Crónicas ligerasEl TeatroscopioEscena

El niño y la bestia: emotivo cuento musical que Elvira Lindo dedica a su padre

Por Ana Riera

Tras su estreno en Berlín dentro de los actos organizados para celebrar los 30 años del hermanamiento entre esta ciudad y Madrid, dos ciudades con una especial sensibilidad ante el tema de la guerra, llega a la capital El niño y la bestia, un relato en el que la escritora y periodista Elvira Lindo narra la llegada de su padre en 1939, con tan solo nueve años, al Madrid devastado y mísero de después de la guerra civil.

El proyecto nació de manos de María Lindo, sobrina de la escritora y músico de profesión. Dada su formación, es normal que su idea se inspirara en los dramas musicales de Richard Wagner, en los que la historia es lo principal y la música sirve para transmitirla y para que su mensaje llegue mejor al público.

Una vez madurada la idea, habló con Elvira Lindo y le propuso llevar al escenario un relato musical basado en la historia familiar. La escritora, entusiasmada con el proyecto, se decidió por un episodio que había oído contar a su padre una y mil veces, una peripecia que culminó en Aranjuez, donde vivían precisamente los bisabuelos de María Lindo.

También fue María Lindo la que, una vez tuvo el texto de Elvira en sus manos, se lanzó a la tarea de reunir a los músicos encargados de la parte musical, el fantástico sexteto Linien Ensemble. Ellos son Rodrigo Bauzá, al violín, Lander Echevarría, a la viola, Ander Perrino, al contrabajo, Laura Ruiz/Sancha Rattle, al clarinete, la propia María Lindo, al corno inglés, y Jarkko Riihimäki, que además de tocar el piano es el compositor responsable de todos los temas musicales que aparecen en el montaje y que han sido especialmente compuestos para la ocasión.

Así pues, El niño y la bestia es una propuesta literario musical en la que la propia escritora lee en directo el relato sobre las aventuras y desventuras de su progenitor durante el breve periodo que pasó en la capital junto a una tía soltera que trabajaba de enfermera, una mujer que lo trató con frialdad y violencia, y a la que el propio niño bautizó como  “la bestia”, sin saber que muy probablemente era hija y consecuencia de esa otra bestia, mucho más implacable y cruel, que es la guerra.

“Madrid 1939. Se respira el aliento de los muertos por la calle. Los que cayeron bajo las bombas, los fusilados que a diario siguen desplomándose en las vallas del extrarradio, los muertos de hambre, de tuberculosis, los muertos de malos partos, de miseria, de infecciones, de miedo. Los muertos de miedo”.

El relato se ve acompañado en todo momento por la música que toca en directo el sexteto formado por los cinco músicos españoles y el pianista y compositor finlandés, potenciando su dramatismo a veces, quitándole hierro en otras, embelleciéndolo siempre.

La sencillez, pasión y delicada sensibilidad con la que Elvira Lindo cuenta la historia de su padre se hace patente en cada párrafo, en cada pausa, hechizando al público, como si narrara una historia mágica y ancestral alrededor de una hoguera. Es tal su cercanía, que además de lograr un embeleso colectivo, consigue que el público entero acabe cantando “a capella” ese cuplé tan madrileño que es La violetera. Todos, incluso aquellos que no eran conscientes de saberse la letra. Absolutamente recomendable.

TEATRO FERNANDO FERNÁN GÓMEZ HASTA EL 15 DE DICIEMBRE 2019

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *