Mágica evocación en dos espectáculos de Pía Tedesco
Muchos espectáculos de Pía Tedesco podríamos traer al buen recuerdo, pero me he decidido por dos especialmente significativos. Uno de 2014 y otro de 2016. Ambos homenajes a un lejano pasado de mujeres formidables (Divas al cabaret y La reina del swing) con la peculiaridad de que el talento de Tedesco ha hecho posible que el espléndido ayer llegue a nosotros con la energía de un presente victorioso.
Aquellas mujeres han venido a quedarse, gracias a la clarividencia musical de una actriz-cantante formidable, cercana, con la sencillez del cabaret y la elegante distancia del teatro con mayúsculas. Cada tema, cada letra, cada perfil de diva consagrado se nos entrega en un abrazo inolvidable.
He aquí el feliz recuerdo a través de las críticas elogiosas de entonces, y de un par de vídeos que dejan constancia de una generosa creación artística de la que esperamos nuevas funciones cargadas de misterio, drama, alegría, buen humor y a veces una pizca de tragedia para envolvernos en los extremos de existencias misteriosas, siempre fascinantes.
Trascripción de la crítica publicada en CULTURAMAS el 6 de diciembre de 2014
«Divas al cabaret» de Pía Tedesco: Noche de Resurrección
Por Horacio Otheguy Riveira
Estará el 13 de diciembre a las 22,30 en el Teatro del Barrio de Madrid con un show nuevo. Ya estuvo otras veces en otras salas y seguirá recorriendo España, y seguro que vuelve, y este cronista quisiera que tuviera su propia sala para asistir a su show, una noche y otra también…
… y descubrir a su lado las múltiples historias que entreteje con su sabiduría teatral y literaria, siempre reconvertida en canciones que van más allá de lo humano y lo divino, cantadas en la intimidad de un encuentro único, profundo, emotivo… apenas vestido con una sonriente sensualidad.
Con Pía Tedesco el cabaret renueva su original aparición de entreguerras en Europa: es delicado, profundo, exquisito, sensual, irónico, radical… en la voz y el cuerpo entero de una actriz cantante que hace honor al teatro-canción, el nuevo género que va más allá del cabaret y el musical.
Pronto este género se llamará, simplemente, Tedesco, un lugar tan placentero en el que hasta las grandes divas, las fascinantes diosas del cine —y algunas también del teatro— se entregan para ser homenajeadas, para rendirse tributo ellas mismas, por aquello de que el espectáculo debe continuar en medio de sus mayores agonías, de sus pesadillas más horrendas, e incluso de sus cadáveres.
Y estas maravillosas diosas de entonces, que ya no están entre nosotros, tienen junto a Pía Tedesco su Noche de Resurrección: mujeres de rompe y rasga, muy fuertes y muy débiles, según tocara, con estilos únicos que dieron al término de divas su razón de ser: mujeres por encima de cuanto se formulaba a su alrededor, con un modo excepcional de estar en acción entre ficciones en las que se entregaron en cuerpo y alma.
Edith Piaf, Marilyn Monroe, Marlene Dietrich, Mae West, Lotte Lenya, Rita Hayworth…
Aquí están, vienen presurosas, algunas muy altivas, otras tan necesitadas de nuestro afecto que buscan nuestra simpatía a golpe de abrazos fraternales o impactantes ensueños…
Nuestras amadas Divas llegan al cabaret de Pía Tedesco para sentirse plenas en la intimidad de una sala acogedora, ya sin la presión de sus viejos buenos y malos tiempos, como espíritus errantes que asisten al afectuoso encuentro con su arte primigenio: esa manera de estar en escena para admiración y gozos múltiples de hombres y mujeres. Y la certeza de que no se toparán con terribles imitaciones de transformistas bienintencionados. Para nada. Pia no imita, recrea y se confabula con el profundo corazón de las artistas, como compañeras de viaje, como símbolos de creatividad.
Esta Noche de Resurrección de Divas al Cabaret consiste en un show muy personal en la que una cantante-actriz desplegará sus mejores artes para amar una vez más, haciéndonos partícipes de su ceremonia, a mujeres que con su estilo y su voz convirtieron en acontecimiento universal… lo que sólo parecía destinarse a mera anécdota en páginas de espectáculos.
Sábado 13 de diciembre, Teatro del Barrio, en Lavapiés, Calle Zurita 20, a las 22,30 horas.
Pía Tedesco, voz, ukelele, acordeón.
Domingo J. Sánchez, piano.
Y el domingo 21 de diciembre, otro show y otro escenario a las 20,30 horas en el Sunday FunHouse Jazz Club, calle Palafox 8:
Sesión Cabaret y Swing Trío
Pía Tedesco: Voz & Ukelele
Joshua Díaz: Clarinete
Miguel Barón: Guitarra
Trascripción de la crítica publicada en CULTURAMAS el 6 de octubre de 2016
Pía Tedesco en magnífico homenaje a Rina Celi, «La Reina del Swing»
En la intimidad de la sala pequeña del Fernán Gómez se consigue una magnífica función porque la banda suena como una orquesta y su estrella es una gran cantante que se permite cuantos matices se le antojen, y es también una actriz que encarna un personaje de suficiente peso para rendir devoción por una reina ya olvidada. Divertida y emotiva conjunción de talentos para una noche inolvidable.
