Repeticiones, universos y arte cuántico

Goethe escribió un ensayo titulado Intento de explicar la metamorfosis de las plantas.

Descartes escribió un ensayo sobre el arcoíris.

El arcoíris en realidad no existe, no es nada. Al menos físicamente.

John Cage compuso una pieza sin música, es decir, basada en la nada absoluta. Como un arcoíris de silencios. Durante más de tres minutos el intérprete debía permanecer en silencio, sin tocar el piano. Esa pieza debe de ser difícil. Cuesta trabajo permanecer impávido ante un piano durante tanto tiempo. Los segundos se repiten en el tiempo.

También encontramos la nada como tema central de la obra de Warhol, quien en sus repeticiones, en sus series anula la fuerza del original, traduciendo las imágenes artísticas a simples objetos de consumo. La copia en el arte es una suerte de mitosis que culmina con la degeneración del cuerpo. Todo lo que está condenado a la repetición ingresa en la entropía.

César Aira es admirador de la obra de Cage. Como él, opina que la verdadera fuerza de la obra de arte radica en el procedimiento y no en el resultado. La existencia es un procedimiento basado en repeticiones cuyo resultado final carece de importancia.

El mérito está en la idea, en la forma. No en el contenido, en el trabajo en sí. Es como buscar el sentido de la vida o la finalidad en la obra del Hacedor.

Raymond Roussel en su libro Cómo escribí algunos libros míos explica un procedimiento basado en el azar.

Quizá el azar sea el mejor sistema para encontrar la belleza. La vida es un juego de azar de cuyas combinaciones nace todo.

Horacio Oliveira, el protagonista de “Rayuela” deja que sea el azar quien organice sus encuentros con la Maga.

Es destacable, entonces, la búsqueda, el procedimiento empleado y no tanto en encuentro en sí. Como si el amor fuese una pieza de arte cuya virtud obrase en su construcción.

El entrelazamiento cuántico demuestra que dos objetos pueden estar relacionados aunque disten millones de kilómetros entre ellos.

A nivel cuántico la realidad pierde consistencia. Entonces, ¿qué nos queda? El arte, el amor. Todo lo que no puede ser estudiado en un laboratorio.

César Aira opina que Cortázar le defraudó tras una segunda lectura.

Borges opinaba que releer era más importante que leer.

Leer y releer son series de un mismo proceso que se anulan mutuamente.

Borges y Aira se parecen en muchas cosas, pero se diferencian en muchas más. Borges escribe cuentos en los que recoge novelas inventadas. Aira tiene novelas que son un cuento extendido.

El universo, como un cuento de Aira se expande. Como una “novela de Borges” se contraerá.

Y todo volverá a ser lo que siempre ha sido. Pero volverá también a nacer Heráclito para negarlo.

 

 

 

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