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El álbum fotográfico de Auschwitz

JESÚS MILLÁN MUÑOZ.

Consta actualmente este álbum de fotografías en 56 páginas y 193 fotografías, se cree tomadas por Ernst Hofmann y Bernhard Walter, especialmente cuándo los trenes de judíos llegaban a Auschwitz-Birkeneau. Algunas de las fotografías tienen notas escritas, se supone por los mismos fotógrafos.

No se conoce la finalidad exacta de este álbum fotográfico, porque de alguna manera fue un documento oficial, pero no se utilizó que se sepa para propaganda. Faltan algunas fotografías, por lo cual, pudo ser más extenso. Se fotografió la entrada de judíos húngaros hacia principios de 1944 y la prisionera judía Lilly Jacob encontró el álbum en una gaveta o cajón junto a una cama, y lo conservó.

– En la traducción uno de los pies de una de las fotografías expone: “Reasentamiento de los judíos de Hungría”. ¿La cuestión, entre otras muchas, de la diversidad de genocidios que han existido a lo largo de los siglos, en mayor o menor grado, con una bandera o con otra, unas circunstancias y otras, es cómo explicarlos en general, cada uno en particular, y especialmente éste sucedido en Centroeuropa, la “zona más civilizada”, se supone de su época y tiempo del mundo?

¿Por qué, alguien, algunos individuos o algún colectivo minoritario, se le ocurrió, la llamada Solución Final, y cómo un pequeño grupo de individuos pensó-organizó-sistematizó-gestionó un plan con ese fin, y, después, un número de individuos o colectivo mayor, lo llevó a la práctica?

¿Este es un enorme misterio del mal, la maldad y el Mal en el mundo? Cierto es, así lo pienso, que la inmensa mayoría de la población de Europa, no quería, ni aceptaba esta solución, pero este es uno de los problemas: si se juntan un conjunto de realidades, quizás docenas de factores, y se producen las circunstancias apropiadas, si existe un poder y una ideología que lo promociona, y esa ideología toma el máximo poder de una sociedad o un Estado, si un Estado entra en la locura o en la irracionalidad extrema, puede producirse esto, y, de hecho así sucedió.

No podemos negar que en el siglo veinte, especialmente en Asia y en Eurasia, se llenó el mundo de “campos de prisioneros, campos de trabajo, campos de concentración, campos de exterminio”. Cierto es, que no son todos los conceptos anteriores lo mismo, no son todas las aplicaciones y materializaciones de ello lo mismo. ¿Pero por qué, durante siglos, en mayor o menor medida, se han producido genocidios, siempre o casi siempre, relacionados con la guerra, o aprovechando un conflicto, conocemos por ejemplo, algunos actos del César romano, algunos del Alejandro macedónico, sin citar otros?

¿Pero por qué, los del siglo veinte, en unas zonas del mundo o en otras, piensen ustedes, y, por qué personalmente éste, este que nos refleja este álbum fotográfico…?

– Se indica constantemente el lema “recordar para que no vuelva a suceder”. Diríamos recordar-analizar-pensar-recoger datos y conceptos y testimonios, para que no vuelva a suceder, esta enorme máquina de la muerte, una organización industrial de la muerte. Pero, no solo que no suceda ésta, sino ninguna otra, en ninguna de sus modalidades o formas, posibles o reales que se han podido materializar, o que se podrían…

Multitud de personas, todas las que padecieron estos hechos, todos los que vinieron después, personas especializadas en estos temas, o personas expertas en diversidad de ciencias sociales, históricas, filosóficas, culturales, políticas, religiosas se han preguntado el por qué y en el fondo, el para qué.

A lo largo de estas décadas, hemos ido encontrando multitud de razones, desde “la banalidad del mal”, de Arendt, que estimo no se ha interpretado correctamente, lo que indicaba la filósofa, a las aplicaciones de las teorías del mal de Leibniz, o el mal como Mal del Tentador del cristianismo. Más otras razones y motivos, que se han ido añadiendo, sociales-históricos-ideológicos-culturales-filosóficos-económicos-étnicos. Todos tienen algo de verdad, pero pienso, que la verdad, es la combinación de todos, y en unos individuos, algunas razones serían mayores que otras, y en otros, serían otras, de todas esas combinaciones…

Para terminar, y dejo al hipotético lector o lectora, que a través de Internet visite estas fotografías, creo que un antídoto, para que no vuelva a suceder esto, de una manera o de otra, es recordar los juicios de Nuremberg. En dicha sala, estaban en bajorrelieve, “grabados o esculpidos los diez mandatos de Moisés”, por lo cual, pienso que la solución, entre otras muchas, es que cada individuo se esfuerce en creer y en practicar normas morales universales mínimas, como los diez Mandatos de Moisés. O en la traducción moderna, los Derechos Humanos de 1948.

Creo que es el único antídoto y vacuna para que esto no se vuelva a repetir. De lo contrario, siempre tendremos este jinete del Apocalipsis sobre nuestra cabeza. Porque, todo hombre, con su enorme cantidad de racionalidad e irracionalidad, puede estar propenso al mal y a la maldad, igual que al bien y a la bondad.

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