Mínima forma, máximo contenido
Por Jorge Mur.
Con sede en Cracovia, Polonia, Marcin Ryczek practica una fotografía minimalista y simbólica. En su trabajo prevalece un uso depurado de la geometría, con líneas rectas y texturas mínimas, además de un gusto exquisito por los símbolos. Sus imágenes revelan un trasfondo sentimental y, casi meditativo, que tiene la extraña cualidad de alcanzar a una gran audiencia alrededor del mundo. Como resultado de lo anterior, sus fotografías plantean preguntas, pero Ryczek no impone ninguna interpretación, sino que nos ofrece un silencio propicio para que cada uno de nosotros podamos crear nuestra propia historia.
¿Recuerdas cómo te enamoraste de la fotografía?
Cuando era mucho más joven, me preguntaba qué podía hacer en mi vida para combinar mis dos grandes pasiones, los viajes y la fotografía.
Entonces me fascinó, durante mucho tiempo, la fotografía de retratos. Cómo el lenguaje corporal, las expresiones y los rasgos faciales, así como el brillo de los ojos de las personas fotografiadas, reflejan lo que está sucediendo en sus almas. Es un tipo de fotografía interesante, que requiere habilidades psicológicas para acercarse a una persona y extraerle la verdad. En este tipo de fotografía hay que trabajar en uno mismo, y tener mucha empatía para hacer que las personas fotografiadas confíen en quien está detrás de la cámara.
Pero los sueños se hacen realidad, y ahora viajo por el mundo tomando fotografías y preparando exposiciones. En definitiva, compartiendo con la gente lo que es importante para mí. Vivo de lo que amo y soy libre en ello. Me gano la vida con la fotografía de coleccionista, vendiendo mis obras a galerías, coleccionistas o personas que quieren tener mis fotografías en su casa. Sin embargo, este camino no es sencillo, pues he tenido que tomar decisiones importantes y difíciles, pero es un desafío para mí, y lo estoy cumpliendo.
¿Qué es importante para ti cuando tomas una fotografía?
Compararía el proceso de captura de mis fotografías con un teatro.
En la primera etapa, paso mucho tiempo caminando, observando el entorno, buscando un lugar que me interese, que será de alguna manera característico de mi estilo basado en el minimalismo, la geometría, apoyado en el principio de «forma mínima, máximo contenido». Es un proceso de búsqueda de la escenografía adecuada, la escenografía adecuada para la actuación.
Luego espero, a veces durante mucho tiempo, a que suceda una situación y eso es difícil de predecir. Es decir, esperar a una persona interesante, un grupo de personas, un pájaro, una situación sugerente que llenará el marco y agregará un significado adicional. Este proceso de esperar a los transeúntes —que son actores desconocidos para mí en el escenario elegido— tiene algo de meditación, es un acto silencioso y tranquilizador.
Creo que esa espera es la etapa más importante de mi proceso fotográfico.
¿Qué aspectos te atraen de la fotografía en blanco y negro?
Las fotografías en blanco y negro tienen un carácter nostálgico único. Con las imágenes monocromáticas puedo enfatizar mucho más el minimalismo, que es una característica inherente a mi fotografía.
Además de la importancia del contraste entre la luz y la oscuridad presente en mis fotografías, cada toma tiene su propia historia. Por ejemplo, la fotografía «A Man Feeding Swans in the Snow» («Un hombre alimentando cisnes en la nieve») es una fotografía muy real y personal. La tomé en un momento en el que me sentía equilibrado y tranquilo después de una sucesión de situaciones difíciles —aunque también positivas— que se sucedieron en mi vida. Pensé mucho en aquellas experiencias, que aparentemente fueron negativas, pero que en última instancia me llevaron a un camino positivo. Así que quise expresar lo que sentía ilustrándolo con una fotografía. Buscaba un motivo de equilibrio en Cracovia, donde vivo. Caminaba todos los días por el río Vístula y logré encontrar el lugar, donde posteriormente la situación completó la fotografía.
Esta fotografía no fue tomada para lograr el éxito o atraer los gustos de los demás. Quería tomarla para mí. Para enfatizar metafóricamente el momento de mi vida en el que me encontraba, para cerrar una determinada etapa y comenzar una nueva. Creo que esa verdad se puede sentir en esta imagen, y así, entre otras cosas, ha llegado a la sensibilidad de personas de diferentes rincones del mundo. Es sorprendente que mientras viajo por diferentes países como Taiwán o Japón, gente nueva me dice que conocen esta imagen. Y eso es algo muy bueno.
Del mismo modo, la fotografía titulada «Out of the Gray» se puede interpretar como una referencia a los refugiados, a los emigrantes que huyen de los lugares afectados por la guerra, de la pobreza, como Siria. Pero, al mismo tiempo, puede ser una imagen que refleje la ruptura de ciertas fronteras o debilidades del yo.
