‘La espía’, el manuscrito que guarda Gema M.Marín

EVA FRAILE.

«No queda otra…».

Es la respuesta que da Mayra Abascal cuando, tras la brutal muerte de sus padres a manos de ETA, decide ingresar en la Academia Militar rompiendo todas las normas y convenciones sociales de la época.

Desde ese momento, su vida queda ligada al terrorismo, nacional e internacional, y al CNI. Hará de su profesión una forma de vida en la que su familia será el principal y único damnificado. El elevado coste personal termina pasándole factura y obligándola a romper con este tipo de vida. Sin embargo, cuando Helena, su resentida hija, le pide ayuda para encontrar El Irlandés, un carísimo Stradivarius que ha desparecido, Mayra no dudará en volver a las andadas. Su experimentada mente trabajará duro para atraer al ladrón y ganarse el cariño de su hija. Se adentrará en un mundo que conoce a la perfección y en el que nada es lo que parece: financiación de terrorismo islámico, empresas opacas y dobles jugadas.

Para recuperar El Irlandés, Mayra viajará desde la mágica Isla de Mann, hasta la enigmática Doha, pasando por Ginebra, Cremona y Estambul. Pero no estará sola: contará con sus estimables contactos en el servicio secreto español y con Vadim, un afamado violinista en nómina del servicio secreto de su Majestad.

La espía es el manuscrito inédito que Gema M. Marín tiene entre sus manos. Al igual que un carísimo Stradivarius, este manuscrito se guarda con recelo a esperas de que una buena editorial se interese por él. 

Gema M. Marín ha escrito tres novelas de género thriller. La primera de ellas, Black Dollar, es un thriller clásico que tiene como telón de fondo el sector bancario y el inicio de la crisis económica con el cual se estrenó como escritora. El Dios que nada traspasa, es un thriller psicológico ambientado en Roma y en la isla de Fuerteventura, con el cual quedó entre las 100 escritoras más populares del Premio literario de Amazon 2015. Y El legado de los Cohen, una novela de suspense histórico ambientada en la ciudad de Cáceres, fue quien la convirtió en un fenómeno regional llegando a librerías y ferias del libro de importancia. 

La espía se convertirá en su cuarta novela y también en su proyecto más ambicioso. Al estilo de los famosos escritores sobre espionaje, como Daniel Silva, Gema M. Marín ha creado una trepidante trama llena de agentes secretos, servicios de inteligencia y colaboración internacional que destapará subtramas a lo largo de la historia. Pero, a diferencia de los ya conocidos escritores sobre espionaje, Gema M. Marín escribe una novela sobre espías en femenino. En esta ocasión, quienes tienen el control son ellas: las mujeres. Y no una mujer cliché, atractiva, a lo Ángeles de Charlie, sino una mujer de edad avanzada, veterana y con muchas heridas de guerra, físicas y emocionales. Quizás sea este el gran logro de Gema M. Marín.

Con el terrorismo islámico a la orden del día, así como otros temas de actualidad política y social, Gema se atreve a mezclarlo todo con el contrabando de instrumentos de alta gama, como El irlandés. Este elemento le dará un toque elegante a toda la obra, y será el objeto más preciado por todos los protagonistas. También la música inundará nuestros tímpanos y el amor, ese amor maduro que en pocas novelas se cosecha, hará acto de presencia en una trama cuyo objetivo principal no es, precisamente, el amor.

Gema M. Marín ha dejado entrever en alguna ocasión que esta obra tiene una posible continuación con los protagonistas como hilo conductor, aunque por el momento es una obra independiente y autoconclusiva. 

La espía busca, en estos momentos, un contrato de edición y está representada por Eva Fraile, a quien se le pueden hacer llegar todas las propuestas pertinentes (evafrairo@gmail.com).

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