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Teatro Documento con el «Shock» mundial del asesinato de Allende

Por Horacio Otheguy Riveira

El bombardeo de la casa de gobierno con Salvador Allende dentro, resistiendo, ha sido pergeñado durante tres años desde el despacho de Richard Nixon. Un crimen de estado que escribe la historia de Hispanoamérica y de Europa, del mundo entero hasta la actualidad, clamando al cielo en vano porque se llena de aviones que se convierten en drones, en aves de rapiña que se transforman en helicópteros desde donde se arrojan presos políticos sin juicio ni expediente alguno. En el contexto de un espléndido espectáculo habitado por numerosos personajes, un gran teatro testimonial.

 

 

Gran teatro testimonial con personajes de la realidad histórica. Terrorismo de Estado al servicio del imperialismo estadounidense desde 1976 con nombre y apellido: el economista Milton Friedman, Premio Nobel de Economía, precursor de lo que hoy conocemos como capitalismo salvaje en el transatlántico de la globalización, portavoz de un empeño que comenzó en la guerra fría. Sobre esta base se ha realizado un montaje escénico que apasiona, desasosiega, nos arroja contra las cuerdas y nos eleva a la siempre gloriosa posibilidad de que el imperio acabe de rodillas, al fin sojuzgado por la inmensa mayoría.

Varios autores elaboraron obras breves, situaciones, Alberto Boronat y Andrés Lima se ocuparon de la dramaturgia que une todas las voces en una muy sólida pieza teatral única, y el propio Andrés Lima dirige la totalidad, creando un espectáculo donde la minuciosa documentación jamás cae en el panfleto, pues la imaginación escénica se sirve en condiciones óptimas con un equipo artístico y técnico sobresaliente al servicio de un gran elenco a cargo de muchos personajes.

En casi tres horas —que pasan volando como la coca-cola del cartel— las villanías más sórdidas no se presentan en intrigas palaciegas de un clásico, nacen en la vida cotidiana de los productores de un enorme negocio mundial que nació en Chile para derrocar a un gobierno socialista que confiaba en la energía de sus votantes, al margen de las potencias comunistas.

Asesinar a Salvador Allende en 1973 significó imponer más de una década de secuestros, torturas, corrupciones y asesinatos en lo que se llamó Operación Cóndor: un sistema para erradicar cualquier posible oposición progresista en todo el cono sur: ¡ningún país sin un dictador militar!, eso sí, bajo la égida de un secretario de estado como Henry Kissinger, hoy absolutamente desenmascarado desde que Clinton pidió disculpas y aireó algunos expedientes de la CIA. Sin embargo, el Shock económico que recorta servicios sociales, que impone el sálvese quien pueda, en contra de toda participación estatal, y a favor del incremento de beneficios, ya alcanza al mundo entero, y donde no hay dictadores hay seudodemocracias que destruyen todo atisbo de progreso social (léase Trump o Bolsonaro en Brasil).

 

Bailan, cantan, ríen: son los ejecutivos de un mundo que consideran alegremente musical, mientras millones de personas malviven en una miseria, año a año más profunda, económica y moral.

 

Shock. El cóndor y el puma. (Shock económico que desestabiliza cualquier conato de revolución; El cóndor, símbolo depredador por excelencia. El puma, nombre de los helicópteros desde donde se arrojaban al Río de la Plata a detenidos adormecidos levemente, después de ser torturados).

(Inspirado en La doctrina del shock, de Naomi Klein y la historia reciente)

Como resultado de la investigación teatral sobre un hecho histórico, el del golpe de estado del General Pinochet sobre el Gobierno de Salvador Allende, nace Shock (El Cóndor y el Puma). Un teatro-documental donde se representa la historia, pero para conocerla desde la emoción.

Representar nuestra historia es la voluntad de conocernos a nosotros mismos. Nuestra sociedad de hoy es el resultado de lo que construimos o destruimos ayer. El capitalismo imperante de hoy se fragua durante mucho tiempo pero tiene un impulso fundamental tras el final de la segunda guerra mundial, en parte gracias, o a pesar, de la Doctrina del Shock. Y el golpe de Chile es su primer experimento.

El desasosiego de los datos incorpora un fantástico panorama teatral con vídeos, música elocuente, y un escenario giratorio en el entorno de un espacio circular. Allí se despliega la gran capacidad de sus seis intérpretes para ocuparse de una buena cantidad de personajes, anónimos y reales, con los que generan emociones perdurables en un contexto de riquísima creatividad.

Son muchos los elementos en juego, los textos elaborados y la mano maestra de Andrés Lima consigue fundirlo todo en un único bloque como si se tratara de una obra de ficción. La farsa coincide con el realismo, y lo surrealista de las vivencias perfectamente documentadas se alía con el desparpajo del teatro del absurdo, surgido de la propia naturaleza de intrigas siniestras nutridas de un horror inclasificable: «1970-1980: 50 mil muertes, 30 mil desaparecidos, 400 mil encarcelados». Y hoy, un nuevo Shock que ya no necesita de intervenciones militares, sino que se basa en imponer malestar social y crisis económicas para después derribar gobiernos incómodos, bajo una corrupción de alcance ilimitado.

Pero este Shock está en el teatro como vehículo ideológico que no pierde de vista la necesidad lúdica con que expresar una catástrofe mundial poco y nada difundida en la escena española. Mérito grande que el Centro Dramático Nacional salde su deuda con Hispanoamérica, subcontinente dañado por medios de comunicación afines a la poderosa clase dirigente.

 

Natalia Hernández, Ramón Barea, como el matrimonio Pinochet retenido en Londres. Paco Ochoa es el traductor porque  le visita Margaret Thatcher (sensacional María Morales). Aquello fue un triunfo para todos ellos, y para el mundo un hazmerreír dramático, que es lo que sabiamente se explota en esta escena.

 

En pantallas, Milton Friedman y su «genial» parábola del lápiz como modelo del bienestar que genera la globalización capitalista. De pie, Juan Vinuesa enmascarado de Friedman, mima su discurso; sentado, Ramón Barea es el presidente Salvador Allende, condenado por la Administración USA tres años antes del golpe de estado, en cuanto ganó las elecciones.

 

«Los Chicago Boys», impulsores de la política económica que primó en la era Pinochet, brutal macroeconomía aplaudida por el FMI. Una escena veraz, interpretada con brillante sentido del humor.

 

Ernesto Alterio es el general Jorge Rafael Videla en su esplendor del golpe de estado. Habla al pueblo como a una tropa, gritando y bajando la voz con la seguridad de alguien que no imaginaba morir con 87 años en la cárcel. (Un dato que no se menciona en la función, pero que sobrevuela como un fugaz aliento de esperanza).

 

Ernesto Alterio (izq. con peluca) se quita el uniforme de Videla y se convierte en un jugador de éxito. Le acompaña Juan Vinuesa. Una de las escenas más divertidas y a la vez escalofriantes, ya que escenifica la inauguración del Mundial 78 y los goles de Argentina con un gran estadio festejando el fútbol y vitoreando al presidente, el dictador Videla, mientras en el país se secuestraba, asesinaba, torturaba…

 

Talentos individuales que conforman un espectáculo coral de gran intensidad física y emocional: Juan Vinuesa, Natalia Hernández, Ramón Barea, Ernesto Alterio, María Morales, Paco Ochoa.

 

Texto: Albert Boronat, Andrés Lima, Juan Cavestany y Juan Mayorga

Dramaturgia: Albert Boronat y Andrés Lima

Dirección: Andrés Lima

Ayudante de dirección: Laura Ortega

Escenografía, vestuario e ilustraciones de video: Beatriz San Juan

Iluminación: Pedro Yagüe

Videocreación: Miguel Ángel Raió

Fotografías: marcosGpunto

Diseño de cartel: Javier Jaén

Producción: Centro Dramático Nacional en colaboración con Check-in Producciones

Se estrenó en el Teatro Valle Inclán. Centro Dramático Nacional. Del 25 de abril al 9 de junio 2019

GIRA 2020

Valladolid, Lava, 2 y 3 de octubre⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
Pamplona, Teatro Gayarre, 12 de octubre
Alcobendas, Auditorio Teatro Ciudad de Alcobendas, 16 de octubre
Vitoria, Teatro Principal, 22 de octubre
Logroño, Teatro Bretón, 24 de octubre
Cádiz, Teatro Falla, 28 de octubre
A Coruña, Teatro Rosalía de Castro, 6 y 7 de noviembre
Sevilla, Teatro Central, 13 y 14 de noviembre
Málaga, Teatro Soho, 20, 2 de noviembre
Murcia, Teatro Circo, 28 de noviembre

4 thoughts on “Teatro Documento con el «Shock» mundial del asesinato de Allende

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