‘El hombre de la gasolinera’, cuando lo enigtmático es interesante
REDACCIÓN.
En El hombre de la gasolinera conocemos Matt Lucas, un hombre enigmático y de misterioso pasado, comienza a trabajar en una gasolinera situada en mitad del desierto de Utah. Sin embargo, la tranquilidad con la que transcurre su nueva vida se verá súbitamente interrumpida a causa de un incidente en la autopista.
Por otra parte, en Salt Lake City, Emily Macer, una joven y bella periodista sin escrúpulos, se prepara para entrevistar a los héroes del tren, tres chicos que se enfrentaron a dos peligrosos terroristas y que, gracias a su valentía, evitaron una catástrofe.
¿Qué es esta novela? ¿Un alegato ecológico? ¿Una alegoría sobre la soledad, el desarraigo y la necesidad de perdón?
La novela tiene capítulos con una longitud que ni se hace pesada ni hace que todo se acelere. Está contada en primera persona por el protagonista y en tercera cuando se hablaba de Emily y su vida, intercalando estos capítulos. Esta variedad de voces ayuda al lector a comprender la historia desde diferentes puntos de vista y ayuda a tener una visión 360 del contenido de sus páginas.
Gracias a unos personajes exquisitamente trazados, multitud de guiños cinematográficos y un sólido pulso narrativo, Francisco Sánchez Manzano se coloca en lo más alto del género noir con una novela apabullante, inesperada, arrolladora.
Este libro es enigmático cuanto menos, un análisis sobre el lado más crudo de la soledad de la mano de su protagonista, y de la dificultad apara sobrellevar la vida de alguien que tiene el corazón roto por la culpa y el destierro de sus seres queridos. El hombre de la gasolinera es puro entretenimiento. Nada más y nada menos.