Vuelve renovada «Ternura Negra», de Denise Despeyroux
Por Ana Riera
Denise Despeyroux, autora y directora de la obra Ternura Negra, presentaba así, hace cinco años, su nueva pieza teatral: Soñaba que lloraba dormida mientras preguntaba: ¿Qué puedo hacer para sacar este dolor de adentro?” Una voz a mi lado me susurraba: “Escribe”. Entonces yo me quejaba: “Pero si ya escribo y el dolor no sale”. Y esa voz de alguien que no veía, porque en mi sueño yo todavía dormía, me contestaba: “Eso es porque te falta el título de lo que tienes que escribir”. ”¿Y cuál es el título?”, preguntaba yo, todavía llorando. Y la voz dijo: “Ternura Negra”.
Según Despeyroux, era una madrugada de invierno y se encontraba en la campiña inglesa, no muy lejos del castillo de Tutbury, donde estuvo encerrada muchos años María Estuardo. Pensando precisamente en ella corrió a escribir el título susurrado. ¿Se conjuraron realmente los hados para que produjera esta pieza? Sea como fuere, lo importante es que la autora creó una bella historia.
Eso ocurrió en 2015, pero parece que Despeyroux continua de algún modo atrapada en ese sueño y en ese título enigmático. Por eso lleva de nuevo Ternura Negra a los escenarios un lustro después.
Se trata de una nueva versión que, a pesar de conservar muchos de los elementos del montaje anterior, presenta también algunas novedades importantes. La primera, que en esta ocasión es la propia Denise Despeyroux la que se sube a las tablas para encarnar el personaje de Paloma. La segunda, que las filmaciones protagonizadas por Fernando Cayo fueron grabadas in situ junto al castillo de Turégano por el equipo técnico encabezado por Jorge Sánchez-Cabezudo, como si se tratara del castillo de Tutbury.
Fernando Cayo interpreta a Andreas, un autor y director de escena que está literalmente obsesionado con la figura de María Estuardo. Por eso decide instalarse en una tienda de campaña junto al castillo de Tutbury, donde la joven reina pasó buena parte de su cautiverio, desafiando el frío que le cala hasta los huesos, con una única esperanza: poder comunicarse de algún modo con ella.
Piensa que solo así, escuchando lo que ella tenga que contarle, podrá ser fiel a la verdad en el montaje teatral que está preparando. Un montaje que ensayan, a muchos kilómetros de distancia de donde él se encuentra, una actriz, Paloma, a la que conoce desde hace más de tres lustros y que va a ponerse en la piel de María Estuardo, y un actor, Hugo, que desde el primer instante le pareció perfecto para encarnar a la reina Isabel de Inglaterra.
Ambos actores, que acaban de conocerse, ensayan en una buhardilla algo destartalada, con goteras y manchas de humedad, mientras se comunican con el director a través de Skype. La trama se complica cuando el director, un entrañable y fantástico Fernando Cayo al que solo veremos a través de la pantalla, decide ir un paso más allá en su obsesión y se empeña en pasar la noche en una sala del castillo que ha sido clausurada por la enorme actividad paranormal que se ha detectado en ella.
Por su parte, Paloma y Hugo, que no han empezado con demasiado buen pie, van desarrollando poco a poco una complicidad que acabará transformándose en amistad.
Como ya hemos apuntado, es la propia Denise Despeyroux la que en esta ocasión encarna a la actriz. A pesar de no abandonar ni un segundo la escena, de hecho ya se encuentra en ella mientras el público se acomoda en sus butacas, da todo un recital interpretativo, sobre todo en los pasajes en los que encarna a María Estuardo.
Joan Carles Suau repite, ya que también estuvo en el primer montaje. Es Hugo, un niño índigo, es decir, un ser situado en un plano superior al resto de los mortales, que acepta encantado el reto de interpretar a la Reina de Inglaterra, la “reina virgen”, la que fuera la principal pesadilla de María Estuardo. Este versátil actor, que es capaz de hacer reír y de emocionar con la misma aparente facilidad, borda ambos personajes.
El hecho de que el personaje de Andreas aparezca siempre atrapado en una pantalla obliga a realizar un trabajo de gran virtuosismo técnico, ya que los actores de carne hueso tienen que colocar sus frases en el momento preciso para que el diálogo suene natural y real, un trabajo que han llevado a cabo con mucho mimo un extenso equipo dirigido por Jorge Sánchez-Cabezudo, Daniel Sosa y la propia Denise Despeyroux.
Tanto la iluminación, que corre a cargo de Pedro Yagüe y Enrique Chueca Peña, como el sonido, de Pablo Despeyroux, están al servicio de la trama, potenciando acertadamente la atmósfera de misterio e intriga psicológica.
También la escenografía resalta estos aspectos. Es simple y austera, apenas un perchero con los trajes que se pone Paloma a lo largo de la obra, un baúl donde se esconde parte del atrezo, una mesita, dos cubos bajo las goteras y varios libros apilados en el suelo. Sin embargo, el techo muestra un elemento que escapa a esta sobriedad y aporta el toque de misterio y magia: una fiel reproducción de una constelación que ha pintado la dueña de la casa y por la que ésta siente una especial atracción.
El resultado de todo ese trabajo, tanto técnico como interpretativo, es una bella trama de terror romántico en la que el pasado y el presente se confunden creando un interesante y original juego donde lo conocido y lo inesperado, las obsesiones y los secretos, los sueños y la realidad van construyendo dos historias paralelas que en realidad son, o podrían ser, una sola.
Escrita y dirigida por Denise Despeyroux
Paloma Denise Despeyroux
Andreas Fernando Cayo
Hugo Joan Carles Suau
Diseño de escenografía: Eduardo Moreno
Diseño de iluminación: Pedro Yagüe y Enrique Chueca Peña
Diseño de vestuario: Lupe Valero
Música y diseño de sonido: Pablo Despeyroux
Producción ejecutiva: Carles Roca y Ana Guarnizo
Ayudante de dirección: Máximo Huerta
Ayudante de producción: Andrea Quevedo
Realización audiovisual:
Dirección: Jorge Sánchez-Cabezudo, Denise Despeyroux
Auxiliar de dirección: Alejo Serra
Dirección de fotografía, cámara y edición: Daniel Sosa
Sonido: David de los Ríos
Producción: Carne viva
Auxiliares de producción: Goyo Díaz Cifuentes, Beatriz Jaén
Diseño gráfico: Joan Carles Suau
Cartel: Sergio Parra
Prensa: María Díaz
Producción: Carne Viva y Vania Produccions
Buenos días, este mensaje es para Ana Riera. Ante todo muchísimas gracias por tan hermosa reseña.
Solo quiero puntualizar que las filmaciones del castillo de Tutbury son precisamente lo único que se ha conservado intacto del montaje anterior. Lo nuevo es todo lo demás: escenografía, diseño de luces, música, la actriz protagonista e incluso aunque siga el actor Joan Carles Suau hemos dado un matiz distinto a su personaje. Las filmaciones, en cambio corresponden al montaje de 2015 y como se hicieron en otra coproducción agradecería que se corrija el dato de que son de ahora, nuevas. ¡Muchísimas gracias!!!!