Planeta lanza el ebook ‘Lo bueno de tener un mal día’ contra el Covid-19
REDACCIÓN.
Anabel Gonzalez, psiquiatra y psicoterapeuta, debuta en Editorial Planeta con una Lo bueno de tener un mal día, una obra que incluye un nuevo capítulo: un manual de supervivencia emocional en los tiempos del Covid-19.
Esa es una obra llena de significado, y escrita para el gran público. En ella destaca un lenguaje ameno en el que abundan las metáforas y que hará sentir al lector arropado en el reto de entender y regular sus emociones. Ese es el objetivo fundamental de la obra, ayudarnos con la gestión de nuestras emociones y hacernos más conscientes de las decisiones que tomamos, motivadas en gran medida por nuestro mundo interno emocional. Como la autora anticipa en el prólogo: “he pasado la mayor parte de mi vida ayudando a personas con problemas, he conocido sus historias vitales y cómo han reaccionado ante ellas. Como psiquiatra siempre me ha interesado el campo de la psicoterapia del trauma, es decir, el camino por el que quienes han sufrido experiencias difíciles consiguen superar estas vivencias y llevar una vida gratificante”. Una de las claves más importantes para estar bien es cómo afrontamos los malos momentos, y qué hacemos después con las consecuencias psicológicas que nos dejan.
Lo fundamental en esta área de los afectos no es tanto lo que sentimos, sino lo que hacemos con eso que sentimos. A esto lo llamamos regulación emocional y es lo que constituye el eje central de este libro. A lo largo de los cinco capítulos en los que se divide la obra nos sumergiremos en un mundo de sensaciones, entenderemos el precio de suprimir nuestras emociones, el arte de emocionarse, o cómo desmontar los sistemas perjudiciales que utilizamos a nivel emocional, antes de aprender otros nuevos más productivos. La obra se completa con un manual de instrucciones en la que la autora nos enseña como regular de forma sana lo que sentimos.
Anabel Gonzalez afirma que muchos de los mecanismos de regulación emocional son automáticos, y ser conscientes de ellos nos permite poder empezar a hacer cambios con conciencia e intención. Para aumentar esta conciencia emocional, hemos de prestar atención a nuestras sensaciones corporales, lo que hacemos desde nuestros pensamientos, y cómo actuamos en base a ello. Este darnos cuenta no lo cambia todo, pero es un primer paso imprescindible. Si mejora nuestra comprensión de cómo funcionan las emociones podremos poner en práctica los sistemas más eficientes para regularlas.