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La red Avispa (2019), de Olivier Assayas – Crítica

Por José Luis Muñoz.

El período durante el que Fidel Castro gobernó con mano de hierro en la isla por antonomasia, Cuba, podría dar a un sinfín de películas, sobre todo de índole cómica (los frustrados atentados con los que la CIA intentó acabar con su dictadura, desde amantes que debían liquidarlo una vez saciado su voracidad sexual pero se arrepintieron dado su encanto personal y sus dotes persuasivas post coitum, a champús que deberían devastar su barba, pasando por una serie de pócimas diversas que fracasaron). Sobre Cuba el genial Alfred Hitchcock rodó Topaz, una de sus películas más lamentables; Sidney Pollack perpetró un drama romántico anodino a mayor gloria de Robert Redford titulado Cuba; Julian Schnabel consiguió arrancar una de las mejores interpretaciones a Javier Bardem que encarnaba al escritor Reinaldo Arenas en Antes que anochezca; Carles Bosch nos entregó la impecable e implacable Balseros; Agustí Villaronga hizo una adaptación brillante de El rey de La Habana de Pedro Juan Gutiérrez y hasta Francis Ford Coppola viajó allí para sus padrinos.

Olivier Assayas (París, 1955), un director francés muy comprometido con la izquierda que tiene en su haber, entre otras, las películas Carlos, sobre el terrorista venezolano del mismo nombre, y Después de mayo (del 68 francés) es el encargado de dirigir este thriller de gran presupuesto sobre La red Avispa, una trama de espías que el castrismo consiguió infiltrar en las filas del anticastrismo radicado en Miami, concretamente en la organización Hermanos al rescate sufragados por el multimillonario cubano exiliado Mas Canosa, y que burló durante muchos años a la CIA. El film, que se presentó en el festival de San Sebastián del pasado año y se podrá ver en la plataforma Netflix, es un clásico thriller de espías de impecable factura que se ve como un soplo.

El astuto dirigente, castrista más que comunista, sobrevivió a todos los intentos inimaginables para desarbolar a su régimen político y a su persona, y la Red Avispa tuvo mucho que ver en la defensa de su sistema político. Los hombres de la Red se mueven con inteligencia en los ambientes anticastristas de Miami sin ser detectados por ellos y vigilados, eso sí, por el FBI que, cuando le convino, acabó con ellos: oscuras tramas e intereses turbios ya que ni Mas Canosa ni su organización contaba con excesivas simpatías en Estados Unidos. Lo más interesante de la película reside en el papel del protagonista, la esquizofrenia que vivió el héroe de la aviación cubana René González (interpretado por Edgar Ramírez, Carlos en el biopic de Oliver Assayas) en su papel de espía que le obliga a aparecer como traidor ante los suyos, incluida su esposa Olga Salanueva (Penélope Cruz), y matrimoniar por interés con la bella Ana Margarita Martínez (interpretada por la hispanocubana Ana de Armas), a la que rompe el corazón, para infiltrarse en los círculos anticastristas.

Todos los actores del film impostan bien un convincente acento cubano y sorprende bastante que Olivier Assayas haya decidido no incorporar actores de la isla al elenco interpretativo y sí al venezolano Edgar Ramírez en el papel principal, al brasileño Wagner Moura (Tropa de élite), al mexicano Gael García Bernal, a la española Penélope Cruz y al argentino Leonardo Sbaraglia en este film hablado en inglés, español y ruso (el idioma que utilizan entre ellos los espías cubanos). Y ni un cubano si exceptuamos Ana de Armas.

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