«The Ópera Locos»: cinco virtuosos en un espléndido carrusel de Yllana
Por Horacio Otheguy Riveira
Son vocalmente virtuosos, excelentes cómicos, impúdicos payasos, acróbatas de las emociones encontradas, trágicas y ridículas. Artistas completos que cuando interpretan sus escenas parecen levitar de felicidad. Lo tienen todo y si volvemos la temporada que viene con la segunda parte (imprescindible, aunque aún nadie la haya planteado), seguro que pueden con más. Junto al magnífico tenor Antoni Comas, los cuatro que le acompañan tienen cuadros suficientes para dar y tomar y entre todos dejarnos con una alegría insólita al final del espectáculo. No recuerdo haber visto tanto público que, tras las ovaciones de pie, salga a la calle con una felicidad contagiosa, niños y adultos que canturrean como lo hicieron en las butacas en cuanto se les ha pedido colaboración. Todos a una como si formaran parte de un coro de Verdi o se integraran en el brindis de La Traviata o La Donna e Mobile de Rigoletto.
En la ópera, todo drama provoca escalofríos y llorera, al mismo tiempo que una satisfacción única, una liberación de sentidos donde la penuria ajena la hacemos nuestra, y a la vez la disfrutamos a fondo porque nunca el tormento pudo ser más bello, entre armonías únicas de pujante esplendor.
Así, lo terrible se torna hermoso, y ambas emociones se agolpan ante el portal de la buena diversión; los trágicos amores, las enfermedades mortales o los terribles latigazos del destino, cuando no de los propios hombres que abusan de su poder, también son capaces de partirse de risa y payasear a gusto, de reírse de sí mismos, gracias al talento de Yllana —cinco grandes del teatro gestual— que se suman a cinco virtuosos actores-cantantes en un despliegue de aciertos incomparables. Un equipo brillantísimo donde nada falla, empezando por la dirección musical de Marc Álvarez con la gran orquesta sinfónica VERUM dirigida por Manuel Coves.
Con cálidos homenajes al cine mudo, a Candilejas de Chaplin, a Una noche en la ópera de Los Hermanos Marx, al circo y el music-hall, a los tópicos del divismo de los cantantes de ópera… entre muchos otros guiños y tributos, The Opera Locos también se permite jugar con algunas situaciones de los Teatros del Canal, donde ya Boadella se había divertido entre Wagner y Verdi (El pimiento Verdi) con dos de los eximios cantantes de la actual representación, Comas y Joly.
Mucho, variado y delicioso como en un banquete excepcional en el más suntuoso castillo del s.XIX donde pudieran reunirse Verdi, Puccini, Bizet, Leoncavallo, Offenbach… con la aparición misteriosa de un tema de Sinatra o Freddy Mercury con algún toque de Los Beatles… Fastuoso castillo con ardientes antorchas en sus miradores, surgido de la imaginación del espectador, ovacionando a cinco auténticas estrellas a través de sus pasos por una gran pista circense; circo y teatro con aroma popular del bueno, del corazón que palpita cuando la gente de a pie tarareaba «naturalmente» temas de Mozart, Traviata o La Boheme… en aquellos lejanos tiempos, cuando aún la ópera no había sido secuestrada en teatros de lujo para unos pocos.
Una locura muy bien entrenada
Todo parece tan natural como las empresas gozosamente alucinadas que vienen creando los componentes de Yllana desde hace 27 años. Lo aparentemente más espontáneo e incluso improvisado es el resultado de empeños muy duros, a menudo confundidos con sacrificios, tras el cuidado riguroso de la voz y del cuerpo para mantener viva la expresividad y flexibilidad corporal, las trasnochadas como enemigas acérrimas de la pureza de sus actuaciones… Tan maravilloso resultado escénico es el producto de muchas horas de trabajo que vienen acompañadas de muchos años de estudios, ensayos, estrenos y más estudios y ensayos y renovadas reapariciones mientras se va pergeñando un nuevo show, una actuación diferente, una reaparición seguramente más difícil todavía, embarcado el arte en la locura bien servida, donde el «estamos muy locos todos» no solo no perjudica ni trastorna sino que es vehículo idóneo de felicidad compartida.
María Rey Joly y Antoni Comas han disfrutado juntos en varios espectáculos, se les reconoce con un entendimiento muy especial, así como capaces de dominar los más variados géneros. En esta Ópera Locos deslizan a lo largo del show un amor imposible que busca su redención entre frustrados intentos musicales y sentimentales. El triunfo final va seguido de la encendida pasión del vencido cantante que se repone y al fin le dedica su Nessun Dorma de Turandot, ese Puccini del que es imposible contener las lágrimas. Y entonces sí, ella se rinde, La Joly que también tuvo y tendrá ocasión de demostrar lo mismo su vis cómica que su fascinante conversión en La Reina de la Noche de La flauta mágica, de Mozart.