A veces, el brillo también puede ser un reflejo de la muerte, de la transición a un lugar desconocido. A menudo, las personas después de la muerte clínica dicen que experimentaron brillo o luz en un túnel, como en la fotografía «Transition» o «Unknown». La oscuridad y el brillo también se pueden interpretar de manera muy simple, como una lucha entre el bien y el mal, como en el caso de «Battle».
Pero, por supuesto, para mí y para quienes contemplan mis fotografías, puede significar algo completamente diferente. Y eso es lo que quiero que sean mis fotografías: una interpretación ambigua en vez de la imposición de una idea.
¿Cuándo y por qué decidiste centrar tu atención en la fotografía minimalista y simbólica? ¿Qué mensaje quieres transmitir con este tipo de imágenes?
Mi primera fotografía minimalista-simbólica fue «The United States of India», que tomé hace 11 años en la India. La imagen de un Sadhu (asceta hindú o monje que sigue el camino de la penitencia y la austeridad para obtener la iluminación y la felicidad) meditando en las escaleras rojas y blancas que conducen al Ganges —y que se parecen a la bandera de los Estados Unidos— me abrió un poco los ojos a lo que quiero hacer. Fotografía ambigua, metafórica y que remite a muchos símbolos, y simultáneamente en su forma a la geometría y al minimalismo. A esta imagen le siguieron las fotografías «Emigration – The United States of Earth» que junto con la anterior forman un tríptico.
A mi fotografía la llamo minimalista-simbólica, aunque también es cierto que se trata de un término muy limitado. Es interesante que me inviten a festivales dedicados a la fotografía callejera, de viajes, o a la fotografía artística evitando, de esta manera, que me asignen a un campo específico de la fotografía.
La combinación de ese minimalismo, simbolismo y el contenido que quiero transmitir, no de forma directa sino metafórica, es de lo que trata mi fotografía. Admito que combinar estos elementos en uno sólo no es fácil, pero me gustan los desafíos. Al mismo tiempo, es algo más que fotografía: es una forma de percibir el mundo, el silencio.
Muy a menudo utilizo en mis fotografías características simbólicas que hacen referencia a la cultura con la que me voy familiarizando durante mis viajes. Es decir, en mis fotografías intento reflejar un simbolismo universal y también cierta ambigüedad.
Por otro lado, el minimalismo y la transparencia de la fotografía armonizan con el mensaje y el contenido de una fotografía determinada. En resumen, si tuviera que describir la mayor parte de mis fotografías, usaría la palabra armonía.
Tu fotografía titulada “A Man Feeding Swans in the Snow” (“Un hombre alimentando cisnes en la nieve”) se publicó en periódicos y medios digitales de todo el mundo. Además, a finales de 2013, The Huffington Post la seleccionó como una de las cinco fotografías de bellas artes más llamativas de aquel año. Háblanos, un poco más, del proceso de creación de esta fotografía, y de si te sorprendió el impacto que tuvo en todo el mundo.
Como ya he comentado anteriormente, esta fotografía es muy personal y no la tomé pensando en el éxito o el reconocimiento que podría alcanzar con ella. Quería tomarla para mí. Para enfatizar metafóricamente el momento de mi vida en el que me encontraba, para cerrar una determinada etapa y comenzar una nueva.
En lo que respecta a la toma de la fotografía, cuando me percaté de la situación, de esa persona alimentando a los cisnes, tomé cuatro fotografías. No sé quién está en la imagen, si es una mujer o un hombre, así que decidí ponerle un nombre universal, un hombre, en el título. La imagen que elegí se diferencia de las otras 3 porque uno de los cisnes tiene las alas abiertas y se prepara para volar. Cuando la vi supe que era bueno y que reflejaba plenamente lo que quería expresar. Me decidí por este marco y creo que es único, así que prefiero dejar que los otros marcos sigan siendo un secreto.
Es una fotografía que desde el comienzo, desde que la publiqué en Internet, despertó un gran interés. De hecho, millones de personas en todo el mundo la vieron en un solo día. Fue y es algo increíble, raro en el mundo de la fotografía. Comenzó con Colossal, Reddit, The Huffington Post, luego The Guardian, Der Spiegel, National Geographic… He ganado varios premios gracias a ella. También ha aparecido en la portada del libro 100 Great Street Photographs, de David Gibson.
Estoy muy feliz de que esta fotografía haya llegado a una audiencia tan amplia, una fotografía que es muy personal e importante para mí. En todo caso, en el momento de mayor interés por la fotografía, traté de mantener una cierta distancia, de seguir el «camino del medio» como dicen los budistas, es decir, no caer en una euforia y admiración excesivas. Esa actitud me ayudó mucho a crear más fotografías.
¿Hasta qué punto crees que es importante el entorno, es decir, los paisajes naturales o las ciudades, a la hora de practicar la fotografía?
Creo que se pueden hacer fotografías en cualquier lugar. Mi fotografía más reconocible la tomé a 200 metros de mi apartamento. Independientemente de los viajes, conocer nuevos lugares es siempre muy inspirador. Todo parece bastante nuevo para nosotros y observamos la zona con mayor interés.
En mi fotografía lo más importante es la mente y el corazón. Procuro tener la mente libre. También es importante tener un corazón abierto hacia las personas y situaciones que estoy esperando. Creo que esa es la esencia para crear este tipo de fotografías que transmiten calma y tranquilidad.
¿Cuáles son tus principales fuentes de inspiración?
Me inspira el ser humano. Su complejidad, sus opciones, la superación de barreras.
Por otro lado, la espiritualidad me fascina en extremo. Creo que, en un mundo aparentemente ordinario, suceden muchos pequeños milagros, pero tienes que detenerte y vivir más pacíficamente y en armonía contigo mismo para notarlos. La fotografía me ayuda a ver la belleza del mundo.
En fotografía también me refiero a la psicología, a conocerse a uno mismo. Perseguir los sueños de uno, luchar contra las barreras que tenemos dentro de nosotros mismos. Tratar de dar una mirada metafórica a estos temas es un desafío para mí. La fotografía también es una especie de meditación, ya que suelo tener que esperar unas horas para conseguir una situación determinada en un lugar concreto. Creo que me inspira la belleza, que se oculta en lugares y situaciones aparentemente normales.
¿Cuáles son, en tu opinión, los atributos que debe poseer un buen fotógrafo?
La fotografía es un campo muy amplio. Precisión, tranquilidad, sensibilidad, talento… esas son algunas de las características del buen fotógrafo. En todo caso, lo más importante es lo que quieres transmitir con tu imagen, cuánta verdad y sensibilidad hay en lo que haces.
Creo que es muy importante buscar la verdad sobre nosotros y el mundo en lo que hacemos. Tenemos que creer en lo que creamos porque si nosotros no creemos en ello, no podemos esperar que otros lo hagan.
No sé hasta qué punto el talento determina el valor de la fotografía, que lo hace, pero también es cierto que la sensibilidad es importante en el arte. Tenemos que focalizar el esfuerzo en lo que es importante para nosotros y no tratar de satisfacer a todos, porque es imposible.
Además de la fotografía, ¿qué otras actividades te interesan?
Todo lo asociado al arte. Estoy tratando de no encerrarme en un área. De hecho, en mis exposiciones empiezo a ir más allá de la fotografía, por ejemplo creando instalaciones.
Recientemente, al organizar una exposición en la Old Mine (Stara Kopalnia) en Polonia, despertó gran interés la fotografía «Hiroshima – Phoenix Rising from the Ashes» («Hiroshima – Fénix resucitando de las cenizas»), para la que se había creado una maravillosa instalación compuesta por 1000 grullas de origami. Más de 500 niños y personas mayores hicieron 1000 grullas durante los talleres.
La instalación y la fotografía se refieren simbólicamente a la historia de una niña llamada Sadako que sobrevivió al bombardeo de Hiroshima, pero que enfermó gravemente como consecuencia de la radiación. Sadako comenzó a hacer grullas, con el objetivo de alcanzar las 1000, en relación a una leyenda japonesa que ella creía que la curaría. Desafortunadamente, hizo 644 grullas y murió, pero el resto de las grullas fueron realizadas por niños de su clase y Sadako fue enterrada con 1000 grullas de origami. Sadako y las grullas se han convertido en un símbolo de la paz mundial en Japón. Ahora los niños dejan miles de grullas en el monumento a Sadako, en Hiroshima. Es decir, su recuerdo permanece vivo. Así que a través de la fotografía y de la instalación, quise presentar a los niños polacos la historia de Sadako.
Además, la música y el cine influyen mucho en mi sensibilidad. Y, obviamente, los viajes, que son parte integral de mi vida.
Acabamos con unas preguntas cortas:
– Una película para ver una y otra vez.
La mayoría de las películas de Krzysztof Kieslowski y David Lynch. Su simbolismo, ambigüedad, metafísica, cierto misterio, eso es lo que más me conmueve.
– Un lugar donde nadie te molesta.
Depende del estado de ánimo. Si tengo la mente libre, me siento muy bien en una calle concurrida, por ejemplo en Delhi, buscando tomas minimalistas y armónicas.
– Un lugar que te gustaría fotografiar.
No hay un lugar concreto. En cualquier parte del mundo trato de encontrar algo especial. Pero me siento muy bien en Asia (India, Japón, Taiwán…), ya que la cultura de allí es muy inspiradora para mí.
– ¿Qué fue lo último que viste que realmente te inspiró a crear?
Tengo algunos lugares en Cracovia. Sin embargo, aunque he ido allí varias veces y he esperado, no he logrado la situación adecuada. Pero algún día sucederá.
Para saber más sobre Marcin Ryczek: