Teatro en el cine: «Equus», adolescencia, sexo y represión
Por Horacio Otheguy Riveira
Los equinos, individualmente o en conjunto, han dado una poderosa imagen de libertad, belleza, comunión con los seres humanos —a pesar de su indudable esclavitud una vez domados—, y en todo caso, siempre han representado una viva imagen de inconfundible poderío.
He aquí unos párrafos de un poema de Carmen Conde (1907-1996), por cierto muy volcada en la plenitud provocada por estos animales (Galoparon, galoparon…):
Llevaban las crines sueltas:
cabelleras de muchachas
que unas túnicas vestían
como los caballos, blancas.iQué galopar tan certero,
qué crines sueltas al viento
en un correr tan ligero!
De este caudal de fascinante emancipación supo mucho la literatura y el cine, pero nada el teatro. Es con Equus (Caballo en latín) cuando actores con máscaras muy elaboradas representan al “noble bruto” en un escenario por vez primera. Al trasladarse al cine, no hay hombres-caballos, sino animales auténticos, de manera que su acogedora belleza resulta mucho más rotunda, así como el mensaje esencial al exponer la tragedia de un joven que, en medio de una agónica experiencia familiar, descubre la fantástica sensación de placer físico y libertad espiritual en una caballeriza.
Los blancos caballos son personajes importantes en la película y nos contagian el angustioso proceso por el que un ser igualmente hermoso se convierte en un ser cruel por miedo a perderse en la propia dimensión del ser libre.
Prolífico dramaturgo y guionista, el inglés Peter Shaffer murió a los 90 años en 2016. Dejó obras inolvidables que han recorrido mundo, varias de las cuales fueron representadas en España, y obtuvo éxitos importantes al trasladar algunos títulos al cine, como sus piezas históricas: Amadeus en torno a Mozart, y La real cacería del sol, sobre el encuentro entre Pizarro y el emperador Inca Atahualpa, conquista del Perú en 1530.
Pero una función muy distinta, con un severo intimismo en la unión de melodrama con teatro psicológico es la que mayor impacto produjo, convirtiéndola en su obra más representada: Equus, una visión crítica sobre la sociedad represiva y las pulsiones sexuales de la juventud, a través de un fenómeno propio de los años 70 del siglo XX: la divulgación de la dinámica y los conceptos psicoanalíticos.
Año 1977. País. Estados Unidos. Director Sidney Lumet
Reparto Richard Burton, Peter Firth, Colin Blakely, Joan Plowright, Eileen Atkins, Kate Reid
Escrita y estrenada en 1973 en el Old Vic de Londres, tuvo en Madrid la primera representación mundial en castellano en 1975. La segunda, un año después en Buenos Aires.
Debutante Juan Ribó y muy consagrado José Luis López Vázquez, como el criminal y su psiquiatra, y María José Goyanes, ya primera figura (foto), como la amiga del chico, dejaron boquiabiertos a un público nada acostumbrado a lo que sucedía en escena, y menos aún a los desnudos, prohibidísimos durante cuarenta años en el cerrado círculo nacional-católico español.
Se levanta el telón en octubre del 75, un mes antes de la muerte del dictador con la censura dando sus últimos coletazos. Entre el público, diversas reacciones, con visible entusiasmo por los amantes del teatro que al fin asistían a una representación contemporánea de vibrante actualidad. Eso sí, María José Goyanes era insultada por teléfono y a través de cartas anónimas por su desnudo integral.
En Buenos Aires, plaza más acostumbrada a este tipo de teatro, la obra impactó por contar con una pareja singular: el veterano galán, con gran popularidad en cine y teatro, Duilio Marzio como el psiquiatra, y la presentación de Miguel Ángel Solá, perteneciente a una destacada familia de gente de teatro, actuación que le significó un despegue muy notable en su ya larga carrera.
Provocadora en todas partes, la obra en España impactaba mucho más por falta de tradición y por una puesta en escena espectacular de Manuel Collado y el escenógrafo Toni Cortés que ideó una ambientación muy original. La película, fiel al texto original, transcurre en un hospital psiquiátrico de una provincia en el sur de Inglaterra, en donde Alan Strang, un joven de 17 años, acaba de ser internado, ya que padece una patológica fascinación sexual y religiosa por los caballos, y la cual lo llevó a quitar los ojos a cinco equinos. El psiquiatra Martin Dysart intentará, sesión tras sesión, descubrir las pulsiones de ese joven y comprender qué es lo que sucede dentro de su cabeza, después de castigar cruelmente a los cinco caballos que adoraba, en uno de los cuales había descubierto el intenso placer de una libertad desconocida.
Ante la rigurosa atención del médico, el muchacho va desgranando una historia en la que el rigor religioso de su madre y la hostil actitud de su padre ateo, van conformando el estallido de un adolescente que intenta su primera relación íntima con una chica.
