocracia europea solía ir a recrearse pero que ahora está deshabitada. Es una forma velada de decir que la verdadera aristocracia, en sentido moral, ya no existe.
Este lugar, lleno de palazos y mansiones abandonadas, es también una especie de Olimpo, un edén mítico donde los dioses pueden actuar libremente.
Si lees atento ves que es además un espacio cerrado al mundo exterior que parece tener leyes propias, donde los actos magnificados y brutales de estos dioses, se hacen inaccesibles incluso para la policía. En ese espacio están como protegidos por un código inviolable, como si sus asuntos fueran demasiado importantes para ser juzgados por los hombres. Este hecho queda patente a medida que avanza la historia, cuando el inspector de policía se da cuenta de que no hay forma de “atraparlos”.
- ¿QUÉ REPRESENTAN LOS PERSONAJES DE LA NOVELA?
Visconti, por ejemplo, el personaje más importante después de Andrea, representa al dios Zeus. Es un aristócrata de origen alemán e italiano que jugó un papel importante en la segunda guerra mundial y es además uno de los mayores expertos del mundo en la figura del héroe.
Visconti es el padre intelectual de Andrea, es decir, Andrea ha nacido de su cabeza, de sus ideas sobre lo heroico y eso, dentro del escenario olímpico en que está ambientada la novela, significa que Andrea es la diosa Atenea.
Para ella Visconti representa lo heroico en su máximo esplendor. Pero cuando Andrea llega al Palazzo, Visconti está inmerso en una guerra familiar y lo que iba a ser un estudio teórico sobre lo heroico, se transforma en una lucha a vida o muerte.
El personaje principal es Andrea. No es un personaje fácil porque no me interesa escribir sobre personajes fáciles. La idea manida de que debemos identificarnos con el personaje me resulta aburrida y poco excitante. Creo que si leemos es para encontrar ideas que desafíen nuestra inercia, para descubrir formas de ser que nos asombren y para observar el mundo desde otra perspectiva. Encontrar un personaje como Andrea, que es un héroe de la edad de hierro, puede ser desconcertante porque vivimos en un mundo de consensos, donde la lenta pero segura implantación de los matriarcados y el daño irreparable de los feminismos extremos y lo políticamente correcto han convertido el planeta en un patio de recreo saturado de narcisismo. Es posible que mucha gente no comprenda qué representa porque es un personaje demasiado fuerte e independiente y el mundo se ha hecho muy gregario y blandito. Atravesamos una época de la historia donde millones de personas retrasmiten la frivolidad y vacuidad de sus vidas sin modestia, sin consciencia de cuán pueril y profana es la existencia que llevan. No tienen referencias porque se alimentan de inmediatez. Son existencias llenas de ruido y confusión, sin misterio ni sacralidad, sin profundidad ni reflexión. Frente al infantilismo, la incultura y la ñoñez generalizada está Andrea.
- ¿EN QUÉ SENTIDO ES ANDREA HEROICA?
Andrea es una especie de Clint Eastwood, pero con un halo de santidad, una Juana de Arco moderna. Tiene una misión que la coloca por encima de la justicia humana y en la que nadie, ni siquiera la policía, puede intervenir.
Como al jinete del Apocalipsis, le ha sido dada la potestad para matar con espada. Es un ángel vengador que actúa cuando la ley, es decir, cuando los límites de la ley impuestos por la sociedad, no sirven para defendernos contra el mal.
En realidad, nada en ella es convencional porque es un ser solitario e individualista, nada fraternal ni comunitario, y sus intereses, no son materiales sino de un misticismo extremo. Tiene además un misterioso vínculo con lo sagrado y un amor ascético por el silencio y por la soledad. Y por otro lado, y como contraste, está como digo la misión que le ha sido encomendada que es brutal y sobrecogedora, pero que no puede rechazar porque sabe que está dictada por algo más grande. Ese “algo más grande” es lo que le interesa y lo que a la vez genera conflicto en ella, porque como todo héroe tiene la necesidad de ser “causa sui”, es decir, de ser el origen de sí misma, de crearse a imagen de sus propios ideales y valores. Y saber que ha sido elegida, en cierta manera, hiere su orgullo, porque su aspiración es elegir. Diría que su ambición personal es penetrar el misterio en que vivimos y rendir cuentas solo ante Dios.
- ¿ES POSIBLE SER UN HÉROE HOY?
Claro. Los héroes existirán mientras exista el hombre. Pero la idea que se tiene hoy de los héroes no tiene mucho que ver con la heroína de mi novela. Ella pertenece como decía a una edad de hierro anterior incluso al cristianismo y su código moral es mucho más estricto que el nuestro porque está centrada en superarse, no en complacerse a sí misma o a los otros. No le interesa caer bien ni gustar. No hay nada difuso en sus valores, es decir, no está herida de relativismo. Hoy creemos, y como es nuestro tiempo pensamos que es lo correcto, que todo es relativo. Es una forma muy cómoda de vivir porque yo te entenderé a ti cuando hagas algo mal, y espero que cuando yo haga algo mal, tu también me entiendas. Y así, con cada acto indigno que comprendemos en el otro, vamos excusando y rebajando la idea del hombre. La aspiración a la perfección moral, a la perfección en general, ha quedado obsoleta, es una idea del pasado que la mayoría considera anticuada, así de bajo hemos caído. Por eso se ve cada vez más mediocridad en todos los ámbitos de la vida.
El héroe del que yo hablo tiene algo de descomunal. Como dice Fernando Savater en su magnífico ensayo La Tarea del Héroe, es un poco monstruoso, ruge como un león o resplandece como un dios, espanta o reconforta con su simple presencia, es decir, tantea los límites de su humanidad. El héroe del que yo hablo es aquel que vence a lo inhumano y que se revela como pariente de lo sobrehumano.
Ésta es la clase de héroe que me interesa.
- ¿QUÉ SENTIDO TIENE LA MÁXIMA DE HERÁCLITO ETHOS ANTHROPOS DAIMON?
La novela trata en profundidad el carácter y cómo éste define nuestra vida y nuestro destino. Para el lector profano debería explicar que es una máxima de la antigüedad y que hoy nos faltan herramientas para entenderla tal y como la entendían los antiguos griegos. Originariamente la frase se podía leer de izquierda a derecha y de derecha a izquierda porque era en esa ambigüedad donde residía el misterio del hombre trágico, del hombre en definitiva.
La frase puede significar que somos nosotros los que dirigimos nuestro destino, eligiendo qué hacer con lo que nos toca en la vida y también con las particularidades con las que hemos nacido, ya que podemos rechazarlas, aceptarlas sumisamente o tatar de modificarlas. Pero también puede significar que es el daimon, una especie de suerte o destino personal adjudicado de antemano por una fuerza divina, lo que define nuestro carácter y por tanto nuestra vida. Cada cual debe elegir y observar, cuál de los dos significados predomina en su vida. ¿Quizá solo uno, quizá los dos?
- ¿EXISTE UN DENOMINADOR COMÚN EN TUS TUS NOVELAS?
Todas mis novelas son distintas en cuanto a temas, personajes, historia e ideas, pero creo que es la relación que existe entre la violencia y lo sagrado lo que las vincula.
Si nos fijamos en los libros sagrados y en las mitologías de todas las culturas, desde la Biblia, al Corán a las mitologías griega o nórdica, allí donde están los dioses, no las religiones, que son algo distinto, hay violencia. Parece como si fuera imposible separarlos.
La violencia, como acto sagrado, es distinta de esa violencia gratuita a la que estamos acostumbrados por el cine y la TV. La violencia es sagrada cuando se convierte en la única acción posible ante una injusticia universal.
Es el acto supremo, casi una obligación, porque es el único acto que puede restablecer el equilibrio cósmico. De hecho, todos sentimos que algo sana en lo invisible cuando se consuma un acto de violencia sagrada. Y eso es porque es una retribución que, incluso sin conocer el significado último de las cosas, sospechamos ayuda a restaurar un orden divino. Aunque no lo creamos, Dios sigue habitando en nosotros.