Neruda y sus dos grandes sombras

JESÚS MILLÁN MUÑOZ.

No es mi costumbre hacer más sangre de la carne, ni más sombra de la negrura. Pero se narran dos hechos, del gran y genial Neruda que son enormemente dolorosos para la humanidad, uno, una relación con una mujer Tamil pobre, otro, la hidrocefalia de su hija, y su abandono.

Sin entrar en más detalles, el primero lo narra el mismo en sus memorias, con mejor o peor lenguaje poético, el segundo, existen testimonios suficiente y verídicos y creíbles del  abandono de esa niña, hija, por parte de su padre.

No voy a ser yo, quién juzgue al gran genial poeta, ni al ser humano que defendió a una parte de la población, con sus discursos, prosas, poesías…, pero si quizás, que estos hechos, nos podrían servir de reflexión. Posiblemente, existan en su existencia y vida otros hechos rellenos de negro, que desconocemos, quizás, también, otros hechos, suponemos que más, rellenos de blancos y de colores, que algunos conocemos, la mayoría quizás se han olvidado.

Hay que plantearse la moral y ética, de los grandes personajes, sean de la ciencia, de las artes, de las letras, de las religiones, de la filosofía. A veces, demasiadas veces, son grandes genialidades en sus respectivas disciplinas, pero después, tienen, quizás heridas de la infancia, tentaciones graves que no son capaces de superar, el mal que se presenta, demasiadas veces en forma de bien o de agrado o de placer, y realizan actos, que para la mayoría, nos parecen todavía abominables.

No voy a entrar en el tema de la doble o triple moral, ni tampoco en la desarmonía de la carne-mente humana con el alma-espíritu, si admitimos que tenemos este principio de eternidad o somos esa eternidad que ha empezado en esta existencia-vida, pero no cabe duda, de cuánto bien y bondad y solidaridad, expandirían-promocionarían si los grandes hombres y mujeres, que ocupan altos cargos, en las diversas actividades humanas, tuviesen más coherencia, o al menos, no esos hechos y datos, de grave injusticia, contra otra u otras personas, grandes males contra otra u otras personas, sin razón, sin justificación suficiente.

Ciertamente, no podemos juzgar al prójimo, que es un mandato de la moral cristiana, pero tampoco podemos dejar de ver realidades y hechos. Y los hechos son negativos o son positivos, la responsabilidad individual en esos actos, ya depende del conocimiento del autor, de la conciencia del autor, de la voluntad del autor, de la libertad del autor, y si dicho acto, dentro de la moral, sustentada durante siglos, constituye un acto malo o bueno o indiferente, y dentro de ello, el grado de bondad o maldad o de indiferencia, además de las circunstancias, etc.

Lo que muestra y demuestra estos dos hechos, que narramos o comentamos, cómo ustedes perciben, con todo respeto, diríamos a las tres personas implicadas, cuatro en el segundo hecho, si contamos con la esposa o madre de esa niña española, nacida en Madrid.

Que por un lado el gran poeta universal del amor y del amar, el gran poeta Premio Nobel, el gran poeta de la solidaridad y de la fraternidad, el gran poeta de casi todos los grandes valores occidentales como pudo caer en estas dos graves injusticias-males. En ningún momento, entro en su definición o descripción política o ideológica, y en todos los hechos que en esos temas intervino, o creemos que tuvo parte. Algunos claros, otros con algunos grises.

Pero el gran prosista-poeta-narrador-poetizador del amor-amar, pudo cometer esos dos graves y grandes desavenencias. No es cuestión, que los partidarios de su ideología, intenten tapar esta realidad, ni tampoco los que están en contra de su ideología, utilicen estos hechos para ir en contra de esta gran figura. Ni recordar otros hechos de su existencia, buenos o menos buenos, ni siquiera indicar, si su muerte, fue inducida por la enfermedad, o se le adelantó en el tiempo, por entidades externas a su voluntad…

Pero si recordar, que el ser humano, si de verdad aspira a mayores grados de justicia, equidad, verdad, bondad, belleza, veracidad y todos los grandes valores que occidente, durante siglos ha ido creando y buscando a nivel teórico, pero también a nivel práctico, no solo “necesitamos una ética y moral, social y ciudadana y colectiva correcta, con todos sus grandes valores, sino que también necesitamos, que cada individuo o persona, tenga una moral, en su realidad personal, sea en su ámbito privada, sea en su ámbito público, lo más exacta, verdadera, buena posible…”.

Y diría más, todo ser humano, con esa moral y ética más correcta, no solo aplicará los grandes principios sociales o políticos, de su ideología, sea de un color o sea de otro, sino que en su actividad privada o pública, aplicará de forma correcta esa moral, y lo que haga lo hará mejor. Sea esto mucho o poco.

Para terminar, en estos dos siglos, demasiadas personas, han abdicado y evitado y obviado y olvidado su ética religiosa o espiritual, en nuestro contexto, el cristianismo. Los hechos y los datos, de todos, de las sombras y las luces de todos, incluidos nosotros, nos damos cuenta, que el ser humano, para intentar ser mejor persona, a y en todos los sentidos, necesita, en nuestro ámbito, no solo tener grandes ideales, no solo tener una ética de bondad, no solo una de solidaridad, sino también una moral inspirada en el cristianismo y en sus valores…

¿¡El hombre no necesita solo tener una moral basada en la razón filosófica, si quiere hacer el bien-bondad, hacerse bueno-bondadoso, sino que necesita la moral de una religiosidad-espiritualidad, en nuestro caso el cristianismo!?

¡Porque es la única manera, y forma, de poner diques, a las grandes pasiones-pulsiones-deseos-libidos-instintos, es decir, ponerle medida y mesura y racionalidad y prudencia, en verdad-bondad-belleza-racionalidad! ¡Es decir, unir las fuerzas humanas, de la razón y del bien, con la ayuda de lo divino y la gracia! ¡Nadie se rasgue la corbata, ni la camisa, ni la chaqueta…!  ¡El caso de Neruda es evidente! Paz y bien.

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