‘Escupiré sobre vuestras tumbas’, de Boris Vian
ANDRÉS G. MUGLIA.
La génesis de este libro de Vian es quizás más interesante que el propio libro. Corría el año de 1946 cuando el joven Vian (siempre fue joven, murió a los 39) tenía la intención de publicar su inclasificable novela La hierba roja. Con esa idea la presentó en un certamen literario pero no logró el premio gordo, ni tampoco consiguió que alguna editorial escuchase sus golpes en la puerta. Como consecuencia, ofendido porque tamaña muestra de su arte fuera ignorada, contactó a un amigo editor que estaba en quiebra y le propuso el siguiente negocio: él escribiría una novela comercial en quince días, que le garantizaría un best seller y el otro la publicaría. Su amigo rubricó simbólicamente el trato y Vian volvió a los quince días con Escupiré sobre vuestras tumbas. Así dice la leyenda.
Para poder escribir con libertad Vian inventó un heterónimo (no confundir con seudónimo) que se llamó Vernon Sullivan, quien era un escritor americano de color. Él mismo figuraba como traductor de la obra al francés. Detrás de esa máscara Vian soltó a volar la máquina de escribir, la aporreó, abusó de ella y de todo lo que se pudiese imaginar que se pudiera escribir en términos de: sexo, violencia, abuso sexual, pedofilia, necrofilia, tortura y asesinato. Todo eso contiene Escupiré… y es evidente que a Vian no le daba tranquilidad firmar semejante artefacto. Con todo y aunque tradujo la obra al inglés como para dar veracidad a la existencia de Sullivan, Vian terminó aceptando la autoría antes el estado francés y pagando la consecuente multa.
Escupire… es la historia de Lee Anderson, un joven afroamericano de veintiséis años que por el mestizaje tiene la apariencia de ser blanco. Lee es rubio y nadie podría adivinar que tiene dos hermanos negros. “El chico”, hermano menor de Lee, se enamora de una joven blanca y es colgado por sus familiares. Lee jura vengarlo y en eso se basa toda la historia. Aunque esta venganza no está presente al inicio del libro, sino que se va develando de a poco.
Con una carta de recomendación de un amigo blanco de su hermano, Lee escapa hacia un pequeño pueblo del sur de los EE.UU. donde consigue un puesto en una librería. Allí se relaciona con un grupo de jóvenes a los que, en su calidad de mayor de edad, les consigue licor. Ahí empieza la diversión. Al parecer todas las jóvenes quinceañeras del pueblo se enamoran de Lee y Vian aprovecha esto para que su personaje tenga relaciones sexuales con ellas en todos los escenarios posibles: mientras nadan en el río, entre los yuyos, en el baño de una fiesta, en el auto, con una o con dos. Tampoco se ahorra el autor detalles que hicieron que la crítica calificara a la novela como pornográfica.
En ese ambiente de cálida promiscuidad sureña, lleno de calor, mosquitos y cantidades industriales de Borbon y Whisky, Lee conoce a dos jóvenes hermanas hijas de una familia rica y racista, y decide enamorarlas para después (viene spoiler) asesinarlas y concretar su venganza. El resto del libro es una sucesión de escenas a cual más explícita, pornográfica, violenta y sobre todo efectista. El catálogo completo del Marqués de Sade se queda corto con lo que el joven Lee es capaz de hacer.
¿Qué queda de esta novelita negra, si es que algo queda? Que Vian escribe bien, aunque es curioso que haya fingido ser un autor americano escribiendo sobre temas americanos. Por ejemplo el tema de la sangre de color que corría por las venas de algunos hombres blancos, tratado por William Faulkner en su novela Luna de agosto. Vian demuestra que podía escribir literatura culta pero también una novela escandalosa y que ese escándalo se podía convertir en un best seller. En fin, demostrar algo que después repetiría. Ya que bajo el heterónimo Sullivan escribiría otras tres novelas.
Como broche final decir que Vian falleció de un infarto en el año 1959 en un cine mientras miraba (¿lo adivinan?) el estreno de la versión cinematográfica de Escupiré… Tuve la desgracia de ver la película y supongo que Vian se murió por el destrozo que hizo el guionista con la historia original, de la cual el film no respeta casi nada. Sin embargo me cuesta pensar en una mejor carta de presentación para una novela. Si quieren leer algo truculento, chorreante (en todos los sentidos) y de dudoso gusto, no pueden perderse este libro.