En conversaciones elaboradas con mucha acción, Alan Strang confiesa sus fantasmas familiares, sacándolos de las tinieblas de sus demonios, mientras el doctor Dysart ve también comprometida su técnica de trabajo, un tanto desolado ante la revelación de semejante dolor en busca de nuevas respuestas. Hasta dar con el corazón del crimen: Alan y Jill llegan a un establo a liberar la tensión sexual que hace unas horas estaban gozando. Se quitan la ropa y cuando se disponen a tener relaciones, él se paraliza al escuchar el sonido de los caballos…
Un proceso lento, sinuoso, que en la película estuvo a cargo de Richard Burton, uno de los actores con mayor tendencia a la angustia en pocos gestos, apenas una mirada, y una voz grave de profundo alcance. De hecho, el dos veces marido de Elizabeth Taylor, intérprete de gran éxito en cine y teatro, fue un tipo torturado, alcohólico en grado extremo que murió con solo 57 años, tras un derrame cerebral. Diez años antes de su colapso hizo esta película que refleja un grado de tensión de principio a fin, basada en un hecho real ocurrido a comienzos de los años 70, y del que Shaffer se sirvió para indagar en una patología sexual que al día de hoy sigue afectando a millones de adolescentes, al margen de la específica relación con los caballos.
Los personajes
Martin Dysart: Psiquiatra de bajo relieve. Al principio está muy molesto con su paciente, pero pasará de detestarlo por lo que hizo hasta llegar a envidiarlo por vivir apasionadamente. Es un hombre gris que no se entiende con su esposa…
Alan Strang: Joven de diecisiete años que trabaja de dependiente en una tienda de electrodomésticos. Los fines de semana hace algunos trabajos en una caballeriza donde se le permitirá montar por vez primera.
Frank Strang: Padre de Alan. Empleado en una imprenta, tiene con su hijo un comportamiento hostil, antipático, represivo. La noche del suceso con los equinos, Alan lo sorprende en una situación embarazosa, en la que queda expuesta su doble moral.
Dora Strang: Madre de Alan. Sobreprotectora y profundamente religiosa. Discute con Dysart, porque quiere dejar claro delante del médico, que tanto ella como su marido han sido buenos padres y que lo que ha hecho Alan es por una tara del chaval.
Jinete: Aparece cuando Alan le cuenta al doctor Dysart su primera experiencia montando a caballo. Alan recuerda ese día como el más feliz de su vida y es cuando empieza a obsesionarse con los caballos.
Jill Mason: Jill es una chica preciosa que está interesada en Alan. Lo conoció en la tienda de electrodomésticos y gracias a ella acabó encontrando el segundo trabajo en la caballeriza. Jill y Alan, tienen un conato de sexo la noche en la que Alan deja ciego a los caballos.
____________________________________
España: dictamen de censura de la obra ‘Equus’ de Peter Shaffer
CENSURA DE LA REPRESENTACIÓN DE LA OBRA TEATRAL EN 1975
El ‘Documento del mes’ pertenece al fondo Ministerio de Información y Turismo, en concreto, a la Delegación Provincial de Madrid. Se trata de un expediente, fechado el 7 de octubre de 1975, y es la remisión del dictamen previo en materia de espectáculos de la obra Equus, de Peter Shaffer, que se representaba por primera vez en Madrid en el Teatro de la Comedia con un destacado elenco de actores, entre otros, José Luis López Vázquez, Ana Diosdado, Margot Cottens, Juan Ribó y María José Goyanes.
En este dictamen de censura se desarrollan tres apartados con las observaciones que el delegado provincial hace a la representación. La primera de ellas es que los actores se deberán ceñir al libreto aprobado por la Dirección General de Teatro y Espectáculos; la segunda señala que los decorados, vestuario, interpretación y situaciones escénicas deberán ser los mismos vistos en el ensayo general; y, la tercera, sugiere a los actores que permanezcan desnudos durante el menor tiempo posible y con la “limpieza” observada en los ensayos, así como que el personaje masculino muestre su sexo el menor tiempo posible. Esta obra supuso un auténtico punto de inflexión en la escena madrileña, pues fue la primera vez que en España se vio un desnudo integral en las tablas. Se mantuvo en cartel durante dos años.
__________________________________________ *** *** *** _______________________________________________
Daniel Radcliffe, 17 años, debutó en teatro con este personaje de su misma edad en Londres, su ciudad natal, en el año 2007. Fue un gran éxito que al año siguiente repitió en Nueva York.
Hasta hoy nadie ha superado el gran efecto de que una celebridad del cine tan joven (“el más rico de su profesión, gracias a la serie de Harry Potter”) tuviese suficiente coraje para afrontar un personaje tan difícil, con cuatro minutos de desnudo integral incluidos, todo el tiempo en el escenario, cara a cara con un público muy exigente que el día de estreno se puso en pie para ovacionarle.
__________________________________________________________________EN SEPTIEMBRE 2022, NUEVA PUESTA EN ESCENA EN ESPAÑA, DIRIGIDA POR CAROLINA ÁFRICA, UN TRABAJO SOBRESALIENTE ESTRENADO EN EL TEATRO INFANTA ISABEL CON ÁLEX VILLAZÁN y ROBERTO ÁLVAREZ en los principales papeles: