‘El secreto’ de Rhonda Byrne VS. ‘El efecto Midas’ de Manuel Dorado.
EVA FRAILE. BLOG: REINA LECTORA.
En los últimos años, ha habido una gran proliferación de literatura que sigue la estela de El secreto, el libro de Rhonda Byrne que habló de una ley tan antigua como el Universo: la ley de atracción. Según esta ley, y descrita a muy grandes rasgos, la persona atrae a su vida lo que piensa y siente. De esta manera, si te sientes abundante y crees realmente que no te falta de nada, es más probable que la riqueza te persiga.
Hay un mito griego que habla de un rey, entre el 740 y 696 a. C., que tenía la capacidad de materializar sus deseos, aunque estos únicamente se circunscribían al oro. El rey Midas convertía en oro todo lo que tocase. Sin embargo, este don pronto se volvió una maldición.
Los libros de autodesarrollo como los de Rhonda Byrne creen en el pensamiento cuántico como una herramienta positiva, pero que en ningún caso se volverá en nuestra contra como el don del rey Midas. Sin embargo, a ojos de la ciencia, y según Manuel Dorado, autor de El efecto Midas, jugar a ser un dios puede tener consecuencias.
El efecto Midas es un libro autopublicado en 2016 por Manuel Dorado en castellano y traducido al inglés en 2019. Fue seleccionado en el Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges como Finalista en la iniciativa Taboo’ks «Del libro a la pantalla», y elegido Libro Revelación por el portal literario Ni un día sin libro en 2017. En 2020 ha firmado un contrato con Sonolibro (Grupo Saga-Egmont) y la novela ya puede encontrarse en formato audiolibro.
Mientras que El secreto expone los distintos postulados para conseguir domar nuestra mente y ser capaces de crear materia a partir de pensamiento, El efecto midas crea un argumento de ficción en donde algunas personas tienen ya esta capacidad y son denominados «inflexores cuánticos». Los inflexores cuánticos son estudiados desde la NASA, pero todos presentan alguna limitación, hasta que uno de ellos parece tener un poder ilimitado. Lejos de traer tranquilidad a su vida, el protagonista se verá implicado en intrigas internacionales y operaciones de servicios secretos que querrán hacerse con su don. Y es que, ¿estamos los seres humanos realmente preparados para jugar a ser Dios? De alguna manera, la obra de Manuel Dorado lleva al extremo las teorías de El secreto y lo hace dentro de un argumento con mucha ciencia, mucha acción y sobre todo, mucha reflexión. Dos libros que se contraponen no solo porque uno sea de autodesrrollo y el otro postule como una novela de ficción, sino porque uno alaba las bondades de este tipo de poderes y el otro, muestra la cara menos amable de lo que sería tener un poder ilimitado de materialización.
Manuel Dorado es ingeniero aeronáutico y escritor. Sus relatos han sido incluidos en libros y revistas, como la antología de relatos Segunda parábola de los talentos (GENS Ediciones, 2011), antología de relato erótico La carne despierta (GENS Ediciones, 2013), Plaza de Oriente (COPSA, 2009) y las revistas THELunes y La Gran Belleza, en España, e Interpretextos en México. Ha sido galardonado con numerosos premios literarios, entre otros: Finalista en la iniciativa Taboo’ks «Del libro a la pantalla» del Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges; Premio de Literatura Breve Vila de Mislata; Premio Internacional de Relato Patricia Sánchez Cuevas; mención de honor en el Premio Julio Cortázar de Montevideo; o el premio finalista en el Certamen Literario Federico García Lorca de Relato.
El Efecto Midas es su primera novela, pero ya ha terminado su segunda: Los hijos de Eva. En ella, un agente del FBI especializado en infiltrarse en sectas, tendrá la misión de investigar la organización Los hijos de Eva que pretende crear hombres y mujeres perfectos a través de la erradicación del pecado original. Nuevamente, Manuel Dorado apuesta por un tecnothriller lleno de reflexión y lo desarrolla en Estados Unidos. Con su segunda novela, desea publicar con una editorial tradicional.
Se puede encontrar más información sobre el autor en: www.manueldorado.es
Pues creo que la diferencia es que es una novela y la ley de atracción y de Asunción es una realidad ,que más que a ser Dios es simplemente una ley , lo crean o no , simplemente Es.
Y si nos confiamos en nuestra conexión con Dios todo es posible sin restricciones para bien o no.
No es que seamos Dios si no es lo que Dios nos otorgó para manifestar lo que somos y poder guiarnos .
Somos energía, somos vibración, y todos estamos hechos de lo mismo , por eso todo es posible y Dios es todo , de que estará hecho el mundo si no de su esencia?
Así es como lo he comprobado
Saludos