Separados o juntos, son fantásticos compañeros. Con ellos, la montaña rusa de las emociones están servidas con sólo aparecer sus nombres en los carteles… Basta con eso para acomodarnos en la butaca y dejar que llegue el generoso aluvión de momentos magistrales donde cantar es sólo el comienzo… luego vienen todas las historias que suceden entre bambalinas y en la imaginación del público.
Mayca Teba tiene el don de la seducción irresistiblemente divertida, feliz en un histrionismo desmadrado, fabulosa a la hora de jugar con Mozart en dúo con María Rey Joly, sorprendente en su romance sexy, dulce, enérgico y en todo caso encantador con un espectador de la primera fila porque la bella y exótica estrella necesita «como sea» una pareja. Salvaje Carmen y dulcísima o enloquecida, entre otros personajes, Mayca entusiasma en la perfecta unión de contrarios, tan propia del arte de Yllana donde nada puede quedar en pie sin encontrar su mueca, su disloque.
Dentro de su amplio repertorio se encuentra una casa hechizada en la que puede suceder lo divino y lo infernal; ¿adónde habrá de llevarnos? La respuesta es un misterio. Puede hacer con nosotros lo que quiera, e incluso salir volando por el escenario como una trapecista principal. Algo que quizás ocurra en el próximo Yllana, más cercano que lejano, el circo en todo su esplendor, ya muy presente en numerosas puestas en escena de óperas clásicas en los más importantes teatros europeos. Aquí y ahora, la presencia de Mayca Teba aporta una belleza exótica que se opone a cualquier encasillamiento, y en cada aparición consigue deslumbrar.
Enrique Sánchez Ramos, con gran experiencia en el mundo de la ópera, y el más ducho en el ámbito del music-hall, Jesús García Gallera, componen escenas muy divertidas en las que la sexualidad de dos divos va y viene con sus apariencias disímiles y fogonazos sorprendentes.
La persecución de chico-busca-chico está llena de torpezas como en una película de caídas y tortazos en busca de un romance. Hombres femeninos, hombres viriles, y en ambos casos el burla burlando espectacular en el desfile de arias renombradas que interpretan admirablemente en muy variados registros.
El sentido del humor en este género sólo se da con indudable frescura en las llamadas óperas cómicas, pero nunca como aquí, dejando que brote la carcajada cuando se está conmocionando con historias apasionadas que brillan por todo lo alto en manos de la Orquesta Sinfónica VERUM dirigida por Manuel Coves.
The Opera Locos, otra obra maestra de Yllana que desborda imaginación y profundo amor por todo lo que parodia.
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También en CULTURAMAS:
Farsa de Boadella: El pimiento Verdi
Yllana con músicos virtuosos: PaGAGnini
Yllana y The Primitals: cocktail a capela
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FICHA ARTÍSTICA
TENOR Antonio Comas/Jesús Álvarez
SOPRANO María Rey-Joly / Irene Palazón
MEZZOSOPRANO Mayca Teba / María Maciá
CONTRATENOR Edwin Parra / Jesús Gallera / Alberto Frías
BARITONO Enrique Sánchez-Ramos / José Julián Frontal
TÉCNICO DE SONIDO Santiago Muñoz
REGIDURÍA Raul Carazo
TÉCNICO DE LUCES Enrique Toro
PRODUCCIÓN EJECUTIVA Yllana & Klemark
DISTRIBUCIÓN Yllana
PRENSA & COMUNICACIÓN María Díaz & Yllana
Idea original:
Yllana y Rami Eldar
Creado y Dirigido:
Yllana
Dirección Artística:
David Ottone y Joe O´Curneen
Dirección Musical:
Marc Alvarez y Manuel Coves
Vestuario y escenografía:
Tatiana de Sarabia
Diseño de iluminación:
Pedro Pablo Melendo
Teatros del Canal. Desde el 14 de julio hasta el 2 de agosto de 2020 en la Sala Roja
- Tras el éxito en las anteriores temporadas, es el tercer año consecutivo que se podrá ver este espectáculo en los Teatros del Canal
Ganador de un premio Max 2019 al Mejor Espectáculo Musical
Premio Estruch 2019 al Mejor Espectáculo
Nit de Les Guineuetes (Teatro Zorrilla) 2022. Premio del Público.
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