Una vida para el arte

Por Julia María Carvajal

Carmelo Bilbao Unanue nació un dieciséis de Julio de 1928 en Deusto (Bilbao), tres años después de que Deusto dejara de ser una anteiglesia, (pueblo o distrito municipal que tiene su origen en las comunidades que se organizaban alrededor de una iglesia y tenían como órgano de gobierno la asamblea de todos los vecinos celebrada en el pórtico o atrio de la iglesia parroquial ), y pasara a formar parte de Bilbao en su proceso de expansión. Antes y después de su anexión a la capital vasca, fue un lugar emblemático y representativo de la cultura, una de las instituciones de mayor prestigio, como es la Universidad de Deusto fue fundada en 1886 por la Compañía de Jesús en este enclave.

En 1936 al estallar la guerra civil, huyendo de los bombardeos que sufre Bilbao , como otros niños de la guerra, busca refugio en Francia. Desembarca en el puerto de La Rochelle y desde allí se traslada a Laval. En 1942 se instala por algún tiempo en París, a donde llega en compañía de su amigo Juan Mari Aresti, hermano del poeta y escritor Gabriel Aresti. Carmelo se procura una formación muy superior a la de los jóvenes de su generación y admirable por las circunstancias bélicas de aquellos años, estudia y llega a dominar varios idiomas, inglés, alemán, francés, e italiano, lo que le permite combinar su
actividad en la pintura con la docencia como profesor de idiomas y le facilita viajes con estancias en más de veinte países de Europa y América. En 1951 viaja a Canadá y fija su residencia en Toronto (Ontario), donde permanece durante diez años. A los cinco años de residencia le conceden la nacionalidad de este país.

En 1952 se desplaza frecuentemente a EEUU y recibe el primer premio de Pintura “Sault St. Marie Collegiate-Institute” de Ontario, es entonces cuando inicia su andadura profesional en la pintura. En 1954 obtiene el primer premio de Pintura “Confederation Life Association of Canadá”. En 1957 pasa a ser miembro del “The Artists’ Guild”, de Toronto y la organización Mundial de las Naciones Unidas adquiere varias de sus obras. En 1958 viaja a México donde reside durante aproximadamente seis meses, en San Miguel de Allende, Estado de Guanajuato, y regresa a Canadá. Un año después viaja a Florala, Alabama, (Estados Unidos) donde permanecerá otros seis meses invitado por Mr. Eweil Clark un gran coleccionista de obras de arte. En 1962 regresa a Europa, comienza a desarrollar su particular estilo cubista, recorre Alemania, Francia, Suiza, Austria, Italia e Inglaterra para volver un año más tarde a Bilbao, ese mismo año viaja a Noruega, donde se establece durante seis meses en Sandefjord, al sur de Oslo. En 1964 recorre Escandinavia y realiza una exposición en el Park Hotel de Sandefjord. Se instala en Alemania, en la ciudad de Friburgo, en la cual reside durante tres años. En 1968 forma parte del Grupo Südbadische Bildende Künstle (Asociación de Artistas Pintores), el Gobierno Alemán, a través de su Departamento de Arte y Cultura (Ober-Regierungs Presidium Friburg), adquiere nueve de sus obras. Realiza además varias exposiciones en Sixty One Gallery, Tempra Fine Arts Gallery de Londres. A finales de 1968, regresa a España y fija su residencia en Barrika (Bizkaia).

Funda su academia de Bellas Artes para impartir clases y empieza a presentar exposiciones en distintas ciudades de España, fundamentalmente en Bilbao y Madrid, aunque sigue mostrando sus obras en otros países como Paris, en Quatre Saisons Gallerie. Su obra está representada en varios Museos europeos, en Estados Unidos, Canadá, Venezuela, Australia, y Japón, sus cuadros forman parte de colecciones públicas y privadas. Desarrolla sus trabajos en distintas técnicas, gouache, acuarela, pastel, aunque es con el óleo con lo que consigue mayor expresividad. Excelente dibujante, manifiesta su destreza al integrar trazos y figuras complementados con los colores, influenciado por Picasso y Juan Gris, con incursiones en el surrealismo, crea su propio estilo, un cubismo más realista y personal, sus obras de elegante factura, cualidad asimismo de su personalidad, componen un sugerente universo pictórico enriquecido por su exquisita sensibilidad, apasionado por la literatura, a la que se habría dedicado si no lo hubiera hecho a la pintura, amante de la música que le acompaña en su proceso creativo, uno de sus cantautores preferidos, Benito Lertxundi, eligió un cuadro de Bilbao Unanue (barcos en la ría) para ilustrar la caratula de uno de sus discos, conversador brillante, inteligente, eterno profesor y alumno, como todos los grandes personajes de la historia de la cultura siempre dispuesto a enseñar y a aprender. Además de formas geométricas dotadas de un gran lirismo, los temas de su pintura son bodegones, paisajes, el mar, la ría de Bilbao, y unas singulares monjas con rostros sin facciones y tocas que se elevan hacia el cielo como alas de paloma.

Entre los años setenta y ochenta “La gran enciclopedia vasca” le dedica tres fascículos,  “Maestros del Arte español contemporáneo” uno de sus tomos, Ana Mª Guasch, catedrática de Historia del Arte en la Universidad de Barcelona, le considera un referente en la pintura del siglo veinte, lo que queda reflejado en su libro “Arte e ideología en el País Vasco 1940-1980”.  En los años noventa el segundo volumen de “Arte y Artistas Vascos”, le incluye como uno de los artistas más relevantes en la historia de la pintura vasca.

Carmelo Bilbao Unanue falleció en Septiembre de 2005, su obra es más conocida fuera de su propia tierra por el hecho de haber vivido mucho tiempo lejos de ella, sin embargo en 2016 su ciudad, Bilbao, le rindió un homenaje con una magna exposición antológica compuesta por más de cien obras, que se exhibieron en la Sala Ondare de la Diputación Foral de Bizkaia, los cuadros fueron cedidos por instituciones y coleccionistas particulares para esa ocasión, llegando de muchos puntos del mundo. En  la inauguración de la muestra, se presentó el libro “Carmelo Bilbao Unanue, vida y obra”. Este año 2020, coincidiendo con el decimoquinto aniversario de su fallecimiento estaba prevista otra exposición conmemorativa en un Museo, que debido a la situación sanitaria surgida a consecuencia del Covid 19 ha sido aplazada.

Carmelo Bilbao Unanue dedicó su vida al Arte, recordando las palabras de Van Gogh, “Sueño la pintura y luego pinto mi sueño”, pienso que sin duda Bilbao Unanue también soñaba sus obras antes de realizarlas, su legado nos permitirá ahora y para siempre soñar, a todos los que contemplemos su pintura.

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