El sentido de la belleza

Por Julia Mª Carvajal

 

El Museo Guggenheim de Bilbao, continuando con la excelente programación de exposiciones temporales de colecciones privadas y provenientes de otros Museos, presenta la exposición “Obras maestras de la Kunsthalle Bremen: de Delacroix a Beckmann”,  la muestra está compuesta por ciento treinta obras, pintura, escultura, grabados y dibujos, producidas en un periodo de tiempo que abarca el siglo XIX y la primera mitad del XX representando por varios estilos, desde el Clasicisimo y Romanticismo pasando por el  Impresionismo, el Expresionismo, hasta el Surrealismo. La Galería de arte de Bremen ( Kunsthalle Bremen) es un importante museo de arte de Alemania, célebre tanto por su colección como por las exposiciones externas que organiza con obras de relevantes artistas. Durante casi doscientos años se ha ido ampliando y enriqueciendo con adquisiciones y donaciones, a la vez que aumentaba el número de socios, desde los treinta y cuatro iniciales a los diez mil con los que cuenta en la actualidad. 

Fundado en 1823 por un grupo de comerciantes aficionados al arte, con el apoyo y el liderazgo del senador Hieronymus Klugkist crearon una sociedad con el propósito de “difundir el sentido de la belleza”. Comenzaron por adquirir obras de un gran coleccionista de Bremen para que permanecieran en la ciudad. En 1847 se colocó la primera piedra del edificio que albergaría al Museo. Gustav Pauli fue el primer director, a lo largo de su mandato al frente de la pinacoteca se adquirieron obras de artistas franceses y alemanes, fondos que configuran la esencia de la colección del museo, artistas como  Delacroix, Friedrich, Rodin, Courbet, CorinthManet, Monet, Corot, Slevogt , Bonard, Cezanne, Van Gogh, Picasso, Kokoschka, Otto Dix, , Richard Oelze, Max Beckmann,  le dotan de un valor histórico artístico incalculable. Durante la dirección de Pauli se realizaron aportaciones económicas y donaron obras pintores como Barlach, Degas, Klinger, Liebermann, Adolph Menzel, Pissarro, Renoir y Toulouse-Lautrec.

Entre las obras de esta magnífica colección que se pueden contemplar en el Guggenheim Bilbao, destacan, de las seis piezas del romántico Delacroix, las dos sanguinas de trazos ligeros y refinados en las que se dibuja la fiereza y la ternura de unos leones, las esculturas de Rodin de dimensiones inferiores a las más conocidas y famosas del artífice francés que concebía la escultura como “algo que imita la vida a través de la amplificación y exageración del todo”, las obras de las pintoras olvidadas y no valoradas ni reconocidas en su época por sus cualidades artísticas, como Paula Modersohn-Becker, considerada ahora por la crítica germana como la “Picasso alemana”, de quien se exponen nueve obras y cuyo autorretrato ilustra la portada del catálogo de la exposición, que a pesar de vivir tan solo treinta y un años realizó setecientos cincuenta cuadros de una gran fuerza expresiva  que condensan, mezclándolos a veces, los movimientos más importantes del siglo veinte, impresionismo, fauvismo, cubismo, arte japonés y renacimiento alemán, “Campo con amapolas” de Van Gogh, uno de los últimos cuadros que pintó, bellísimo lienzo en el que el artista neerlandés contempla la inmensidad de una bucólica vista y expresa a través de ella la tristeza y la soledad extrema, tratando a la vez de descubrir la relación espiritual entre el hombre y la naturaleza, uno de los paisajes de Corot, donde el sol que se adivina detrás de unas nubes blancas inundan la tela de luz, pintor de panorámicas por excelencia, maestro de Pisarro y fundador de la escuela de Barbizon, denominación bajo la que se agruparon pintores paisajistas, en un principio franceses, que entre 1830 y 1870 se reunían y pintaban en torno al bosque de Fontainebleau, llegándose a instalar, temporalmente muchos y de forma definitiva algunos, en el pueblo de Barbizon y sus alrededores. Asimismo llama la atención un retrato psicológico de Kokoschka, dos grabados en linóleo de Picasso, y constatar que Friedrich no solo pintaba maravillosos cielos, sino que retrataba otras escenas con la misma delicada sensibilidad.

La selección de obras del Museo de Bremen que habitaran durante cuatro meses (desde Octubre de 2019 a Febrero de 2020) en el Guggenheim Bilbao, verifica la relación entre el arte francés y el alemán, y narra a través de los artistas y sus creaciones parte de la historia del Arte que cambió para siempre el concepto del mismo, modernizándolo y sentando las bases de los nuevos estilos y lenguajes pictóricos, no hay que olvidar que Alemania fue el primer país en aceptar el Impresionismo, aunque Francia fuera el lugar en el que más artistas siguieran y desarrollaran esta tendencia.

La Kunsthalle Bremen es un ejemplo de como proteger el Arte con una iniciativa privada, sin depender de fondos públicos, de legar algo de infinito valor a las generaciones venideras, de lograr preservar lo único que puede redimir de su tragedia al ser humano, “el sentido de la belleza”.

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