Hostal Europa
HOSTAL EUROPA
José Antonio Sánchez Manzano
Libros.com
Madrid
364 páginas
Sofía, Bulgaria. Octubre de 2014. Desde hace un tiempo, el antiguo barrio judío es más conocido como la pequeña Beirut. Alrededor de la sinagoga, la mezquita y el Mercado de las Mujeres se concentra buena parte de la comunidad árabe, refugiados, e inmigrantes indocumentados que procuran traficantes de confianza que les ayudan a salir ilegalmente de Bulgaria. Mientras tanto, hacinados y en pésimas condiciones, se resguardan y esconden de la policía en algún edificio abandonado u hostal de poca monta.
En uno de esos albergues acaba pernoctando Hassan, un marroquí que ha vivido y trabajado casi dos tercios de su vida de manera irregular en varios países de la Unión Europea. Los últimos diecinueve años los pasó en Alemania, dónde formó una familia y de dónde fue deportado a mediados de 2013 para Marruecos. Un año después pulula por la pequeña Beirut a la espera de ser realojado en un centro de acogida y de que se resuelva su solicitud de asilo en Bulgaria, con la remota esperanza de volver legalmente a Alemania junto a su hija. Allí, además de con decenas de afganos y norteafricanos, coincide con Said, un sirio de 22 años de Dara´a que lleva más de diez meses en Bulgaria. Después de un intento frustrado por viajar a Alemania, trata a duras penas de poner en marcha un pequeño negocio e integrarse en Bulgaria.
En una situación parecida se encuentra Ala´a, una mujer que en el momento que los combates entre el ejército sirio y las fuerzas rebeldes llegaron a su barrio en Damasco se encontraba embarazada. Huyó junto a su marido a Egipto, donde nació su hija. Después de viajar a Turquía para encontrarse con unos familiares, decidieron pedir asilo en Europa a través de Bulgaria, donde aguarda la oportunidad de obtener sus papeles, trabajar y ofrecer una vida normal y un futuro a su hija. También de Damasco es Ahmed, un oficial desertor del grupo de operaciones especiales de las Fuerzas Armadas de Siria. Durante meses esperó la resolución de su proceso en uno de los campos de refugiados de Sofia. Allí conoció a Lora, una dependienta búlgara de la que se quedó prendado. Se trata de un amor que, aunque correspondido, no es posible consumar debido a, entre otras cosas, la inestable situación emocional, legal y económica de Ahmed.
Además del pasado que arrastran, todos se topan de frente con una situación económica, social y política en Bulgaria y Europa que les es adversa y con un sistema de asilo desbordado. Algunos de los huéspedes del hostal en el que se alojaban Hassan y Said le llaman Hostal Europa porque, según ellos, es una metáfora de la Europa que conocen nada más pisar territorio búlgaro; una Unión Europea en crisis y más preocupada por blindar sus fronteras y protegerse de la amenaza yihadista que de integrar a los refugiados y aplicar la legislación relativa a los derechos humanos.