Con cinco excelentes músicos que participan activamente en el show de diversas maneras, Pía Tedesco canta sobre todo en castellano, algo en inglés y un tema en francés, dominando ambas lenguas con precisión y donaire. Entre canción y canción nos cuenta una historia que despliega la biografía de un personaje alrededor de otro, una adolescente madrileña de barrio modesto en los 40, que sueña con enamorarse y bailar y hacerse mayor y ser una cantante de éxito; aspira a triunfar como lo hacía entonces la catalana Rina Celi, la audaz intérprete de jazz y swing en los feroces tiempos del nacionalcatolicismo franquista. El vehículo que las unía era la radio, ya que fundamentalmente la Celi hizo su carrera en Barcelona con esporádicas visitas a madrid.
Un espectáculo en el que recorremos la época en que el swing crece con dificultad en los años 40, cuando «lo español» era materia obligada y todo lo extranjero estaba muy mal visto y lo poco que se escuchaba estaba restringido a emisoras menores. Por suerte no estaba tan prohibido como en la Alemania del Führer, donde se perseguía con saña «esa música salvaje con bailes propios de negros», y gracias a ello Rina Celi se marcó un golazo popular tan grande que la letra de su canción Tarde de fútbol pasó a ser la sintonía del programa «Carrusel deportivo» de la Cadena Ser.
Siempre exigente consigo misma, en una rara combinación de artista paciente e impaciente (un cocktail del que surgen maravillas), Pía Tedesco se empeña en una evolución cada vez más teatral e imaginativa. Huye de la monotonía como de una peste, y así, por ejemplo, desde 2014 hasta aquí no hemos hecho más que sorprendernos al compartir con ella noches de incomparable reencuentro con repertorios ya históricos, interpretados en versiones que permiten su renacimiento. Canciones que en su tiempo fueron portentosas expresiones de poetas, presentes en Divas al cabaret y Brecht + Weill = Cabaret.
La Reina del Swing es la historia de una cantante de jazz que nos narra su primer encuentro con este estilo, con los artistas de la época, y nos habla de su fascinación por la música y su búsqueda personal a través de ella. Es un espectáculo musical que cuenta cómo los primeros swings y foxtrots sonaron en España para felicidad de jóvenes con las hormonas revueltas, a quienes les estaba vedado tocarse en público y resultaba una odisea tocarse en privado.
La voz a ratos temblorosa de la actriz recorre el escenario semicircular; lo acaricia, le teme, y lo hace suyo. Las palabras que evocan a las familias que padecieron la posguerra española se apoyan en imágenes de la época, pero pronto renacen de tanto dolor y es entonces cuando el legado de Rina Celi se une al presente de Pía Tedesco y brotan las canciones, el ritmo, la música bailable… que nacieron para hacernos más felices, para fortalecernos en un «para siempre» que se sueña con los ojos abiertos y las manos tendidas.
Hay mucho amor en este homenaje, el espíritu de Rina acompaña con buenas ondas. Quien fuera una primera figura que se fue apagando por las difíciles circunstancias de la época para su género, se encuentra en pleno apogeo, aupada con estos instrumentos musicales y vocales que sienten a fondo la vitalidad perenne de la música: esa eternidad que no hay dictadura ni maldición que puedan abatirla.
Para que todo esto sea posible Pía Tedesco se supera a sí misma. Como responsable de textos y dirección se ocupó de investigar minuciosamente los datos históricos de la homenajeada, y de rodearse de gente muy valiosa:
La verdad es que hay que aprender todos los días, y yo procuro rodearme de gente con mucha experiencia, y si me apuras, gente que considero mejor que yo. Tiene que ser horrible relajarse y creerse el centro del universo.
Además del gran Ballesteros en la dirección musical y al piano, hay cuatro músicos entusiastas que lo dan todo, que participan con alegría en coros, y que aportan un ritmo fascinante a toda la función. El diseño de iluminación de Javier Sarrión crea atmósferas como un insondable personaje con vida propia y envuelve a la cantante que viste trajes diseñados por Tatiana de Sarabia con la imaginación que la caracteriza: sobre el rojo pasión de un vestido, durante parte del relato gasta otra prenda que encaja perfectamente con la época, aparente impermeable, traje de cocktail, y sobre todo, un muestrario de textos de la época que facilitarán varias sorpresas.
Pía Tedesco. Rina Celi. La reina del swing: «silencio en la noche, ya todo está en calma, el músculo duerme, la ambición descansa», para que al son de batería, piano, saxo, clarinete y contrabajo estalle la felicidad como una fiesta constante donde el cuerpo se siente volar. Desde su butaca, este cronista se quedó maravillado ante el movimiento de sus propios pies, canción a canción, perfectamente comunicados con la mayoría de los espectadores que también movían sus pies, y sus cabezas… La sangre que bulle como en un dibujo animado, porque con el swing ya nada es lo que era.